—No es gracioso —repitió Jeonghan por cuarta vez, pero no podía dejar de sonreír mientras lo decía.
—Lo sé, no es gracioso. Necesitamos el dinero —dijo Seungcheol, manteniéndose serio hasta que continuó—: Y Pizza Hut es la clase de trabajo que la mayor parte de las personas no podría mantener por más de cuatro días.
—Cállate —el menor dio un golpe en el hombro de su pareja mientras reían. Aunque era muy vergonzoso haber dejado caer una bandeja completa con vasos llenos frente a todo un restaurante, por lo menos había logrado mojar a la señorita Kim durante el proceso.
Había perdido su trabajo un par de días después de que había regresado de su baja por enfermedad, lo cual debió de haberlo preocupado, pero había sido muy hilarante. Mientras se levantaba para poner la mesa, Seungcheol despegaba el celofán de un par de pizzas para horno microondas, las cuales eran lo que solían tener para la cena la mayoría de las noches. Aunque ahora tenían la libertad de comprar lo que quisieran, en vez de las raciones controladas que Adamās les daba, no podían darse el lujo de gastar tanto dinero en comida. Además, ninguno de ellos sabía cocinar. Sin embargo, eso no importaba, pues no estaba muy hambriento aquellos días.
—¿Cómo estuvo tu día? —le preguntó.
El ex-cazador no solía hablar de su trabajo en el taller, aunque solía llegar con el olor a gasolina impregnado a él. Sin embargo, aquello no le importaba al castaño, ya que su novio siempre tomaba una ducha antes que nada y después aparecía mojado. Además, salía oliendo demasiado bien.
—Como siempre —contestó rápidamente—. Amor, no te preocupe por ese lugar de pizzas, ¿De acuerdo? Ya encontrarás algo mejor. Deberías de llenar algunos formularios en las librerías de la ciudad. A ti te gusta leer.
—Esa es una buena idea...
Jeonghan se mantuvo pensando en su nueva y potencial carrera en la venta de libros mientras terminaba de poner la mesa. Se acercó a la canasta para coger un par de panes y fue ahí cuando sintió que un mareo que llegó hacia él. Todo se volvió grisáceo, y podía ver puntos frente a él. Un frío y extraño golpe atravesó su cuerpo, hecho que lo obligó a apoyarse en la pared de la cocina por un momento, intentando respirar pausadamente.
—¿Estás bien? —Choi se giró hacia su pareja con preocupación.
—Sí, es solo que giré muy rápido. Eso es todo —respondió, sonriendo tranquilo. Seungcheol lo miró como si no le creyera, hasta que el horno microondas repicó y se dirigió a sacar su cena. No era la primera vez que aquello le sucedía a Jeonghan, quien se preguntó si no debería de contarle a su novio sobre lo débil que estaba sintiéndose. Incluso ni le había contado sobre su desmayo en el trabajo, pero decírselo significaba que estaba admitiendo que algo estaba mal y no estaba listo para admitirlo.
Se sentaron para cenar, dividiéndose el periódico que el pelinegro había traído del taller. El papel olía a aceite de motor, de la misma forma en que el ex-cazador lo hacía cuando llegaba de trabajar. Extrañamente, el olor de aceite de motor se había vuelto atractiva y ligeramente sexual para Jeonghan. El castaño cogió los avisos de trabajos y la sección de entretenimiento. El mayor tomó las páginas deportivas, pero él nunca los leía primero. Él buscaba entre las noticias locales, teniendo mucho cuidado con cada historia que leía. El menor imaginó que estaba tratando de aprender más acerca de su nueva ciudad, pero estaba equivocado.
—Mira esto —dijo repentinamente mientras se enderezaba para empujar una página en dirección al vampiro.
Una mujer había sido encontrada muerta en un local ubicado en el centro.
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Half Moon ➳ Seventeen
Fanfic"Yoon Jeonghan ha abandonado Septendécim y se ha unido a Adamās, la organización mundial de cazadores de vampiros. Su nueva vida no es precisamente fácil: bajo la tutela de los cazadores, debe entrenarse con disciplina militar, cuidando que nadie d...