Vas a quedarte 3

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Brenda era la hermana de la vida ideal, con un muy buen trabajo de arquitecta dirigía obras importantes de la ciudad y últimamente siempre estaba de un lado para el otro, era muy independiente, segura, poderosa, las cosas siempre salían como ella lo deseaba y eso era algo que admiraba mucho de ella, también es la hermana que habla un poco más fuerte, no tiene la paciencia que maneja Eugenia conmigo pero siempre hemos sido un buen equipo las tres. Tomé la tarde libre cuando informó en el grupo que estaría a la seis en casa para charlar y disfrutar un poco de Rufina.
Después del estudio fuí por Rufi al jardín, no era algo que hacía a menudo pero cada vez que Eugenia me necesitaba me organizaba siempre para estar con ella, tomamos un helado de sus favoritos.

—¿Por qué lunarcito no puede tomar helado con nosotras? —preguntó Rufi mirando hacía el auto, él estaba apoyado mirando hacía todos lados— ¿No puede ser nuestro amigo como tu otro guardia de seguridad? ¿Como se llamaba? —rió.

—Porque... no deberías hacer estas preguntas de adulta que nunca sé cómo responder, a veces lo mejor es que cada uno se ocupe de su trabajo. El trabajo de Peter es preocuparse de nuestra seguridad, no tomar helados con nosotras, dale? No le digas a tu mamá que te traje acá porque no quiere que te la pases comiendo dulces.

—Ok ¿Tengo que mentir? —preguntó con una sonrisa.

—No, omite.

—¿Que es eso? —preguntó.

—Omitir es... no contar algo que hiciste —entonces me di cuenta que le estaba enseñando otra manera de mentir— Pero no está bueno, no lo tienes que hacer —reí y me tomé la cabeza— Da igual, si tu mamá no te pregunta que hicimos no es necesario que le digamos, dale?

—Ok, entiendo —rió— Tia, mamá y Bells no se aman más, no? Mamá me dijo que no podía preguntar esas cosas porque eran de adultos —miró su helado y luego me miró— Y ayer Bells me dijo que ella y mamá se amarán por siempre aunque no estuviesen juntas. Yo quería que fuese mi mamá también y Bells también quiere pero no creo que a mamá le gusta la idea

—No necesitas otra mamá cuando tienes a la mejor —respondí con una sonrisa— Las relaciones se terminan por cosas que vas a entender cuando seas grande —levantó los hombros y se mostró algo triste, efectivamente Bella había estado en todo su crecimiento y mi chiquita la quería mucho— No necesitas a Bella y esos ponis, puedo comprarte diez si quieres

—¿En serio? —dijo con una sonrisa— ¿Puedo tener diez ponis?

—Claro, todos los que tu quieras —comenzó a bailar. — Tampoco le digas a tu mamá que dije eso. Ok, limpiate la boca, tenemos que regresar a casa porque viene la tia Brenda a visitarnos, por si se te olvidó la cara de ella es la hermana mayor de tu mamá —le di una servilleta, mientras ella se reía con sus comentarios.

—¿Cuando volverás a cantar? —preguntó.— Me gusta ir a tus conciertos, cuando toda la gente grita "LALI, LALI, LALI" Yo también lo hago, sabias?

—Si, te escucho desde el escenario —cuando dije eso soltó una sonrisa grande, me emocionaba mucho que mi pequeña sobrina hablara así.

Tomó el peluche de caballo que llevaba a todos lados y yo quería quemar, le di la mano y salí del lugar. Peter nos abrió la puerta del auto y subió con nosotras.

—Lunarcito, cual es tu helado favorito? —preguntó Rufina.

—¿El mio? Mmmm ¿Puedo pensarlo o tengo que responderte hoy? —rió— Chocolate con almendras, ese es mi favorito. —Rufi me miró y sonrió.—
—¿Que edad tienes? ¿Tienes novia? —preguntó con su personalidad.

—No, no tengo novia —rió Peter.— Tengo 27 ¿Me estas haciendo una entrevista?

—Mi tia tampoco tiene novio —En el ADN de este bebé estaba mi maldad, le pasé una tablet con uno de los dibujitos animados que miraba para que se quedara en silencio y dejara de decir estupideces.

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