Vas a quedarte

Vas a quedarte 32

Hace una semana no salía de casa pero hoy comenzaba con mi trabajo comunitario que se retrasó por un par de firmas, me desperté temprano para darme una ducha y desayunar con mi hermana, ella me preparó una mochila para que llevara por si me daba hambre recolectando basura de las calles. Tomé el metro y llegué cinco minutos antes de lo que me pidieron, ya había un grupo de personas preparadas con la chaqueta naranja fluor para no ser atropellados.

—Ok, Tenemos cinco horas para dejar este sitio limpio. A las dos de la tarde quedan libres si lo conseguimos, le voy a pedir que por favor no den vueltas estúpidas y trabajen, mientras más efectivos sean menos tiempo pasaremos en este lugar, en esa mesa están sus implementos de trabajo, éxito —dijo un tipo sentado con las piernas arriba de otra silla acompañado de una radio.

—¿Que hiciste? —me dijo una señora.

—Le pegué al ex novio de una chica con la que estaba saliendo —dije con sinceridad— Era un psicópata, tu? —había leído que tenía que ser buena onda con ellos para que el trabajo en equipo funcionara mejor.

—Le destrocé el auto a mi ex marido por no pagarme el dinero para el colegio de mis hijas —agregó con una sonrisa— Es lo que se merecía, aunque me hubiese gustado aplastarle el cerebro a él pero estaría presa prefiero recoger basura —agregó con una sonrisa.

—¡HEY NIÑO BONITO! —gritó otra mujer— Trabaja, todos nos queremos ir temprano de este lugar.

—La demente tiene razón, trabajamos para salir cuanto antes de este lugar —suspiré y me puse un audífono para comenzar con mi nuevo trabajo. Por lo menos todo estaba tranquilo, me di cuenta de lo horrible que era la sociedad, pasaban por al lado nuestro y tiraban papeles al piso, además nos miraban con asco.

—Es el guardaespaldas de Lali Esposito —escuché a una mujer de unos veinte años decir eso mientras pasaba por mi lado, se regresó y tiró un helado en mis zapatos— Nos hiciste creer en ti, pero eres igual que todos o capaz peor —me atacó, si respondía no tenía sentido.— ¿No vas a decir nada? —negué y me moví para limpiar mis zapatillas, ella siguió su camino.

—Lanzani, algún problema? —preguntó nuestro organizador, negué y continué trabajando en silencio, recordé las palabras de mi viejo sobre todo lo que tenia que aguantar desde ahora hasta que la gente se olvidara de esta situación, de verdad me sentia muy mal porque no estaba acostumbrado este tipo de cosas, pero era una consecuencia.

Me dolía el cuello y la espalda, estuvimos trabajando sin parar todas las horas que nos pidieron, tuvimos que esperar al camión de la basura que venía por nuestras bolsas y después de firmar regresé en metro a casa, no estaba seguro si la gente me miraba pero a mi parecer todo el mundo lo hacía podía ser parte de mi imaginación, aunque escuché una par de veces el sonido que hacía el celular cuando te tomaban una foto y dos mujeres me empujaron con intención. Cuando llegué a casa me di cuenta de lo agobiado que estaba con toda la situación, lo único que deseaba en ese momento era llorar pero resistí pensando en que tenía el deber de ponerme bien pronto, por mi familia.
Tocaron la puerta y antes de abrir me aseguré que no se tratará de una visita indeseada, pero cuando vi a Damian abrí con un poco de vergüenza.

—Que haces campeón? —me dió un abrazo fuerte, ok no estaba enojado conmigo— Te estamos extrañando un montón, no vuelves, no? Perdón, tenia que intentarlo. ¿Como estás? He tenido intenciones de verte en cuanto saliste de ese lugar pero tengo todo muy complicado con el sello, los tengo encima con todas las cosas de Lali, supongo que puedes imaginarte. Como va todo?

—Estoy recién terminando de entender la situación me siento como una nube extraña, jamás pensé que iba a pasar por algo así —reí mientras el se lamentaba con su expresión— No tienes que disculparte conmigo, soy yo quién te debe una disculpa por hacer exactamente lo que me pediste que no haga, me enamoré de ella y entré en todos sus líos —suspiré muy triste— Lo siento mucho Damian, por un momento las cosas se veían tan bien que de verdad pensé que todo sería diferente, pero se ve que no soy un experto en este mundo.