Capítulo 18.

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— La peor línea de conquista que he escuchado.— me burlo del chico, ¿adivinen quien es?

Ding. Ding. Ding. 

El último de nueve, Cameron, creo. 

Si, Fuerza Divina Invisible, lo lograste, justo antes de que vuelvan a sus hogares, lograste juntarme con ellos y mostrarme que no son nada como los imaginaba, que mi repulsión irracional hacia ellos es eso, irracional, que perdí mi tiempo esquivando cualquier tipo de información que Matt pudiera revelarme y ahora quiero conocerlos más. 

— Lo siento, perdí el toque — se ríe de si mismo, recuerdo que cuando lo vi el primer día me gustó su sonrisa, es bastante atractivo, y de una complexión muy… especial y agradable para la vista.— ¿Estás bien? ¿Te puedo ayudar a partirle la cara a alguien?

— Estoy bien, no hay necesidad de partirle la cara a nadie, gracias por la oferta — me río mientras me pongo de pie.

— Solo quería estar seguro, tengo una hermana y no me gustaría verla mal por alguien que no vale la pena.

— No, no me han roto el corazón, no de esa manera, al menos — admito jugando con mis dedos — ¿Como supiste que estaba aquí? 

— Es difícil ignorar dos trozos de cuerda moviéndose de un lado al otro — señala la parte superior del columpio, cierto, los arbustos no cubren tan alto — ¿Puedo preguntar por qué llorabas? Bueno, no nos conocemos pero creo que soy una persona confiable y-

— Mi mejor amigo se va a mudar, lo conozco desde los… ocho, y se va a ir al otro lado del país, pero no es nada.

— ¿Sabes? Me pasó algo similar — admite agachando la cabeza, camina por un lado de mi y se sienta en el columpio mirando a un punto perdido entre los arbustos — Solo que mi mejor amigo se fue a otro país, sin casi ninguna comunicación y volverá en un año y medio.— hace una mueca, entristecido por la revelación que acaba de hacerme, oh, si, recuerdo el día en el que Matt me contó eso, fue una semana antes de que me dijera que se iba a mudar, estuvo todos esos días diciéndome cosas como que la amistad y el amor no tenía barreras de distancia y todo eso.

— Está de misión, ¿no?

— Si, se fue en agosto del año pasado, se supone que debe durar dos años o más a donde lo hayan enviado, creo que volverá hasta el siguiente verano.— suspira, supongo que lo entiendo, o lo entenderé… pero Matt no se está yendo a misión, él se está mudando, como para siempre.

— Al menos el tuyo volverá… — murmuro más para mi misma que para él, expresando el pensamiento anterior que tuve.

— ¿No puedes visitar al tuyo? 

— Creo que se pondría complicado si lo intentara — le aseguro pensando en Donna y sus estúpidos cambios de humor, nunca sé cuando debo pedir permiso o dinero para algo, nunca — Pero dejemos de hablar de mejores amigos que se han ido, ¿has visto al anfitrión de la fiesta? Necesito que se asegure de que vine y así podré volver a casa.

— ¿Matt? Estaba conversando con una chica rubia, bajita, al pie de las escaleras hace menos de 15 minutos, creo que están juntos en la escuela, o estaban… con eso de que no volverá. ¿Por qué tiene que asegurarse de que viniste?

— Así es él, ya lo conoces — me río un poco tensa, ¿será Bobby la chica con la que estaba o está? — Bueno, iré a buscarlo, un gusto…

— Cameron, mi nombre es Cameron.— extiende una mano hacia mi en un saludo formal, la acepto y la sacudo, pensando en si debería o no revelarle quien soy. Decido que mentiré, quiero usar el siguiente nombre.

Fall. » matt espinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora