Capítulo 02.

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-Lunes-

— Por favor, ____.— ruega Matt con su puchero de cachorrito, tiene veinte minutos insistiendo en que le preste mi camioneta, llego el día, "sus chicos" estarán aquí en cualquier momento, él quiere ir por ellos al aeropuerto, junto con Dylan, obvio, son demasiados. 

— ¿Que harás por mi? — cuestiono dudosa, si propone algo decente tal vez considere prestarle a mi bebé.

— Te presto mi porno, mi…— se detiene cuando le golpeo el brazo.— Está bien, te regalaré algo de mi porno — se acomoda la camisa, lo miro mal, se ríe de mi y se queda un rato pensando— Le llenaré el tanque a Tommy, Dios, suena ridículo, ¿por qué mierda le pusiste nombre a tu auto?

—¿No se le puede poner nombre a todo o qué? Sigue cuestionando cosas, Matthew.— advierto y abro mi escote para soltar las llaves de mi bebé dentro de el si Matt dice alguna cosa que no me agrade. 

— Hum, bien, te compraré tu cajetilla de cigarros por un mes, llenaré el tanque de Tommy mientras los chicos estén por aquí… veré contigo cualquier serie que desees en nuestro tiempo libre, Dios, hum… seré tu chofer de media noche, y… te concedo tres veces de pedirme hacer cosas a las que no debo decir que no.

— Me agrada esa idea, no sabes cuanto me gustará ver Grey's Anatomy contigo— sonrío maliciosamente, Matt se asusta, puedo pedirle que vea conmigo cualquier serie, menos Grey's Anatomy.— Aquí tienes, amigo.— dejo las llaves en su mano, arrugo la nariz al pensar que podría pasar con al rededor de ocho chicos, -o menos, por eso de que Dylan también va- dentro de mi camioneta, Matt me abraza y me tumba en su cama, me besa la mejilla muchas veces.— ¡Matthew! ¡Odio que me abraces! ¡Alejate!— le grito y trato de evadirlo.

— Gracias, gracias, gracias.— me besa la mejilla de nuevo y se pone de pie.— Si no quieres verlos, tendrás que irte, pasarán esta noche aquí, o quizá toda la semana.

— ¿Toda la semana? ¿Que va a pasar con el miércoles de películas? — cuestiono un poco desanimada mientras me acomodo en el centro de su cama. Es la tradición, no puede solo cambiarla porque sus amigos están aquí. Ni siquiera cuando se fue en el tour fallaba, ambos veíamos la misma película mientras hacíamos videollamada. 

— El míercoles por la noche los echaré de aquí o yo iré a tu casa.— me promete regalándome una media sonrisa.

— Eso espero, Lee.— murmuro, se despide con un gesto de mano y sale de su habitación.

Me tiro en su cama mirando al techo, aún no puedo creer que la semana pasada fue la ultima a la que él asistió a la escuela, no volveré a irme con él por las mañanas, o regresar en las tardes, no veré sus caras raras mientras alguno de nuestros compañeros lee algo en clase, tampoco tendré con quien reírme en el almuerzo. Me siento tan egoísta pensando en que Matt debería quedarse conmigo, no cumpliendo su sueño como se supone una mejor amiga quisiera, pero él fue el que más me ayudo cuando Pete murió, el único que no se burlo de la muerte por sobredosis de mi hermano mayor, el único que me abrazaba cuando lloraba, porque seamos sinceros, mi madre no es la mejor mamá del mundo, y a mi padre solo lo veo cuando decide casarse de nuevo. Trato de dejar de pensar en todo eso, abrazo una de las almohadas de Matt y cuando menos lo pienso, me quedo dormida.

(...)

— Lo juro hermano, siempre que tomamos un vuelo con Gilinsky, pasa algo.— se burla una voz gruesa, gruño por el ruido, me doy la vuelta y tallo un poco mis ojos, por la mierda de elefante que alguna vez vi en el zoológico ¡SIGO EN LA HABITACIÓN DE MATT!  ¡Y ELLOS ESTÁN AQUÍ EN LA CASA!

Septiembre 7 2014

Fall. » matt espinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora