Capítulo 8

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Las nubes se encapotaban en el cielo, previniendo a todos de la próxima tormenta que estaba por haber. En un pequeño claro, en lo más profundo de un bosque, la sombra de una mujer apareció. Una hermosa mujer de cabello negro azabache que le llegaba hasta la cadera, unos ojos azules que brillaban con intensidad a pesar de la oscuridad, era de cuerpo delgado y unas finas y hermosas facciones, se notaba que no pasaba de los treinta años, pero en realidad esa chica aparentaba menos edad de la que en verdad tenía.
Se sentó en la hierba a observar el cielo mientras sentía como unas pisadas llegaban hasta ella.
-¿Por qué saliste corriendo así Angela? -pregunto la grave voz de su perseguidor
-Siempre tan preocupado por mi, Dorian -dijo con su armoniosa voz mientras sonreía- solo quiero estar aquí cuando se desate la tormenta
-Sabes que es peligroso para ti Angela -repitió él sentándose a su lado
-No me pasará nada...
-¿Nada? -preguntó mirándola- ¡Angela! Eres diferente a todas estas personas, los traficantes te buscan... no quiero perderte...
-No me perderás nunca hermano -ella lo miró y le sonrio
Dorian era un hombre alto, fornido, de cabello negro azabache y unos penetrantes ojos azules, iguales a los de su hermana. Era el mayor de una familia de "hechiceros" a los ojos muggles, pero, a diferencia de nuestros compañeros de Hogwarts y del ministerio, ellos nunca habían recibido una carta para ir a Hogwarts, o nada diciéndoles que eran magos o brujas, no, ellos habían nacido con un don especial, sobre todo la más pequeña de ellos, Angela.
-Hay que regresar, sabes que Beatriz no aguanta a Trina ni a Paul, y Francia no se levanta nunca a ayudarla -dijo él mirando a su hermana
-Esta bien
Angela se levanto del suelo con un movimiento rápido y ágil, entonces comenzó a caminar hacia donde estaba su cabaña.

XxXxXxXx

-¡Basta, Edmund! -gritó Lucy desesperada mientras huía de su hermano
-Solo dame un abrazo....
-Estas todo sudado, que asco...
-Dejen de gritar -se quejo Lavander desde un sillón con una fea mueca en sus labios
-¿Un abrazo, Brown? -sonrio Edmund
-Que desagradable, Pevensie -contesto la chica levantándose y saliendo de la sala común
En Hogwarts todo eran risas y juegos, ese fin de semana los chicos habían decidido quedarse en el colegio y no ir a Hogsmeade. Lucy se acerco a la ventana y vio como, debajo de un árbol, estaban Hermione y Peter abrazados mientras que Susan y Draco jugaban con una snitch, luego empezó a reír al ver a Ginny y Harry rodar por la hierba mientras se hacían cosquillas y Clemence trataba de controlar a Ron para que no fuera a partir la cara a su mejor amigo, Percy se encontraba leyendo un libro, ajeno a todo lo que pasaba a su al rededor.
-Salgamos a los jardines -propuso Lucy mirando sonriente a Edmund
-No, tienes que terminar tus deberes...
-¡Al diablo! -se quejo- el día esta hermoso, vamos Ed... ¡por favor!
Edmund la miro y luego de unos cuantos segundos de silencio asintio, mientras Lucy se lanzaba emocionada a sus brazos.
-Pero si Susan se entera de que te deje salir sin haber...
-No se enterará... venga, vamos

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No sabía donde meterse, era completamente incomodo ver a Hermione tan quitada de la
pena abrazada a Peter, sin saber que él estaba perdidamente loco por ella. Daba vueltas a las páginas sin poder concentrarse, sus ojos viajaban constantemente a los mimos y besos que se daba la parejita a unos metros de él.
-Vamos Percy... no es para ti -murmuro y puso toda su concentración en el libro
Era un libro extraño que había sacado de la biblioteca antes de ir a los jardines con sus amigos, lo cual había sido una idea tanto buena como mala. Era buena por el hecho de que hacía parecer que no estaba completamente cabreado por verla a ella con él, y era malo, porque las letras se movían la mayoría del tiempo. Se golpeo la cabeza y maldijo por lo bajo.
-Debí de haber sacado uno de griego antiguo -masculló
Llego al capítulo treinta y dos y miro el título: "Clarividencia". Se quedó extrañado y comenzó a leer lo más rápido que podía.

"Esta percepción se caracterizaría por captar fenómenos que quedan fuera del alcance de los sentidos y de adivinar hechos futuros u ocurridos en otros lugares. La telepatía no se incluye en este tipo de percepciones. A diferencia de esta última, la clarividencia explícitamente implicaría la "visión de imágenes" reales físicas, de la mente (memoria) de otro individuo, de entidades mitológicas o desconocidas por la ciencia actual, y no el hecho de captar conceptos abstractos de otra mente."

Empezó a reír al recordar las locas historias sobre el futuro de la profesora Trelawney y meneo la cabeza. Eso eran puras estupideces.
-Hola chicos. -escuchó la voz de Lucy a lado de él
-Hola Lu -contestaron todos sonriendo a la niña y a Edmund
-¿Qué haces afuera? -preguntó Susan mirándolos enojada-. Creo que les dije que no salieran hasta que terminaran sus deberes.
-Oh vamos, Su, -Lucy se sentó junto a ella- el día esta hermoso, ¿de verdad esperas que nos metamos todo el día en la biblioteca?
-Creo que necesitas re-acomodar tus ideas, hermanita -dijo Edmund sonriendo
-Cierra la boca.
Lucy se sentó a lado de Percy y lo miró con una sonrisa traviesa.
-¿Qué pasa?
-¿Te gusta mi cuñada?
-¿Qué? -casi gritó- ¿pero que cosas dices, Lucia?
-Lucy -corrigió
-Como sea...
Lucy rodó los ojos.
-No seas grosero conmigo, Perceo.
-Pues no seas ridícula.
El rostro de Lucy se puso tan rojo como el cabello de los Weasley.
-Si estuviéramos en Narnia, mis súbditos te habrían asotado por ser tan grosero -dijo cortante
-Pero esto no es Narnia, esto es Hogwarts.
Si bien Percy no se llevaba muy bien que digamos con los Pevensie, o, mejor dicho, no se llevaba bien con ellos por su envidia a Peter, aunque aveces se arrepentía por tratar mal a los demás.
Lucy se levantó y caminó hasta Harry y Ginny, quienes estaban a punto de caer al lago, y los empujo tan fuerte que salpicaron agua por todos lados. Empezaron a reír y pronto todos jugaban aventándose agua.
-No tienes que ser tan duro con ella -escucho a Edmund a su lado
-Ahora tú también...
-Escucha Percy, no se que problema tienes, y la verdad no me interesa -dijo Edmund mirándolo seriamente y Percy vio al rey reflejado en su rostro infantil-. Pero si llegas a hacer llorar a mi hermana o a molestar a alguno de mis hermanos, entonces me encargare de hacerte la vida imposible
Se levanto y fue a jugar con Lucy mientras Percy gruñía por lo bajo.

XxXxXxXx

La oscuridad y los gritos agonizantes llenaban todos sus sentidos, no sabían donde estaban ni a donde demonios habían llegado. Maldecían a esos estúpidos niños que los habían mandado a ese lugar. Solo se tenía el uno al otro.
-No creas que me hace muy feliz estar contigo -dijo Jadis con un hilo de voz-. Por seguirte estamos aquí...
-¿Prefieres que lo hagamos a tu modo?
-Esperaba que lo dijeras, Voldemort, eres más inútil que mis sirvientes
-No permitiré que me hables así, pequeña, en mi mundo gobierno yo, en el tuyo gobiernas tú...
-Pero no estamos en ningu...
Luz, una extraña y distorsionada luz se extendió frente a ellos y el canto de las aves se escucho, rápidamente la siguieron, esperando a que los llevara a un lugar conocido y no quedarse estancados en ese lugar. El rostro de Jadis se lleno de una maligna y extraña alegría.
-¿Dónde estamos? -pregunto Voldemort
-Mi querido amigo... bienvenido a Narnia...

Harry Potter: La Última Batalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora