La tierra de los elfos se encontraba en silencio, un silencio respetuoso y temeroso, Clarissa y Bran se levantaron al mismo tiempo con miradas sorprendidas. Un gran y majestuoso león avanzaba a paso lento por las celestes calles, donde todos y cada uno de los elfos se arrodillaba a su paso. Cuando Aslan llegó hasta Clarissa y Bran ellos cayeron de rodillas frente a él, con la cabeza inclinada.
-Arriba, mis preciados lideres -ordenó Aslan-. He venido a facilitarles la llegada de su ayuda.
-¿Señor? -preguntó Clarissa levantándose lentamente con ayuda de Bran.
-Tu ejército ha crecido, los Narnianos que se salvaron han sabido ocultarse, pero no estarán solos, mi reina -explicó el león-. Han de llamar a los antiguos soberanos.
-Caspian tenía el cuerno, él debió de haberlos llamado -le dijo Clarissa jugueteando nerviosamente con los dedos-. Él los llamó, ¿por qué no están aquí?
-Si los antiguos reyes estuvieran en Narnia, la noticia de su llegada habría llegado hasta nosotros -dijo Bran mirando a Aslan.
-Nada sucede del mismo modo dos veces -dijo Aslan simplemente-. Ahora los soberanos no llegaran mediante el llamado, ellos tienen que encontrar la forma de entrar, al igual que Jadis y sus tropas.
-¿Encontrar la manera? -Clarissa palideció- Eso podría llevarles años.
-Si, podría, pero en su mundo cuentan con ayuda, ellos solo deben encontrar el camino, y lo harán más rápido si tú, mi reina, les envías un mensaje.
-¿Cómo puedo hacerlo?
Aslan dio dos vueltas por la pequeña mesa en que se encontraban, suaves rugidos escapaban de su garganta, sopló y un viento cálido lleno el lugar, una hoja del árbol más cercano cayó a los pies de Clarissa con suavidad y ella se inclinó a tomarla.
-Recítalo -ordenó Aslan.
Clarissa miró con detenimiento la hoja y se dio cuenta que había letras marcadas a fuego en una antigua lengua narniana, ella respiró y se puso a recitarlo tres veces.
-Ahora, da tu mensaje -murmuró Aslan.
Clarissa cerró los ojos, dejando que los recuerdos de cuando tuvo que dejar el castillo la invadieran, también los recuerdos de los últimos días llegaron a su mente.
-Ayúdenos -murmuró-. Ayúdenos, por favor, han tomado Narnia, secuestraron al príncipe de Archenland y tienen cautivo a Caspian. Por favor. Los necesitamos.
Después de ello una nube de humo blanco apareció en el aire frente a ella, suaves murmullos escapaban de ella, y entonces se desvaneció.
...
-¡Cuidado! -gritó alguien en medio de las calles de Hogsmeade.
-No fui yo -respondió otra voz.
Una pequeña niña, de no más de nueve años, que iba pasando por allí se detuvo con los ojos abiertos como platos mientras buscaba a los dueños de esas voces.
-¿Ves lo que haces, Fred? Ya asustaste a la niña.
-Si no me hubieras pisado...
-Que yo no fui.
La niña seguía buscando a los dueños de esas voces, dueños invisibles, y entonces salió corriendo.
-Eso es, no hay nada que ver aquí -dijo Fred.
-No nos puede ver, Freddie.
-A eso me refería.
La crujir de las ramas a su paso, era lo único que delataba su presencia. Fred y George entraron en un callejón antes de hacerse visibles de nuevo.
ESTÁS LEYENDO
Harry Potter: La Última Batalla.
De TodoContinuación de El Misterio de los Herederos ( https://my.w.tt/kFe0HjMvlN ), historia escrita por mí. Sigan la historia de Harry, Ron, Hermione, Peter, Susan, Edmund, Lucy, Ginny, Clemence, Draco y Zoey, el su desesperado intento por salvar un mundo...