Capítulo 12

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-¡Por los dioses! -gritó Annabeth apoyándose en los hombros de Peter y Edmund- Odio estas malditas apariciones.

Y eso mismo opinaban todos, mientras se apoyaban sobre sus rodillas para tener un momento para tomar un poco de aire.

-¡Ahh!

El grito de Lucy los hizo a todos levantarse rápidamente sacando sus varitas, pero entonces todos se quedaron pálidos al ver la altura a la que estaban, podían ver todo el valle estirándose frente a ellos, mientras todos se encontraban a pocos metros de la punta de la enorme montaña. El camino hacia abajo eran tan empinado que tuvieron que tomarse las manos para no resbalar.

-¿Dónde dices que se encuentra la Adivina, Lucy? -preguntó Percy.

-Una cabaña -respondió la niña-. Esta por ese pequeño lago de allá.

Peter siguió con la mirada el dedo de su hermana y, gracias a sus instintos, logro ubicar una pequeña cabaña. Se puso en marcha con los demás pisando sus talones, mientras ayudaba a Hermione y Lucy a bajar por piedras.

-¿A dónde rayos vas? -pregunto Harry a pocos metros de él.

-Ya ubiqué el lugar, ustedes sólo vengan -respondió.

Annabeth y Percy levantaron la ceja.

-¿Estás seguro de lo que haces, Peter? -pregunto la chica.

-¡Por supuesto que sí! -gritó Clemence desde adelante mientras brincaba por encima de un tronco.

Harry, Ron y Ginny estaban lanzando piedritas hacia adelante, calculando que tan dolorosa sería si caída si alguno resbalaba. Draco y Susan bromeaban sobre si un troll de las montañas soportaría una caída desde esa altura. Clemence, Edmund y Lucy arrastraban los pies dejando marcas en la tierra. Atrás de todos ellos, Percy y Annabeth jugaban carreras para ver quien brincaba más alto los obstáculos. Mientras que, liderando el grupo, Hermione y Peter se tomaban de la mano y se daban suaves besos en los labios cada poco rato.

El silencio en el que se encontraban no era para nada incómodo. Todos estaban perdidos en su propio mundo.

-... Y entonces, Grover metió el pie en esa... cosa y casi...

Percy dejó de escuchar a Annabeth mientras un ligero mareo lo atacaba. De pronto vio la imagen de su padre, su padre en el mundo real, frente a la puerta de su casa. ¿Qué diablos significaba esto? Notó a Poseidón preocupado y ligeramente molesto al notar que nadie le abría, entonces desapareció en un resplandor.

-¿Me estas escuchando? -preguntó Annabeth mirándolo.

-La verdad... no -admitió, al ver que ella iba a replicar añadió: -. Vi a mi padre... estaba en New York.

-¿Tu padre en New York? -Annabeth parecía perpleja- ¿qué estaría haciendo allí?

-No tengo idea, pero se veía molesto, -tomo aire- molesto y preocupado.

Annabeth lo miró en silencio, tratando de buscar una razón para que Poseidón estuviera en tierra mortal. Pero antes de que siquiera atara cabos la voz de Peter los interrumpió.

-Llegamos.

Todos se pusieron en línea recta frente al claro que había frente a ellos. Una pequeña cabaña se alzaba a unos cuantos metros, suspiraron.

Mientras todos avanzaban, Lucy se tomó un momento para admirar el hermoso paisaje. Muy poca luz se filtraba por entre los árboles, dándole un toque hermoso de bosque encantado. Pequeñas ardillas subían corriendo a los árboles junto con un montón de nueces dentro de sus pequeñas bocas, haciendo un bulto gracioso en sus mejillas. Pequeños destellos de luz brillaban de un lado a otro, moviéndose con rapidez. Miró hacia enfrente y vio la cabaña iluminada por sólo un rayo de sol y sonrió. Caminó detrás de sus amigos y llegaron a la puerta. Peter levantó la mano y tocó tres veces.

Harry Potter: La Última Batalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora