Capítulo 6.

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Adriana

Se acercaba el aniversario de Stephen y yo. La verdad es que empezamos a ser novios en nuestro último año de secundaria, ahora íbamos a cumplir un año de novios. ¿Cuál sería el regalo perfecto para él? Esos obsequios materiales son muy comunes, quizás deba darle algo que le agrade mucho más. Llamé a Billy para que me ayudara un poco con eso, mi mente muchas veces no genera ideas sola.

—Hola, tarada. — ella nunca cambiaba esos modales.

—No te haré perder el tiempo, ¿estabas ocupada en casa? —asintió— Entonces vallamos al grano.

—¿Al grano? —afirmé —¿Me has hecho venir para hablar cualquier cosa, pudiendo habérmelo dicho por teléfono?— negué.

—No quise. Ahora siéntate y ayúdame, para algo te he otorgado el derecho de ser mi mejor amiga, ¿no?— empezó a reír.

—¿De que se trata?

—Se acerca el aniversario de Stephen y yo, no sé que regalo hacerle. — volvió a reír. —¡Para de reír ya! Esto es serio.

—Ahí tienes tu virginidad, entrégala.

—¿¡ESTÁS LOCA!?— me sobresalté.

— Claro que no. Tienes diecinueve años, vas a tener un año de relación con él, no es que sea mucho, pero lo conoces y sabes que te quiere. A parte, no digas que no te dan ganas de hacerlo. — mis mejillas comenzaron a arder.

—Bueno... ¡Sí! Pero me da miedo. — rodó los ojos.

—Eso es muy normal, él sabrá cómo tratarte y hará que te sientas cómoda. Dejarás de ser virgen, lo harás todas las veces que quieras con él, con él hombre que amas, y lo mejor, si te entregas quizás no busque en otra mujer lo que tiene contigo. — Eso siempre me dejaba pensando, si sería capaz de buscar en otro sitio lo que yo todavía no le había dado.

—No está mal tu idea, además quiero mucho a Stephen.— rió sarcásticamente.

—También lo harás porque te gusta, no te hagas la víctima. — las dos reímos, ella sabía muy bien todo.

—¿Crees que cuando mi madre se entere tengamos problemas?— se quedó pensando.

—No tiene por qué enterrarse, y si se entera no tiene por qué regañarte o algo, es normal tener relaciones con tu novio. —No estaba tan convencida.

—No lo sé...— dije un poco pensativa.

— Tú eres la que tienes que elegir dónde y con quién perder la virginidad, ella eligió a quien entregarle la de ella, tranquilízate y disfruta. — ella siempre me hacía reír con sus cosas.

—No sé si sea el momento adecuado para hacerlo, no sé las consecuencias que tenga después de eso, sin embargo, lo haré... Lo haré porque lo amo, porque bastante ha contenido sus ganas para no fallarme a mí, porque quiero sentirlo más cerca y más mío. — Estaba completamente segura de que quería hacerlo, y también sabía que no me arrepentiría nunca.

—¡Esa es mi amiga!

Me puse de pie y le di un abrazo.

—Gracias por escucharme y aconsejarme. Te quiero, Billy, muchísimo. — me dió un beso en la mejilla.

—También te quiero, amiga. Ahora tengo que irme. — rápido se fué y yo me quedé sentada en el sofá pensando en el asunto.

***

Stephen

Cuando cumplí mis dieciocho años estaba decidido a vivir solo, no soportaba a mi padre y había pensado en esa decisión desde hacía bastante tiempo. Él siempre quiso que yo me acostumbrara a la vida de los negocios y las grandes empresas, pero a mí nunca me gustó nada de eso. Siempre pensé que trabajar en una empresa era amarrar mi vida a una oficina, así como mi padre. Por súplicas de mi madre él todavía me pasaba pensiones cada semana, es un buen dinero y socorre mis gastos. Lo más correcto sería que no gastara su dinero en mí, yo debería trabajar, pero mi familia era una de esas familias con los perjuicios de mantener a los hijos mientras estudien. A mí, especialmente no me molestaba que lo hicieran.

La Dictadura De Jooker. ©✔️LIBRO 1 [CA2020] [TERMINADA] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora