Tiempo después.
Adriana
Stephen y yo sufrimos mucho por esa mala experiencia que pasamos. Bastante tiempo estuve sumergida en mi mundo culpándome de la muerte de nuestro hijo, pero él aunque también se veía decaído, trataba de darme ánimos y ayudarme a aceptar. La situación fué muy difícil, sin embargo, él nunca me dejó sola. Mi madre después de unos días comenzó a sospechar y Stephen y yo decidimos contarle todo lo que había pasado en nuestra relación. Como toda madre al principio se sintió decepcionada de mi y me miraba con unos ojos tristes, eso me mataba. Luego de unos días Stephen tuvo una conversación con ella y yo más tarde expliqué que todo lo justificaba mi amor, que no me arrepentía de nada. Le platiqué de la amenaza de aborto que tuve y por varios días no me dirigía la palabra, se sentía traicionada y con razón. Mil veces le pedí que me entendiera, que se pusiera en mi lugar, porque estaba siendo feliz con el hombre que yo realmente amaba. Ese día que tuvimos la última plática del tema, ella me miró y me sonrió.
—No te preocupes, hija. —trató de parecer indiferente.
—Mamá acepto que quizás me apresuré demasiado y debí esperar un poco más, pero ni siquiera de eso me arrepiento. Jooker me ama, mamá.—le dije tomando sus manos.
—Y de eso no me cabe la menor duda. Lo que en verdad me molestó fue tu falta de confianza hacia mi, ¿por qué no me contaste todo antes?— sonreí débilmente.
—Tenía miedo de que me juzgaras.—ella negó.
—Todos y todas pasamos por esas etapas de la vida, a mi solo me hubiese gustado apoyarte. — la abracé.
—Te juro que cualquier otra cosa te la voy a contar, ¿si?—ella asintió.
De repente quise preguntarle algo que rondaba en mi mente.
—¿Mamá tú amaste a papá?—obviamente la pregunta la tomó por sorpresa.
Luego de estar sorprendida, sonrió y me tomó de las manos.
—Con todo mi corazón. —sonreí.
—Yo también amo a Stephen, mamá. Cuando nos vimos por primera vez ninguno de los dos podíamos dejar de mirarnos. Esos ojos y esa mirada me hipnotizaron desde el primer momento en que los ví. Lo amo tanto como me amo a mí, y por amarnos, hemos hecho tantas locuras. Nuestro amor va más allá de la conexión de nuestros cuerpos, más allá de cualquier cosa... Es como si estuviesemos conectados a la misma máquina que nos da oxígeno a los dos, y si uno se deconecta el otro muere. No imagino mi vida sin él.—ella me miró con esos ojos compasivos.
—De esa misma forma te ama él, hija. Lo aseguro porque cuando estabas en el hospital por falta de alimentación él estaba muy preocupado por ti, no se movió de la clínica ni para tomar un café hasta que el doctor diera noticias. — pensé en él.
Quisiera siempre estar a su lado, escuchándolo, besándolo y que comparta sus penas conmigo. Yo no había olvidado el problema con Raquel, pero me quedó bastante claro que a quien quiere es a mí, no hay necesidad de pelearse por puestos. Además de eso ya habíamos aclarado el asunto, no me preocupaba por ella.
En esos días de angustia Billy había estado conmigo, varias veces se quedó a dormir y cuando Stephen no estaba me pedía que saliéramos por ahí a caminar. Gracias a ella también volvieron los ánimos al cuerpo y quise tratar de olvidar los malos momentos que me atormentaban.
Estaba muy feliz, mi novio y mi mejor amiga me querían mucho y eso me animaba un poquito más.
Un día como cualquier otro, bueno no como cualquier otro, ese día era importante porque era el día de la fiesta de los Harrison's. Los Harrison's eran gemelos muy conocidos en la universidad por los bienes de sus familiares. Stephen, Billy, Diego y yo fuimos invitados a la gran fiesta. Todos nos sorprendimos bastante con esa invitación, pero al parecer no habíamos pasado desapercibidos y fuimos invitados.
...Claramente nosotros iríamos...
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La Dictadura De Jooker. ©✔️LIBRO 1 [CA2020] [TERMINADA] (Editando)
Romance¿Cómo una relación tan perfecta se puede convertir en una dictadura? Adriana y Jooker tenían el noviazgo perfecto hasta que un día Jooker vió a su novia besar a otro chico. ¿Lo más correcto no sería terminar con ella? Quizás, pero la quiso someter a...