Capítulo 23.

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Narrador Omnisciente

Las cosas en Detroit cada vez estaban peores. El empeño de Adriana en mejorar o restaurar algo que ella no dañó, estaba haciendo que las cosas se pusieran más delicadas de lo que ya estaban. Quizás ella no se acostó con ningún tipo, pero Stephen de eso no estaba tan seguro. El embrollo del beso en la fiesta, el sobre con las fotos "de Adriana"  y la foto en el perfil de Stephen, habían creado unas lianas extremadamente potentes en el medio de ellos dos.

Y como la fuerza mayor sabía el punto débil de la relación, continuaría atacando.

—Todo ha salido muy bien.— decía Raquel a su amiga, quien la ignoraba por estar en la pantalla del celular.

—¿A qué te refieres? Stephen todavía no ha terminado con Adriana. — Raquel rió.

—Están más separados que juntos. Después de que envié el sobre con las fotos, la relación no es la misma. — la chica dejó de mirar el celular para prestar atención a sus palabras.

—¿No estás conforme?—le preguntó y Raquel negó—Pero ayer le etiquetaste una foto en su perfil, por lógica supongo que Adriana la vió y el lío ahora es mayor. ¿Ya no está bien así?

—Claro que no. Necesito que la relación se corrompa hasta más no poder.

—Harás sufrir a Stephen. — le recordó la amiga.

—Yo estaré ahí para ofrecerle mi hombro si quiere llorar, pero Adriana debe desaparecer de nuestras vidas, sí o sí. — las palabras de Raquel estaban llenas de odio y de maldad. Odiaba infinitamente a Adriana por haber obtenido el amor de Stephen y que ella tanto deseaba.

—De verdad que estás loca.—le decía la chica mirándola.

—No creo. Stephen me ha buscado varias veces y eso era lo que más quería.

—Sí, pero te ha buscado por despecho, porque se siente mal al no poder estar con Adriana, no porque te ame. — Raquel odiaba cuando ella le restregaba las cosas en la cara.

—¡Deja de dar opiniones que nadie te ha pedido, estúpida!— le gritó.

—Yo creo que la única estúpida aquí eres tú, porque una cosa sí te digo, el amor sobrepasa la maldad, y ellos dos se aman aunque te duela. — parecía que en vez de ser amiga de Raquel era amiga de Adriana, porque extrañamente siempre la defendía.

Raquel la fulminó con la mirada y le hizo señas de que hiciera silencio.

—Tengo otro plan en mente.

—¿Que planeas hacer ahora?—la chica rodó los ojos.

—Algo determinante.

—Pero, ¿que es?— Raquel negó con la cabeza.

—En su momento lo sabrás.

A leguas se notaba la mente perversa que tenía Raquel. Claramente sus planes radicaban en perjudicar a Adriana. Una vez más haría que la relación se corrompiera para llevar a cabo sus planes con Stephen. Lo peor de todo era que Stephen, por despecho y dolor, se estaba dejando llevar.

***

No quiero salir, Raquel. —decía un Stephen cansado de ser molestado.

La Dictadura De Jooker. ©✔️LIBRO 1 [CA2020] [TERMINADA] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora