La Dictadura De Jooker. ©✔️LIBRO 1 [CA2020] [TERMINADA] (Editando)

☄️¡E P Í L O G O!☄️

Realmente ya había dado por terminada la historia, pero una fiel lectora mía VNogueras(que por cierto ha estado desde el inicio) me pidió un extra.

Gracias por tus comentarios, tu apoyo y siempre estar fiel a cada capítulo. No podría negarles un extra, porque además, han votado y han estado al pendiente.

¡AQUÍ SU EXTRA!♥️

Un tiempo después...

—¡Amiga! ¡Llegaste!—gritó una amiga eufórica después de tanto tiempo sin ver a su compañera.

Adriana sonríe con inocencia y la abraza.

—¿Cómo has estado, Billy?—le pregunta sin soltarla.

—¿Cómo es que te atreves a abrazar a mi hija antes que yo? Qué forma tan hiriente de faltarme al respeto...—dice la madre de Adriana y todas ríen.

Adriana fue hasta los brazos de su madre y se sumergió en un cálido abrazo, uno de esos que te devuelven a la vida. Al separarse le sonrió y su madre acarició su mejilla.

—¡Amiga! ¿Rusia hace algún tipo de magia o qué? ¡Estás bellísima!—Billy no cambiaba esa forma de exagerar.

Pero la verdad es que era cierto. Adriana había cortado su cabello, ahora su largo se limitaba hasta los hombros. Traía el cabello ondulado y con muchísimo brillo. Su rostro había rejuvenecido, se veía más joven de lo que realmente era y su piel había aclarado muchísimo. Ahora sus ojos brillaban y se notaba en ella esa vida que antes se le fue arrebatada. Un lindo jeans acompañado de unos hermosos tacones negros y una blusa un poco holgada rosa, adornaban su nueva y hermosa personalidad.

—Gracias.—se limitó a decir Adriana.

Adriana continuaba siendo la misma chica de siempre, pero ahora era un poco fría y distante. Todo el tiempo en Rusia, a parte del dolor por el que tuvo que pasar sola, la hicieron ver que no tenía a nadie más que a ella...que todas las tardes cuando el sol se ocultara a quién vería en el espejo sería a ella. Digamos que aprendió a amarse y a dedicarse a ella en su nueva versión.

—¡Vamos a casa! —dijo Billy mientras caminaban hacia la salida donde estaba su coche.

Billy tomó las maletas de Adriana y las subió en la parte tracera del auto. Eran varias maletas, así que Billy pensó que en ellos había traído todos los rusos. Rió ante ese pensamiento.

Las tres subieron al auto y Billy aún continuaba riendo de su anterior pensamiento. Adriana la miró y frunció el seño.

—¿Qué pasa? ¿Ahora ríes sola?—le pregunta con una sonrisa.

Ella niega y voltea a mirarla.

—Río de todo el equipaje que has traído... Dime, ¿trajiste todos los rusos ahí?—la madre de Adriana y ella comenzaron a reír.

Adriana niega sin parar de reír.

—Si supieras que no son tan guapos como para hacerles el favor de traerlos aquí.—aumentaron las carcajadas y así llegaron a la casa de Adriana.