VI. I really missed you, please don't go again

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Era la primera vez tras una pelea que Albus sentía que su hermano no era un completo cateto. Claro, su hermano siempre había sido bastante brusco, decía lo que pensaba sin importar que esto causara una pelea con su hermano, pero esta vez debía darle la razón, por mucho que le pese. El joven pelirrojo acabó sudando, hacía mucho calor aún, y acabar a voces con su hermano no ayudaba, así que se sirvió un vaso de agua y comenzó a beberlo, cuando escuchó unos pasos a su espalda y seguido sintió que le tiraban de la camisa.

-Albus... Abi dice que está cansado, ¿por qué discutíais?-

Dijo la menor haciendo un pequeño puchero de tristeza. Albus se agachó a su nivel y le revolvió el cabello.

-A veces estamos en desacuerdo, pero no debes preocuparte, pues ya está todo arreglado.-

Le sonrió para tranquilizarla y besó su frente. Ella asintió algo más animada.

-Abi se queja mucho de tu amigo... nunca he hablado con el, pero si te cae bien, entonces debería caerme bien a mí, y a Abi.-

El Mayor asintió ligeramente sonriéndole.

-Algún día le conocerás, estoy seguro de que te caerá bien.-

. . .

Un par de casas más arriba, el joven Grindelwald se preparaba para salir, bueno, una semana sin verlo era suficiente para aclarar su mente. No iba a distraerse más con el lindo pelirrojo. No es que no le pareciera atractivo, que lo era, es que siempre pensó que ese tipo de sentimientos no eran para él. No debería fijarse si se sonroja o si se le queda mirando, sino si es capaz de sacar información útil, que era el motivo por el cual lo convirtió en su aliado. Aún así, siempre supo que era difícil no caer en la tentación, pues parecía que Albus estaba rodeado por un aura muy cálida, que lo hacía sentir cómodo incluso a el, sacando lo mejor de su persona.

Planeaba presentarse en casa de Albus, dándole igual si se cruzaba con su hermano. Solo quería volver a verlo, hacerle entender que esta semana había sido un aburrimiento sin compartir sus pensamientos con el. En cuanto al pequeño beso... bueno, había sido divertido para el, y no sabía a ciencia cierta si para su amigo también, aunque apostaba porque le había gustado.

Salió de casa de su Tia tras despedirse de ella, sentía cierto entusiasmo por verlo de nuevo, pero decidió enterrar ese sentimiento poniendo su típica cara de seriedad, así era mejor.

No tardó ni dos minutos en recorrer la calle que separaba sus casas, caminando con las manos a la espalda, pareciendo relajado cuando en realidad no sabía que como iba a actuar, quizá sacaría el tema del beso para reírse un poco. Llegó abriendo la verja del patio y se paró frente a la puerta, llamado.

-¿Que quieres, Grindelwald?-

Preguntó en un notable tono osco y poco amigable, a la vez que alzaba una ceja y se recargaba en el umbral de la puerta.

-Solo ver a tu hermano, si no es molestia.-

Dijo el joven impasible, pero añadiendo "un poco" de sarcasmo en sus palabras, esto no pasó desapercibido para el menor. Aberforth rodó los ojos.

-Ahora mismo está duchándose, vuelve más tarde. Seguro que solo vienes a perder el tiempo con él.-

El humor del pelirrojo seguía pésimo desde aquella pelea el día anterior, solamente ver la cara del amigo de su hermano lo hacía gruñir. Era evidente que ninguno de los dos se complacía viendo al otro, y ninguno de los dos hacía nada por disimular. Gellert se cruzó de brazos alzando una ceja.

Gellert & Albus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora