Gellert & Albus

XIII. Elphias Doge

Tras formular aquella pregunta, todos los presentes se voltearon a las dos personas que acaban de entrar. Ariana estaba sentada en el sofá con la señora Bagshot mientras que Aberforth y Elphias se encontraban charlando de pie.

Albus estaba de piedra, literalmente era la persona que menos esperaba ver. Su mejor amigo, Elphias, que estaba recorriendo el mundo, estaba de pie en el salón de su casa, justo en el peor momento posible. Parecia que habría que aplazar la charla con Aberforh, y eso lo ponía nervioso, porque se lo quería quitar del medio ya que había adquirido el coraje necesario. Todo pasó muy rápido. Elphias caminó hacia el muy sonriente, mientras que el apenas pudo articular una mueca parecida a una sonrisa torcida dado el revuelto de emociones que sentía dentro él, haciéndolo temblar ligeramente.

-¡Albus amigo! Que alegría verte después de este tiempo, ¿qué tal va todo?-

Sentía como el muchacho lo abrazaba con fuerza. Tardó unos segundos en corresponder el abrazo palmeando su espalda mientras veía por encima de su hombro la mirada severa de su hermano detrás suyo, donde estaba Gellert apoyado en el umbral de la puerta. Se apostaría lo que fuera a que le estaba devolviendo la mirada.

Después de aquellos segundos de abrazo, Elphias se separó un poco, lo suficiente para mirarlo al rostro sonriente. Su compañero y mejor amigo en Hogwarts era de su misma estatura, pero él era de cabellos morenos, casi negros y siempre fue de complexión más robusta que él, que siempre fue muy delgado. Se sintió mal por no poder reaccionar de la misma manera que él. Seguramente en otras circunstancias estaría muy feliz de verlo de nuevo. Simplemente era el momento equivocado, pero no pretendía ser maleducado encima que se había tomado la molestia de acercarse a saludar.

-Hola Elphias, es un gusto verte de nuevo.-

Dijo haciendo un gran esfuerzo porque no le temblara la voz, cosa que su amigo no notó. Tampoco se había percatado de la presencia de Gellert, quien lo miraba atentamente.

-¿Te he sorprendido? Esa era mi intención. Te dije que me pasaría a verte en aquella carta que te envié. Francamente me siento mal de no haberte escrito, pero ya que pasaba por aquí, quería contartelo todo en persona. Me puse en contacto con tu hermano ayer vía lechuza, me ha ofrecido quedarme a pasar la noche aquí.-

La cara de Albus era una odisea. ¿Se iba a quedar aquí? Bueno, mirando la parte positiva, igual se olvidaba un poco de todo y charlaba con quien había sido su mejor amigo en sus años escolares, seguro tenían muchas cosas que contarse. Entonces se le vino a la cabeza Gellert. ¿Que opinaba él de que un desconocido se quedase a dormir con él? De seguro su rostro era un chiste.

-Es.. es maravilloso que te quedes, así podemos ponernos al día.-

De nuevo habló sin mucha emoción en sus palabras, pero su amigo, que estaba sumamente feliz, no se percató. Ambos muchachos se sonreían, pero se voltearon a la señora Bagshot cuando habló.

-Gellert querido, ¿acaso no vas a presentarte? Es un amigo de Albus de cuando asistían a Hogwarts. Seguro que os lleváis bien.-

Entonces todos miraron a Gellert, quien se acercó un poco con las manos en la espalda, sin ninguna expresión en su rostro. Así era como el rubio se mostraba ante todo el mundo que no fuera Albus. Elphias levantó la mirada a el también, con una pequeña sonrisa y le extendió la mano. Gellert la tomó sin sonreír.

-Soy Elphias Doge, amigo de Albus. Me alegro de que os llevéis bien, y que hallas convencido al terco de Al para conocer gente nueva.-

A Albus no se le había escapado la mirada de diversión que tenía su hermano. Suspiró para si mismo y los miró, pero lo que más le llamó la atención fue como la mirada de Gellert se ensombrecia levemente. ¿Acaso lo había llamado Al? ¿Que derecho tenía de llamarlo así? Solamente él podía hacerlo. Albus carraspea levemente, pues parecía que solo él se había dado cuenta de aquello.