XV. Wanna be yours

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Escribiendo esto tenía en la cabeza la canción de Arctic Monkeys :')

Atención: capitulo caliente al final ;))))

Tan rápido como se perdieron en los límites del bosque que delimitaba Godric's Hollow, ambos jóvenes comenzaron a aumentar el volumen de sus risas y gritos de júbilo. Gellert corría por delante, tomando la mano de Albus y casi arrastrandolo tras él. El pelirrojo se sentía eufórico, se sentía suyo... era inútil negarlo, Gellert se había convertido en un muy corto periodo de tiempo, en la persona más importante de su vida. Y sobre todo, a la que más amaba. Estaba enamorado, enamorado hasta decir basta de él.

Tenía un brillo en sus ojos que hacía ver a kilómetros lo feliz que estaba. ¿Que más daba que fuera magia peligrosa? ¿Que más daba que Gellert robara el puñal? ¿Que más daba lo que pensara Aberforh? Esto era más emocionante que recibir su carta de Hogwarts a los once años, era prácticamente casarse con él, o almenos así lo sentía.

Se habían salido del sendero que marcaba el camino de vuelta, pero no le dieron ninguna importancia, pues todo lo que querían hacer en este momento era perderse por ahí solos y hacer Merlin-sabe-que tras el pacto. Los nervios que Albus sentía eran solo un síntoma más de la emoción y ganas que tenía de consagrarse con el. Aparte del brillo de sus ojos, mordía su labio inferior con impaciencia, al punto se sangrar, y le temblaban las manos. Aunque Gellert también estaba nervioso y ansioso, lo disimulaba mejor.

Mientras corrían por ahí, Albus estuvo a punto de tropezar con una raíz que sobresalia del piso, pequeñas risas se escapaban de parte de ambos cuando Gellert, en un movimiento ágil, lo atrapó y pegó a su cuerpo. Después sus labios se encontraron y ya sabemos el resto.

Pasados alrededor de veinte minutos caminando entre cada vez hierba más densa y alta, Gellert se detuvo en seco, mirando a su alrededor. Sentía a Albus tras el, con la respiración acelerada por correr sin descanso. Escuchaban agua correr, suponiendo que era de un riachuelo. Efectivamente, un poco más adelante había un riachuelo del que corría poca pero fresca agua. A su alrededor había piedras musgosas. Los jóvenes se sentaron a descansar allí.

Mientras Albus refrescaba su rostro con el agua fresca, Gellert estaba sentado en una de las piedras, moviendo su varita en varias direcciones. Parecía estar utilizando un hechizo de guía según se había percatado el más bajo, pero no estaba seguro. Al cabo de unos minutos, la punta de su varita adquiría una pequeña luz azulada, mostrando que ese era el camino a seguir, justo tras unos arbustos bastante frondosos. Albus comenzó a caminar tras él de nuevo, esperando llegar a donde Gellert los llevaba.

-¿No crees que nos estamos alejando un poco?-

Habló por fin con el rostro lleno de gotitas de agua que resbalaban por sus mejillas sonrojadas. Gellert no se giró a mirarlo mientras andaba.

-Juraría que estaba por aquí... no te preocupes, sé como volver.-

Efectivamente, Gellert estaba buscando algo, ¿qué sería? La luz de su varita comenzó a brillar con más intensidad detrás de aquellos arbustos según se acercaban. Frunció levemente el ceño confundido mientras seguía caminando detrás de él. No es como si no se fiara, pero francamente no tenía ni idea de donde estaba, porque hacía un buen rato que perdieron de vista el camino señalizado, aquello era bosque salvaje y por mucho que lo afirmase, ni Gellert estaba del todo seguro de saber donde se encontraban. Seguramente se hubiera sentido asustado, ¿Pero con el rubio a su lado?

Lo seguiría con los ojos vendados a donde fuera.

Sonrió levemente tras aquel pensamiento, estaba dispuesto a darle todo de él a aquel muchacho que lo hacía sentir importante, que lo había conseguido sacar de su habitación tras enterarse de la muerte de su madre, y aquel que lo sacaría de aquel pueblo en un futuro no muy lejano. Amaba a Gellert, lo amaba profundamente.

Gellert & Albus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora