X. Albus, let's make a blood pact

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Después de que Albus se fuera de la casa de su tía, Gellert se dio cuenta nuevamente de que sin el pelirrojo, estar en ese pueblo era un aburrimiento. Su tía se pasó la mañana en su estudio preparando una entrevista a la debia ir en unos días a Londres, y Gellert no queria ir a la casa de los Dumbledore para evitarle conflictos a Albus.

Aquella pequeña biblioteca que su tía poseía en su casa era lo único que lo sacaba, aunque fuera por unas horas, de ese infernal sentimiento de querer compartir sus ideas con Albus y besarlo de nuevo. Sonaba muy ridícula esa última parte, más era lo que más le apetecía. Probablemente estaba apunto de devorar otro libro más, sino se hubiera percatado de que había algunas hojas arrancadas, ¿Por qué habría hecho algo así su tía? Con la rabia que le daba ver eso...

Aquel libro era de artes oscuras, Gellert lo reconoció fácilmente, pues en Durmstrang había varios similares que por su puesto, también leyó. Era de tapa dura de aparentemente cuero negro. Simplemente dedujo que quizá lo adquirió en ese estado, pero aún asi, sentía una enorme curiosidad por saber el por qué lo arrancaron y que ponía ahí.

Para intentar entenderlo, releyó varias veces el capítulo anterior, parecía que hablaba de una magia especial, capaz de unir sangre, como una especie de juramento inquebrantable. Sin duda muy interesante. Quizá aquellas hojas perdidas contaban las consecuencias, una parte importante del proceso. Las instrucciones tampoco estaban muy claras, se notaba que el libro era muy antiguo, porque las palabras estaban en bastante mal estado, pero eso no le quitó las ganas al rubio de comprender aquel juramento del que nunca había oído.

Ya era medio día, el rubio casi se sabía de memoria las instrucciones de aquel pacto que a sus ojos, era la solución a muchas cosas. Si Albus aceptaba, que de eso ya se encargaba el, pues sabía perfectamente como hacerlo, estarían unidos por siempre, como si fueran uno.

Era un método algo complejo pero muy efectivo de mantener a Albus a su lado, pasase lo que pasase incluso aunque en algún momento discutieran, el pelirrojo estaría ligado a el. Su primer impulso fue de ir a contarle ese descubrimiento y persuadirle para hacerlo, pero recordando la mala relación que tenía con su hermano, casi mejor le mandaban una lechuza para avisarle de su visita


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-¿De que hablas Gellert? ¿Pacto de amor?-

El pelirrojo se mostraba bastante confuso ante las palabras de su amante, quien parecía emocionado con su propio comentario. Por su parte, al ver que Albus se sentía confuso, tomó con suavidad y discreción sus pálidas manos.

-Mi querido Al... ¿es que acaso no lo ves? Somos dos magos excepcionales, que no merecen vivir escondidos con su talento. Cuando seamos los maestros de la muerte, que será pronto, estaremos juntos, ¿no nos hemos dicho que nos amamos? Entonces hagámoslo, es una brillante idea para mantenernos siempre juntos y jurarnos amor eterno el uno al otro.-

Albus no pudo evitar sonrojarse ligeramente ante aquella idea tan tentadora de procesarse cariño eterno a aquel mago que lo había sacado de la rutina y lo endulzada todo con aquellos besos y caricias. Oh, pero Gellert sabía, sabia más que de sobra que a Albus se sentía en el cielo con sus cariños, era demasiado sensible y se dejaba guiar por su corazón muchas veces.

-Yo... vas a tener que explicarme como funciona eso más a fondo. No parece magia convencional.-

Se cruzó de brazos mirándolo a su contrario y al piso respectivamente, era imposible negarle algo a su apuesto Gellert. Una pequeña sonrisa pícara se asomaba en los labios del rubio sabiendo que no lo veía.

Gellert & Albus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora