“Now I’m searching every lonely place, every corner calling out your name. Trying to find you but I just don’t know where do broken hearts go?
Un par de noches atrás un amigo menciono el Petricor, lo cual en ese momento era una palabra más con un significado desconocido. Cuando supe de su significado me llevo a pensar sobre este tema y como le damos muchas veces el poco interés que este merece.
-Petricor: el olor que desprende la tierra cuando llueve.-
Para aquellas personas que sufren de la pérdida o de la falta de un sentido, ya sea no poder ver, o no poder escuchar, en si el tener en falta un sentido es no tanto el no tenerlo sino en ganar uno. Y nos preguntamos cómo ganan uno…
Así como un sentimiento, no vayan a confundirse, los sentidos son capaces de aumentar cuando uno de estos falla. Digamos ya sea que amamos a alguien y este nos rompe el corazón, pues si somos odiosos empezaremos a odiarlo más. Sea el caso con un ciego, tiene la falla en el sentido de ver, pero su sentido auditivo aumenta a tal grado que te pueden decir que haces con solo escucharte.
El caso es que mientras más la tecnología avanza se da que le damos menos importancia a estos, porque nos creemos invencibles e indestructibles, y no, no lo somos.
Damos a que estos nunca se podrán perder, pero no tenemos en cuenta que al igual que el cuerpo estos tienen un límite. Una fecha de caducidad, la cual es indefinida pero que entre más los esforcemos más está cerca de marcarse.
Entre más fuerte escuchemos la música, mas estamos forzando a nuestro sentido auditivo a aguantar. Entre más acido o más dulce comamos nuestras sentido gustativo se ve afectado y así con todos.
A lo que me voy con todo esto es que creemos que no tenemos un límite.
Somos una humanidad que piensa en un progreso pero no siendo consciente de que nos afecte a nosotros mismos. Vemos demasiado avance, vemos un futuro grandioso sin analizar el daño que cause o si tan siquiera pensar en que si estaremos ahí para presenciarlo.
He de decir que de las mejores que cosas que existen son los 5 sentidos. No porque sin ellas no seriamos nada sino porque entre más las aprecias más sabes usarlas.
Hice una lista de cómo se ven las cosas siendo consiente y agradecido de las cosas que tienes. (Además de que me gusta hacer listas.)
La briza, lleva más olores de lo que aparenta.
El cielo, no es azul. Es un matiz de diferentes tonalidades de azul.
Las frutas, no tiene solo un sabor, degustarlas bien y no comer por comer hace la diferencia.
Oír la letra de una canción, no solo escuchar su ritmo.
Sentir las texturas no como algo más que pasa sobre nuestras manos pero como algo nuevo con que poder relacionar un futuro.
He aquí otro tema, los sentidos están conectados íntimamente con nuestro cerebro. Pero eso ya lo sabemos, lo que no damos a entender es que somos tan capaces o bueno nuestro cerebro es tan capaz que cualquier cosa la relaciona a esta.
Verán hablando con mi amigo, me di cuenta de que muchos de los sentidos los relacionamos con momentos de éxtasis, de suma felicidad. Que probablemente como yo, los hayamos ahogado en el fondo de nuestra memoria pero con el menor destello de algún sentido que haya relacionado o haya sucedido en ese momento vuelven y cobran vida propia en nuestra mente.
Un ejemplo es el olor de un perfume, fui de compras y una de las señoras que me ha atendido llevaba un perfume que me ha recordado a las noches de pequeña que solía compartir con mi mamá. Ella llegaba a contarme historias y me cantaba una canción muy peculiar, que ella había creado para mí. Lo digo, me recordaba a esos momentos porque mi madre uso durante ese tiempo ese perfume y mi cerebro lo reconoció.
Otro me paso, con el sabor de un dulce. Nunca lo había probado y de inmediato lo relacione a una dulcería a la cual fui hace ya un par de años cuando estaba de viaje y me ha traído tantos recuerdos que ni yo misma pensaba que hubieran sucedido. Y adivinen quien es adicta a estos dulces ahora?
Y así me sucedió, me ha sucedido y probablemente seguirá sucediendo. Esas son las pequeñas cosas que dejamos pasar con los estilos de vida que llevamos, demasiado aprisa para poder apreciar lo que se nos regala.
Porque los sentidos son eso, un regalo, un hermoso regalo. El poder oler la tierra cuando es mojada por la lluvia, el sentir la textura de las cobijas al dormir, el observar los colores de un amanecer, el escuchar la dulce melodía que un instrumento produce, y poder degustar de los alimentos diarios.
Porque todo eso y más es un regalo de la vida, que la mayoría poseemos pero que muy pocos apreciamos.