“Qué sea imposible solo hace las cosas más interesantes.”
Como cansa escribir sobre lo mismo, joder. Todo es lo mismo, el mismo ritmo, la misma opinión, la misma vida.
Me he dado cuenta de que no soy capaz de escribir de la misma manera cuando estoy feliz y me parece muy triste. Me parece triste que solo pueda escribir cuando sufro, cuando me acuerdo ti, cuando lo único que queda de nosotros es el frío del viento que se llevó tus palabras y un silencio que me parece absurdo, y muy útil a la vez. Y podría escribir sin parar sobre lo que pudo ser y no fue, sobre la nostalgia o sobre todo lo que tenemos pendiente.Sé que fui la culpable de tu mayor insanidad. Que fui todo aquello que querías tener, porque no me tenías. Que fui la protagonista de tus sueños diurnos y de tus peores pesadillas, esas que, al fin y al cabo, terminaste haciendo realidad.
Y que difícil eras de leer, joder. Siempre fuimos fans de complicar lo que era fácil y convertir en duda lo que era evidente, por eso creo que tardamos tanto en consumirnos, porque nunca nos hemos entendido. Pero que bien nos perdíamos juntos.
Somos como la lluvia inoportuna que nos pilla sin paraguas y como ese día de sol que tanto esperamos. Somos como aquel atardecer de mil colores. Somos como ese porro mañanero. Somos como aquella canción que suena a toda voz en el coche que acaba de pasar. Som… bueno, éramos.
No os engañéis, no me duele. Ya no me escapo cuando vuelven los recuerdos. Ya no. Pero como podes ver, lo he vuelto a hacer, he vuelto a escribir sobre lo que no acaba nunca y solo una canción se reproduce una y otra vez en mi reproductor, Love Who Loves You Back de Tokio Hotel. Y me pilla la duda, si alguna vez recibí el amor con el que yo te amé o si el aprecio era mutuo.La monotonía me tiene en sus manos, muy dentro de ellas pueden ver a la chica sonriente y alegre que una vez fue. La chica soñadora que hoy en día lleva una línea como boca y unas bolsas purpura bajo sus ojos. Y no, no estoy triste pero tampoco feliz. Y todo es repetitivo, así como todas las tontas historias de amor durante la historia.
Porque no hay historia que no incluya el repetitivo amor, ya sea el “final feliz”, la trágica ruptura o el terrible accidente.
Y todas son iguales a la mía, de un amor a la agonía. Porque todas terminan así por más amor que allá. Y si alguna vez nombre al amor como la hegemonía de nuestras vidas estaba en lo correcto, una vez tomada su soberanía te devora igual leona a su presa.
Y bueno, todo va a salir bien. No sé como pero lo sé. Porque estuve bien antes de ti y estaré bien después de ti. Joder, maldito sea el amor y todas sus implicaciones.