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Kim Taehyung llegó a su departamento más cansado de lo que se imaginaba, sus hyungs de verdad tenían mucha energía; se quitó los zapatos y caminó hasta la cocina, donde se sirvió un poco de agua en su taza de ositos y siguió a paso seguro hacia su habitación, se mantenía fiel a su idea de tumbarse a dormir apenas su cabeza tocara la almohada.

Todo iba bien en sus planes mentales, hasta que una voz le hizo detenerse de golpe, escuchaba un tarareo, era muy bajito, incluso pensó que provenía de su cabeza y el cansancio. Prosiguió a su habitación y se tumbó en su cama, dejando la taza que ya no tenía nada de agua en su mesa de noche y cerró sus ojos.

Que bella manera de terminar un día largo, dormir como un oso es la mejor solución.

Todo se volvió oscuro, pudo sentir como Morfeo se acercaba y lo tomaba en sus brazos, estaba siendo transportado al mundo de los sueños.

— Morfeo, tiene unos brazos bastante fuertes — mencionó el castaño, sintiendo la fuerza y humedad — ¿porqué estas mojado? — consultó, perdido.

— ¿Morfeo? — escuchó una risa nasal.

— Tu risa me recuerda a alguien — pasó sus manos por los brazos mojados de Morfeo y los tanteó con sus dedos.

...

El castaño abrió los ojos de golpe, sintiendo como todo el sueño se le escapaba del cuerpo, cuando logró enfocar bien, tenía a un pelinegro ante él, el chico se encontraba prácticamente desnudo ante él, el cuerpo húmedo y solo usando su camisa, tan blanca y delgada que se transparentaba.

— Soy muy viejo para tener un sueño húmedo — susurró para si mismo, y al parecer el muchacho que estaba ahí le logro escuchar, ya que no tardó en aparecer aquella risa que él tanto conoce.

— ¿Para eso me pide que me quede a dormir, Hyung? — pregunta el pelinegro, acercándose a su novio y depositando y pequeño beso en sus labios.

— Lo siento pequeño, estoy demasiado cansado — mencionó, pasando sus brazos por la espalda del menor y acariciando suavemente con sus dedos por toda su columna vertebral.

El menor se acomodó mejor sobre su hyung, terminando encima de él y con la cabeza en su pecho; entre leves caricias y respiraciones tranquilas ambos se quedaron dormidos.

***

— Hyung... — escuchó una voz susurrante, mientras sentía un cuerpo removiendose entre sus brazos.

— Shhh.. — le cayó, para apretar aún más el cuerpo contra el suyo.

El pelinegro se encontraba aprisionado, por él podría seguir ahí todo el día, pero había alguien llamando al timbre por cuarta vez consecutiva.

El pelinegro suspiró dándose por vencido y decidió volver a dormir; la persona que tocaba en algún momento se cansaría y se iría a casa.

O eso fue lo que pensó cuando quince minutos después fue TaeHyung el que se removió a regañadientes y le soltó, soltando varias maldiciones en voz baja.

Se levantaron rápidamente y fueron a abrir la puerta, aún desperezándose, mientras que Taehyung sentía su sábado en camita siendo arrancado de sus manos, en el instante que acercó su mano a la perilla y abrió la puerta.

— ¿Mamá? — El sueño se fue al instante, y se paró derecho, mirando al frente, sintió unos pasos atrás suyo alejándose y cayó en cuenta.

JungKook solo traía una camisa.

Solamente eso.

Su camisa.

El activo (VKook)Where stories live. Discover now