Capítulo tres

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Los días transcurrían bastante rápido. Y Camila comenzaba a sentir mucha hambre.

Siendo una entidad de energía oscura creada por una humana y un Íncubo. Ella era parte de una unión infernal, nació siendo un demonio. Su apariencia es humana, pero debería pertenecer al infierno. Pocas veces en su vida deseó y ansió tanto estar muerta, porque era realmente asqueroso tener sexo con personas y luego verlas morir. Hace mucho tiempo atrás, eso hacía a la morena llorar cada noche, pero actualmente no le importa. No le importa ver personas enfermarse o morir después de obtener lo que necesita. 

Estaba tan sumida en sus propios pensamientos que a su lado se sentó una polinesia y logró percatarse de ello luego se unos minutos. Camila sintió tantas ganas de aniquilarla ahí mismo.

—Buenos días, Camila.—Habló en un tono duro.

—Buenos días.—Su tono era infantil y un tanto agudo.

El corazón de Dinah parecía ablandarse un poco. Así que soltó un suspiro, sabía que debía disculparse con Camila, aunque después de todo, no había dicho algo que fuera mentira.

—Siento tanto haberte tratado tan mal ayer.—Habló intentando restarle importancia al tema.—Es que noté como mirabas a Mani y a Troy.

Camila esperaba a que Dinah siguiera hablando. Le estaba prestando toda su atención, aunque le estaba causando un poco de aburrimiento. Pudo haber sido más interesante.

—No te metas con Troy. Ally lo ama y no quiero verla llorando.—Su tono se tornó un poco amenazador.—Por la manera en que te comportas, sé que quieres tener a alguien entre tus piernas.

Camila simplemente se limitó a reír levemente. La polinesia la miró con total confusión.

No se dirigieron la palabra en toda la clase. 

En cuanto terminó la clase. Camila salió masticando un chicle de color rosa. Ante los ojos de los demás, lo masticaba de una manera realmente sexy. Estaba apunto de guardar unos cuantos libros en su casillero. Hasta que se acercó un chico con una amplia sonrisa hacia ella.

—Hola, eres la nueva ¿No?—Preguntó aún con esa sonrisa mostrando sus dientes perfectos.—Soy Noah, Noah Cowley.

Camila seguía masticando su chicle un poco fastidiada. El chico no podía parar de mirar los labios de la morena y en como masticaba tal chicle. La morena rápidamente asintió con la cabeza.

Infló el chicle entre sus labios. Formando un pequeño globo en su boca, el cual explotó luego de seguir inflando. Camila metió de nuevo el chicle a su boca masticando.

—Mi nombre es Camila.

Noah estaba totalmente hipnotizado con Camila. Con sus acciones y maneras de comportarse.

—¿Quieres salir conmigo y mis amigos? Después de clases.

—No, gracias.—Se acercó y depositó un pequeño beso en la mejilla del chico.—Tengo cosas que hacer.

En otro momento jugaría con él.

Guardó sus libros y lentamente se retiró con un vaivén en sus caderas que estaban volviendo loco a Noah.

Se trataba del chico mas popular en la escuela. Obviamente considerado el más guapo de todos; Camila no lograba ver un poco de carisma en aquel chico, más bien le parecía mediocre. Una víctima perfecta.

Estuvo pensando todo el dia en maneras de toparse con su preciosa directora. Quizás que la mandaran a castigo sería una buena idea de acercarse a la ojiverde.

Lauren Jauregui, una persona sumamente misteriosa. La mayoría de las personas en el pueblo no tienen idea de su pasado. Pese a su comportamiento un tanto  severo, es bastante agradable y ama cuidar de los demás. Solo siente que algunas veces tiene que ser un poco dura... Para tomar el control de la situación.

Dió un largo suspiro, mientras se encontraba en su oficina recordando su tormentoso pasado. Aunque quisiera escapar de él, no puede hacerlo, siempre vuelve a él mediante pequeños recuerdos.

Intentó escapar hace mucho tiempo de él. Pero aún sigue intentando escapar de sus propios recuerdos.

Salió de su oficina. Para dar una habitual inspección a sus profesores, sobre todo a la profesora Lucy Vives. Podría decirse que tuvieron algo en el pasado, pero nadie en el pueblo sabía, solamente ellas dos. Simplemente porque Stowe era demasiado conversador como para aceptar a una pareja de mujeres. Probablemente solo se enfocarían en juzgar en silencio.

Ya saben. El hombre debe estar con la mujer y la mujer con el hombre. Solo basura.

Lauren evitaba hablar de tales temas. Nadie tenía porque enterarse de su vida privada.

Lucy Vives se encontraba sola en el salón, bebiendo una taza de café. A pesar de haber tenido una relación años atrás, seguían siendo amigas, Lauren podía confiar en ella ciegamente.

—Hola, adicta.—Entró la ojiverde al salón con una sonrisa.

La escuálida chica la miró con el ceño fruncido. No parecía estar de buen humor.

—¿Por qué siempre me dices adicta?

—Dejame pensarlo.—Desvió la mirada y se burló como si estuviese pensando realmen.— Porque la semana pasada te encontré en tu casa con un montón de polvo blanco en la nariz.

—¡Dios! Basta con eso, Lauren.— Rió por primera vez en el día.— Eso no era lo que piensas.

Lauren seguía burlándose de Lucy y simplemente bufó enojada.

—¿Viniste exclusivamente a molestarme?

—Solo vine a ver cómo estabas.—Alzó los hombros.

—Pues no estoy muy bien.—Lauren posó su mirada sobre ella, esperando que prosiguiera.—Hay una estudiante que está causando conmoción en todos. Todos parecen prestarle mas atención a ella que a la maldita clase.

—Camila Cabello ¿No?— Lucy asintió con la cabeza.—Sí, es bastante rara.

La ojiverde realmente no le daba importancia a la morena. Por supuesto que era una jovencita bastante linda, pero son cosas que suceden. Después de todo, ésta escuela está llena de maricas hormonales. Pensaba Lauren.

—Hay algo en ella que no me gusta.—Respondió Lucy.— Cuando me miró, sentí que mi cuerpo temblaba. Sentí que perdía el control de mi cuerpo...

—Dios, Lucy. No seas histérica, solo es una niña.—Gruñó con enojo.

—¿Sabes dónde vive?

—Vive sola.—Lauren rodó los ojos. Era información privada sobre su alumna, pero probablemente contarle sobre ello haría que deje de pensar mal sobre aquella niña.—Sus padres murieron.

Lucy pareció quedarse pensando por escasos segundos. Casi como si estuviese asimilando la información.

—Aún así, sé que algo no está bien con ella, Lauren.

she's hotter than hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora