Capítulo dieciséis

3.3K 254 31
                                    

Lauren no tuvo el valor para contarle lo sucedido en aquel lugar a la morena. No quería que se asustara.

Camila caminaba tranquilamente por los pasillos de la escuela, aunque la mirada de todos la seguían con cada movimiento. Se sentía distinto, como si tuviesen miedo a ella, trató de ignorar aquello y se dirigió a la cafetería, para pasar un rato con su limitado grupo de amigos que probablemente sería más y más pequeño. Hasta que no quedase nadie.

La ojiverde vigilaba en la lejania a la morena, no quería que alguien se le ocurriera lastimarla o algo parecido.

—Hola, Mila.—Saludó con entusiasmo la pequeña Ally a Camila.

—Hola, Allycat.—Saludó de vuelta la morena. Comenzó a sentir empatía por los demás, incluso por Ally. Quien aborreció cuando empezó a conocerla, pero ahora sabe perfectamente que es un amor. Bueno, quizás siempre lo supo pero no lo quiso admitir.

En la mesa se encontraban Dinah, Normani y Troy también. Aquel chico miraba con desprecio a la morena y la susodicha podía sentir aquello perfectamente. Trató de comer su almuerzo como si nada, aunque estuviese ignorando la mirada de aquel chico.

Llegó a un momento en que no pudo aguantarse y cuestionó.

—¿Tengo algo en la cara? No tienes porque mirarme así.—Soltó con odio. El chico simplemente bufó y rodó los ojos.

—Sabes lo que hiciste.

Camila lo miró confundida al igual que las demás. ¿De qué estaba hablando?

—No sé que hice.—Soltó una pequeña carcajada.

—Mataste a Noah.—La sangre de Camila se heló. No tenía idea de aquello.

Mordió su labio inferior con nerviosismo.

—¡Basta, Troy! Deja de molestar a Camila.—Defendió Ally.

La morena alzó la comisura de sus labios mostrando una sonrisa desanimada. Aquel rayito de sol no sabía que probablemente Camila sí había sido la causa de la muerte del pobre chico.

Camila se sentía extraña. Se sentía incómoda, si Noah murió si fue por su culpa. Probablemente lo agotó físicamente.

—Camila. ¿Estás bien?—Preguntó Dinah.

—Sí, ¿Por qué?—Camila mordisqueaba su labio inferior con nerviosismo. Quería huir, escapar.

Troy no dejaba de mirarla. Parecía estar molesto pero también parecía querer burlarse de ella y hacerla sentir mal. La morena soltó un largo suspiro. No pudo contenerse más y se levantó de la mesa bruscamente.

—¡Deja de mirarme así, pedazo de mierda!—Escupió con odio.

—¿O qué?—Sonrió burlón.—¿Vas matarme también? Asesina.

—Yo no maté a nadie, imbécil.—Bufó.—¿Crees en serio que podría matar a alguien?

El físico de Camila es bastante delgado y curvilíneo. Sobre todo pequeño. A simple vista no parece que podría hacerle daño a alguien.

—Tú lo mataste, acéptalo.

La morena suspiró bastante estresada. Ésta situación estaba logrando que le doliera la cabeza, tenía ganas de ver el mundo arder. Dió varios pasos, dando la vuelta a la mesa, para poder estar frente a frente con Troy y más cerca. Todos en la cafetería miraban aquello con atención, los compañeros de Camila también comenzaban a sospechar de que se trataba de una asesina y temblaban de miedo.

Camila sonrió y posó su mano en el rostro de Troy. Apretando sus mejillas con fuerza, casi clavando sus largas uñas en él. Troy gimió de dolor. La morena simplemente sonrió de manera burlona.

Se acercó a su oído y susurró con una voz completamente seductora. Cómo naturalmente es.

—Si sigues diciendo eso. Voy a matarte yo misma mientras duermes.—Susurró suavemente y lamió su oreja.

Luego de unos segundos soltó su rostro riendo. Mordió su labio inferior conteniendo una pequeña sonrisa. A veces le encantaba ver a las personas asustadas con su presencia y ésta se lo merecía. Troy se levantó torpemente de su asiento y tomó sus cosas, salió corriendo del lugar.

Ally miraba incrédula a Camila.

—¿Qué fue eso?—Preguntó fríamente Ally.

—Tengo que decirte algo.—Camila tomó asiento al lado de Ally. Quien la miraba bastante enojada.—Espero no te molestes conmigo.

—Explica esa mierda.

Normani y Dinah estaban completamente sorprendidas. Su pequeña amiga casi nunca decía groserías, a menos que estuviese bastante enojada y tuviese una razón para hacerlo. Cómo ahora.

—¿Qué le dijiste a mi novio?

—Yo...—Tragó seco.—Por favor cálmate, Ally.

—¡No me voy a calmar, Camila! Casi lo besas. Pensé que éramos amigas.

El corazón de la morena pareció romperse en pedacitos. Sentía unas incontrolables ganas de llorar, no podía hablar. Estaba comenzando a sentir vergüenza de si misma. Miró sus propias manos mientras trataba de hablar. No quería tener que ver al rostro a ese pequeño rayito de sol.

—Tu novio ya llevaba tiempo coqueteando conmigo.—Hizo una mueca.—Probablemente se molestó, porque comencé a salir con Noah y otros chicos. Solo quería molestarme por eso, cree que maté a Noah.

Sus palabras no tenían mucho sentido, estaba tan nerviosa que solo tropezaba. No pudo contenerse más y comenzó a llorar, las lágrimas caían por sus mejillas. Se sentía débil, tener algún sentimiento de remordimiento o empatía hacia las personas era algo que no debía permitirse. Los demonios estaban en este mundo para corromper solamente, no para hacer amigos. Son seres egoísta y llenos de odio, pero Camila era la excepción.

Sintiendo vergüenza de si misma se levantó de su asiento y huyó de la cafetería. La mirada de todos sobre ella la estaba poniendo muy nerviosa.

Dinah y Normani se quedaron tratando de auxiliar a Ally, quien había comenzado a sollozar por dicha noticia. Después de todo, pareció que siempre estuvo con un patán.

Camila entró al baño y se miró en el espejo que se encontraba allí. Frunció el ceño mirándose con odio, por supuesto que era un ser perfecto. Sus facciones únicas y todos los atributos que yacen en su ser, la hacen perfecta ante los ojos de los demás. Soltó un largo suspiro, probablemente después de esto, no tendría más amigos. No debía permitirse eso nunca más. Al final terminaría lastimandolos y perdiendolos.

—Camila...

Su corazón se estaba endureciendo hasta que escuchó ésa voz que tanto la hace sentir tranquila.

—¿Estás bien? ¿Qué fue lo que sucedió?

—No pasó nada. Estoy bien.—Sonrió de lado.

Lauren se acercó a ella y tomó su mano. La cual acarició un poco, estaba bastante nerviosa y desesperada.

—¿Tú estás bien?—La morena alzó una ceja.

—Hay algo que debo decirte.

she's hotter than hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora