Capítulo nueve

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Si se mantiene relaciones sexuales con alguno de estos demonios. Es posible el deterioro de la salud física y mental, tanto como la posible muerte.

Suelen seducir a personas con un corazón puro. Simplemente para llevarlos a la tentación y el pecado. Están en este mundo para lastimar, muchas veces para herir sentimientos de sus pocos enamorados y aprovecharse sexualemente de ellos.

Lauren tragó seco. Aún le costaba creer que un demonio pudiese existir, que éstas cosas fuesen reales. ¿Que debería hacer? ¿Rezar? o ¿Tener sexo y morir en aquello?

Por suerte logró salir de aquella oficina ésa vez. No paraba de leer aquel libro al derecho y al revés, no parecía haber manera de deshacerse de un demonio. Creía estar soñando. Una pesadilla de la que no podría despertar.

Debía admitir que Camila era una mujer bastante hermosa. El mismísimo pecado personificado, pero aún así, esto es un poco aterrador. Teniendo en cuenta las consecuencias de si tiene sexo con ella.

Eran las 2:00 AM y aún no podía dormir. Se removía en su cama pensando en cómo la morena podría destruir su vida sin mover un meñique. Se notaba la determinación en sus ojos para ello. En este momento, solo ansiaba esconderse de todo y de todos. No podía tirar a la borda lo que había construido después de tanto tiempo, trabajó duro para estar aquì y Camila no debería arruinarlo.

El sonido de el timbre de su casa hizo que sus sentidos se alertaran. Estaba segura de que era la morena, ¿Quién va a tu casa en medio de la madrugada? Solo un engendro de tal manera.

Lauren no quería abrir la puerta. Pero debía hacerlo. Así que rápidamente salió de su habitación para dirigirse a la entrada y abrir la puerta. Encontrándose con una Camila que solo vestía una camiseta bastante ancha para su delgado cuerpo, le quedaba muy grande. Lograba llegar un poco más arriba de sus muslos, cubriendo solo un poco su entrepierna. Lauren estaba examinandola con la mirada y casi se ahoga con su propia saliva al notar que aquel diablito llevaba una camiseta de ella.

—¿Puedo pasar?

—¿Cómo puedes estar así en medio de la noche?—Hacía demasiado frío como para andar semi desnuda.

Lauren se hizo a un lado dejando pasar a la sensual morena y cerró la puerta.

No tenía ganas de preguntar porque lleva puesta su camiseta.

Simplemente se sentó en la mesa de la cocina esperando y prestando atención a lo que diría la morena.

—Vine porque no podías dormir.—Sonrió sentándose en el mesón de la cocina que se encontraba frente a Lauren.—¿Te da miedo verme en tus sueños?

—No me das miedo, Camila.

Hablaba en serio. Aquella demonio no le daba miedo, más bien tenía miedo a que arruinara su vida.

—Ya dime que carajos quieres.—Bufó.

—Sabes lo que quiero.—Dijo en un pequeño jadeo y apretó las piernas con fuerza. Debía aguantar solo un poco más.—Cuentame todo de ti, ¿Quién te hizo daño?

—Nadie.—Se mofó.—¿Qué te hace pensar que alguien me hizo daño?

Las manos de Lauren temblaban un poco.¿Estaría mal si la estrangulaba un poco? Quería estrangularla, la estaba haciendo recordar todo. Y tendría que contarlo, no quedaba de otra. Camila sabía todo de Lauren, hasta el más mínimo detalle.

La morena la miraba con atención. Aún esperando su relato, estaba ansiosa, por fin lo sabría todo. Simplemente necesitaba y ansiaba saber porque su comportamiento era de tal manera. ¿Acaso hizo algo malo? ¿Acaso tiene un oscuro deseo en su ser? No le importaba que tan atroz había sido su pasado, simplemente ansiaba saberlo. La curiosidad invadía todo su cuerpo desde la primera vez que la vió.

La ojiverde soltó un largo suspiro. No quería tener que hacer esto.

—Estuve mayor parte de mi vida en un orfanato. Mis padres biológicos me abandonaron allí cuando vieron que tenía pene. No querían a una fenómeno.— Apretaba sus puños con fuerza. Sin mirar a Camila.—Nadie deseaba tenerme como hija, estuve 15 años de mi vida en aquel orfanato. Hasta que una familia decidió adoptarme. Pensé que estaba siendo bendecida por alguna clase de poder celestial, por fin tendría una madre y un padre que me amaran. Alguien que pudiera protegerme.

La voz de la ojiverde sonaba rota.

—Mi madre, era una persona horrible. Yo simplemente era un juguete para ella, un juguete con el que podría jugar y torturar cada que siguiera. Mi padre, jamás hizo algo por mi, simplemente miraba como su asquerosa esposa de mierda se atrevía a tocarme. Debía hacer lo que ellos quisieran o aquel hombre me molería a golpes.—No podía mirar a Camila, estaba sintiendo vergüenza.—Claro, era una familia de ricos y me llenaban de lujos, pude estudiar todo lo que deseé, pero... Lo que más deseaba era estar lejos, yo no tengo a nadie y no necesito a nadie. Me fui, lejos y nadie supo de mi nunca más, Camila.

—Hice mi vida aquí. Hice todo lo que necesito.—Terminó.

La morena mordisqueo su labio inferior con nerviosismo. Estaba tratando de asimilar las palabras de la ojiverde. Había sido abusada en su adolescencia múltiples veces, sin contar los maltratos físicos por parte de su padre. Entendía perfectamente porque no había inocencia en la ojiverde, se la habían robado de la manera más cruel y vil.

Camila no decía ni una palabra. De cierto modo, saber su pasado llenaba cierto vacío en ella. En serio deseaba conocer a la ojiverde, completamente. Y saberlo todo sobre ella, por así decirlo, se volvió un poco obsesiva con la ojiverde.

Las palabras no salían de los labios de Lauren. Estaba esperando que Camila dijera algo, esperando que ella decidiera su destino. Y el silencio la estaba poniendo nerviosa.

—¿Me puedes decir el nombre de tus padres?—Preguntó con una sonrisa que simplemente logró que el corazón de Lauren se calentara un poco. Reaccionó y simplemente negó con la cabeza.—Dime.

—No, Camila.—Gruñó.—¿Acaso vas a matarlos? No tiene caso.

—Puede ser.—Alzó los hombros.—Lo merecen.

—Jamás le dije esto a alguien. Es algo que no quiero recordar y tú me hiciste volver a él.

Camila la miró sin expresión alguna.

—¿Te gustaría saber algo sobre mi?—Lauren asintió con la cabeza.—Casi siempre prefiero tener sexo antes que escuchar lo que me dirán. Deberías sentirte suertuda, tú me intrigas.

she's hotter than hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora