Capítulo doce

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Probablemente éste era un magnífico "pan de cada día" para Camila. Follar todos los días con Lauren, sintiendo como quiebra su ser en dos cada vez que la siente dentro. Por más que desee esto para siempre, no puede tenerlo para siempre.

La poca humanidad que existe en su cuerpo, comenzó a cobrar vida simplemente con los toques de las manos de Lauren y ésa expresión enfurecida en su rostro. No quiere hacerle daño, acostarse con un ser aberrante y demoníaco trae consecuencias. No quiere ver morir a la única persona que la hizo llegar hasta el éxtasis.

Simplemente comenzó a alejarse de la ojiverde. Por más que el deseo de montar aquella polla invadiera su cuerpo, quería evitarlo. Quería evitar que aquel diamante en bruto muera o se rompa.

El instinto de lastimar sigue en ella. Tomando a sus dos víctimas Jared y Noah.

Flashback.

—Quiero más, Noah.—Fingió un gemido. por más que quisiera que fueran las manos de Lauren, no podía tener eso.

Su cuerpo estaba frío. No sentía una llama dentro de ella. Pero si sentía como le quitaba la vida a Noah poco a poco. Se acercó y dejó besos en sus labios, robando sus alientos.

—Cami...—Habló agitado.—No puedo más. ¿Podemos descansar?

—No seas aburrido. Sigamos con la diversión.

Fin Flashback.

Camila caminaba por los pasillos de la escuela recordando aquellas escenas en su mente. Estaba sintiéndose mal con ella misma sin razón aparente, su corazón se estrujaba. Tenía y tuvo que hacerlo, si no podría haberse convertido en un esqueleto viviente.

Estaba tan sumida en sus pensamientos que chocó con alguien y cayó al suelo. Soltó un pequeño chillido mostrando su fastidio hacia la persona frente a ella. Mientras se levantaba del suelo después de escasos segundos, un sonido llenó sus oídos. Simplemente dejando entrar la rabia en todo su ser, era Lucy Vives riéndose, casi mofanfose de Camila.

Tenía asuntos más importantes que esto. No quería tener que patear ese culo flaco.

—Cabello, espera.—Dijo entre risas al ver como la morena se alejaba.

Camila volteó a verla simplemente esperando a que prosiguiera.

—¿Podemos hablar?—La morena asintió con la cabeza.—Pero, a solas.

No sabía exactamente porque accedió. Pero las dos se adentraron a un salón vacío, la morena no tenía nada que decirle a aquella escuálida mujer. Quizás decirle que deje de joder sería una opción.

Lucy caminó al rededor de Camila con una sonrisa. Mirándole de arriba a abajo, casi examinandola. Después de unos cortos segundos se sentó sobre el escritorio aún con su mirada fija sobre la morena.

—¿Qué es lo que quiere?—Bufó.

—Lauren me contó todo.—Relamió sus labios para luego soltar una carcajada.—Creo que se volvió loca.

—¿De qué está hablando?—Preguntó fingiendo indignación, sabía que esto sucedería tarde o temprano. Lucy no era más que un estorbo.

Aquella mujer sonrió de lado sin mostrar sus dientes.

—Hablo de que Lauren cree que eres un demonio.—Soltó con ironía.—Por Dios, ¿Una niña como tú? ¿Un demonio? Eso es tan gracioso. Esas cosas ni siquiera existen, solo eres una niña sedienta de sexo.

—¿Eso es todo?—Preguntó Camila con ironía.

—No.—Sentenció.—Quiero saber porque haces esto con Lauren. Hay muchos de tus compañeros que están detrás de tu estúpido culo.

Camila soltó una sonora carcajada.

—Usted es muy chistosa.—Sonrió y se acercó a Lucy, a una distancia considerable.—No se atreva a acercarse a mí de nuevo o yo misma le corto la garganta.

No quería demostrarlo, pero un momento sintió el miedo recorrer su delgado cuerpo. Soltó un largo suspiro, quería que el temor saliera de su cuerpo de alguna manera. Pero Camila es maligna y ella lo sabe perfectamente, no cree que sea un demonio, la ve como una mocosa en busca de alguien con quien follar y ya. Lucy estaba aborreciendo a ésa chica. Le daba asco su manera de actuar. No podía creer la facilidad con la que Lauren se deja manipular por una mocosa.

—Nos vemos luego.—Murmuró Camila saliendo del salón.

Iba directo a la oficina de Lauren. No estaba realmente contenta sabiendo que Lauren le había dicho absolutamente todo a aquella molesta mujer.

Caminaba por los pasillos apretando los puños y la mandíbula. Entró a la oficina sin tocar, sin hacer absolutamente nada. Lauren parecía estar leyendo un libro, así que ignoró por completo la presencia del demonio que la atormenta.

—¡Lauren!—Chilló. Causando que la ojiverde se riera de ternura.

Se acercó y arrebató el libro de las manos de la ojiverde.

De algún modo aquel demonio sentía que su frío corazón se rompía un poco. Al parecer a la ojiverde no le importaba la ausencia de ella. Soltó un pequeño sollozo, estaba enojada. Por primera vez en su vida estaba deseando proteger a alguien. Por primera vez estaba amando y apreciando a otra persona que no fuera ella misma. La ojiverde la miraba atenta, casi como si estuviese anotando sus acciones en su mente.

—¿Qué se te ofrece, Camila?—Soltó una pequeña risa.

La morena se acercó a pasos enfurecidos hacia la ojiverde. Y la jaló del cuello de su camisa, la ojiverde simplemente sonreía mirando a la morena quien tenía una expresión enfurecida.

—Camila.—Gruñó y quitó las manos de Camila de su camisa. Se levantó de su asiento y se acercó a la morena. Quien parecía alejarse con cada paso que daba Lauren.

Luego de unos segundos no pudo alejarse más. Ya estaba contra la pared, atrapada por los brazos de Lauren, tenía sus manos apoyadas a los costados de la morena. Esbozó una sonrisa nuevamente, estaba burlándose del comportamiento de Camila.

—Repito. ¿Qué se te ofrece, Cabello?

—Yo...—La morena se perdió en los labios de Lauren. Al igual que sus palabras se perdieron en lo profundo de su mente.—Solo quería saber...

—¿Qué quieres saber?

La morena se quedó varios minutos pensando. Era casi como si hubiese olvidado su enojo por completo o lo que diría. Las palabras tropezaron en su mente, perdiéndose por completo. Relamió sus labios y mordió su labio inferior con fuerza.

—¿Qué sucede, Diablita?

El cuerpo de Camila temblaba. Le parecía imposible sentir placer incluso solamente escuchando la voz de la ojiverde.

—Primero, alejate de mi. No me dejas respirar.—Habló duramente. Intentando alejar el fuerte torso de Lauren de ella, dió pequeños empujones con sus manos. Pero no funcionó, Lauren simplemente se acercó más. Pegando su cuerpo por completo de la morena.

—Dime que querías saber.

—Solo...—Frunció el ceño y cerró los ojos con notable molestia.—¿Por qué le dijiste a Lucy lo que soy?

—Porque confío en ella.

—¿Y en mi no?

—¿Cómo puedo confiar en ti? Sabiendo que estás prácticamente matando a Noah Cowley y Jared Towne.

she's hotter than hellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora