Capítulo 7

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Me vestí a causa de la hora, tenía un arrepentimiento muy vivo en estos momentos.

- Quédate, no vayas - pidió.

- Mejor vístete, no te puedes quedar aquí.

- Estuvo increíble ¿no?

No quise dar respuesta, la poca comodidad del ambiente solo hacia que quisiera salir corriendo.

Por un momento pensé en que con esto iba a confundir todo en mi mente, pero todo lo contrario, aclaré una más de mis dudas.

- ¿Es ella? - pregunté al escuchar el tono de llamada.

- No debe ser nada importante.

- Contesta, puede serlo.

- ¿Y tú?

- ¿Yo qué? Mira, no tenemos nada y esto fue una completa estupidez.

- No decías eso mientras te hacía sentir...

- No me hiciste sentir nada, pero aclaraste mis dudas. Ya no me interesas Isaac - respondí.

- Estás mintiendo.

- Cierra la puerta cuando salgas, voy a darme un baño.

- Te hice sentir hombre.

- No necesito de ti para sentirme hombre, lo soy. Además, no me hiciste llegar, te comienza a fallar.

- CHRISTOPHER VEN ACÁ.

Conociendo su manera de actuar no dudé en cerrar la puerta del baño con seguro, no quería enfrentarme a más problemas.

Opté por caminar, hoy era uno de esos días en los que necesitaba que el aire me diera, necesitaba respirar, ser solo yo.

Me dejaba guiar por la música saliendo de mis auriculares, por momentos me sentía un poco tonto, caminaba tan al estilo de la música que sentía que era el protagonista de un videoclip.

- ¡Llegas antes!

- Sí, no quiero que el nuevo supervisor me regañe.

- Él es relajado y más flexible.

- ¿Necesitas ayuda?

- No. Bueno sí, necesito ir por unas botellas a la bodega - comentó.

- Voy yo.

- Gracias - dijo entregando las llaves.

Me aseguré de guardar mis cosas, esperaba que está noche no se me hiciera eterna.

- No no, noooo. ¡AYUDA! - grité cayendo al suelo.

La falta de aire comenzó a debilitarme, por más que me alejaba sentía no poder avanzar.

- ¡Christopher qué pasa! - preguntó mi compañero.

- E-Es él...

Apunté hasta uno de los extremos, las manchas de sangre y el evidente cuerpo sin vida me tenían completamente paralizado.

No estaba siendo consciente de nada, el cadáver de mi antiguo supervisor se mantenía en mi mente.

- Tranquilo, ya viene la policía.

- Está muerto.

- Christopher, necesito que te calmes.

- N-No me siento bien - dije para avanzar.

- No te puedes ir, Chris.

Me sentía mareado, apenas pude dar unos pasos sin sentir la necesidad de sostenerme en algo firme.

Las personas que transitaban en las calles me daban miradas curiosas, estaba tan ido que nada me importaba.

- Lo siento.

- ¿Christopher? ¿Qué te pasa?

Esa voz se me hizo conocida, quizás fue por lástima pero su abrazo me hizo sentir acompañado.

- Está muerto Erick, está muerto.

- ¿Quién?

- El supervisor, yo lo ví, estaba ahí...

- Hey hey tranquilo, estás temblando - interrumpió.

- Sácame de aquí, no quiero estar cerca de ese lugar.

Avanzamos a un paso acelerado, ni siquiera sabía en qué dirección íbamos.

- Siéntate - ayudó.

- Mierda, mis cosas - dije al recordar en dónde las dejé.

- Luego vamos por ellas, necesitas calmarte, toma bebe un poco.

Tenía la garganta tan apretada que tragar el agua me costaba más de lo normal.

- Qué coincidencia encontrarte, una gran suerte.

- Tranquilo, estaré siempre cerca tuyo - abrazó.

Sin Medida - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora