Capítulo 9

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Narra Erick.

Sus labios me estaban consumiendo, tenía una imagen muy distinta de él.

Bueno, no podía negar que el ver cómo cedió a coger con su ex novio me llenó de rabia, por el momento tenía que fingir no saber nada.

- Ouch - dije en queja.

El golpe en mi cara estaba siendo realmente molesto, ya haría algo al respecto.

- Lo lamento.

- Ven.

- Erick, yo no quiero verme como un...

- ¿Un qué? No he dicho nada. ¿Crees que no quiero?

Estaba excitado, quería sentir su piel, tocar su cuerpo, eran tantas las cosas que quería hacer con él que no quería esperar más tiempo y perderlo no iba a ser algo fácil.

- Oye - habló jalando mi brazo.

Sus labios volvieron a poseerme, si era necesario admitir que pensé que lograr esto sería algo más complicado, Christopher era una verdadera caja de sorpresas y sobre todo muy inteligente, debía tener cuidado.

Era yo quién estaba bajo su cuerpo, no me molestaba, no me sentía menos, la versatilidad era mi definición.

- Ooooou, mierda - solté con los ojos cerrados.

- ¿Muy rápido? - preguntó deteniéndose.

- Muy lento - desafié.

Masturbarme con su imagen en mi mente ya no era necesario, obviamente el placer que estaba sintiendo con él teniendo sexo no se comparaba.

- Hazlo de nuevo - pidió agitado.

Moví mis caderas sobre su regazo, inconscientemente puse mis manos en su cuello cortando los pronunciados gemidos de su parte.

- ¡Mgh...! Sí, así me gusta.

- Vamos Erick - dijo aumentando el ritmo.

- A-AH.

- ¿Qué? ¿P-Por qué...?

- Shhh, no voy a terminar sobre ti - dije humedeciendo su entrada.

- Eso no lo esperaba.

- Me veo chiquito pero tonto no soy.

- Uuuuuuf, chiquito tampoco lo tienes - soltó.

Embestí sin medir fuerza ni velocidad, lo suave que era su piel me causaba mucho dentro de mi.

Tomé posesión de su erección hasta lograr que pudiera llegar al placer máximo, bastaron un par de embestidas más para que yo terminara de igual forma.

Mirar sus cabello despeinado, su cuerpo sudado y lo rojo que estaba era algo que lo hacía perfecto, yo estaba dispuesto a quererlo hasta en sus peores facetas.

- Fue una buena reconciliación - dije recostado a su lado.

- No creas que me acuesto con cualquiera, no soy así.

- No te juzgaria por aquello, estamos para vivir - respondí.

- ¿Puedo pedirte algo?

- Sí.

- No quiero llegar a mi casa, presiento que ese idiota volverá a insistir - dijo.

- ¿Crees que te dejaría ir después de esto?

- Gracias.

- Has tenido un día de mierda, creo que te mereces descansar a gusto. ¿Quieres comer?

- Preferiría dormir, lo necesito.

Ayudé a qué se acomode lo mejor posible, lo tenía aquí, conmigo y no pensaba dejar que nadie le arruine su tranquilidad.

Dormir se le hizo algo complicado, bastó una extensa conversación sin sentido para hacerlo caer en un sueño profundo.

Busqué su celular para obtener lo que quería, con mucho cuidado posé su dedo en aquel aparato para tener acceso a todos sus archivos.

Tomé una ducha rápida, debía aprovechar la instancia de la noche y acabar ya con ese tan estorboso pendiente.

- Conmigo nadie te va a dañar, no mereces sufrir.

Sin Medida - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora