Capítulo 21

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Me sentía hipócrita y aunque no podía hacer más que disimular, esto era bastante incómodo.

- Chris, deja de llorar - pedí con algo de amabilidad.

- Acabamos de enterrar a mi mejor amiga, a mi hermana.

- Lo sé, pero no me gusta verte así de mal. Ni siquiera has comido.

- ¿Crees que tengo ganas de hacerlo?

- Quieras o no tendrás que hacerlo, no puedes dejarte caer. Andando - dije tomando su mano.

- Erick no.

- ¡Qué sí!

- Basta, no quiero - respondió soltando mi mano.

Bajé la mirada dando un paso atrás, dentro de mi frío corazón habían sensaciones que solo él despertaba y a veces dolía.

- ¿Podrías hacerlo por mi? - pregunté desanimado.

Me observó por un par de segundos, me sentía estúpido con la postura en la que estaba pero no era algo fingido, realmente estaba preocupado por él.

- Está bien, lo haré por ti.

- Entiende que no quiero verte así...me afecta - confesé.

- ¿Me quieres?

- Christopher te amo - contesté.

- Nunca pensé enamorarme tan rápido ¿sabes?.

Escuchar aquello llegó como un fuerte golpe en el pecho, estaba sintiendo una emoción que no lograba explicar.

- Recuerda siempre que yo no haría algo que te dañe, eres lo más importante que tengo en estos momentos.

- Tú también y estoy feliz de tenerte.

- Creo que es mejor irnos.

Asintió retomando el agarre de nuestras manos, aún en mi mente no lograba dimensionar el gran hombre que tenía conmigo.

Llevarlo a mi casa fue lo ideal, en su casa tendría muchos recuerdos que solo lo llevarían a llorar.

- Realmente cocinas mejor que yo - comentó.

- Te lo dije - reí.

- Deberías enseñarme, así yo también te puedo consentir de esta manera.

- Lo haces de muchas formas Christopher, aunque no lo creas.

- Cuando te conocí llegué a verte un poco extraño, pensé que eras un tipo raro y mírame, me tienes atrapado - comentó.

- Y no te dejaré escapar.

- No lo hagas.

- Oh, que extraño. Dame un segundo.

Avancé hasta la puerta, esperaba que no fuera una de mis fastidiosas vecinas que solo se interesaban en la vida de los demás.

- ¿Erick Colón? - preguntó.

Al ver la vestimenta de aquel oficial me puso realmente nervioso. ¿Qué hacían aquí?

- ¿Sucede algo? - preguntó mi novio detrás.

- Soy yo - respondí fingiendo relajo.

- Necesitamos hacerle algunas preguntas relacionadas a la jóven Antonia...

- ¿Por qué? - interrumpió Christopher.

- Estamos en investigaciones de su muerte.

- Lo de mi amiga fue un accidente, claramente eso le dijeron a sus familiares.

- Encontraron signos de golpes en el rostro de ella, tememos que no haya sido un simple accidente - respondió mirándome fijamente.

Maldije internamente por mi estúpido descuido, seguramente Antonia se estaba riendo de mí en dónde quiera que estuviera.

- ¿Y qué tiene que ver mi novio?

- Nos contaron que no se llevaban del todo bien.

- ¿Quién? - preguntó molesto.

- No podemos dar esa información. Además se nos informó que un hombre con características muy similares a las de él estuvo momentos antes de su muerte con ella.

- ¿Erick?

- Yo no hice nada, además no tienen pruebas en mi contra - respondí.

- Evidentemente, no las tenemos por eso es que nos gustaría hablar contigo o quizás con ambos - miró con sospechas.

- ¿Piensan que dañaría a mi amiga? - preguntó molesto.

- No nos extrañaría. ¿Entonces nos dejan pasar?

- No, sin una orden no los dejaré pasar - dije firme.

- Perfecto, que tengan una buena tarde. Intenten no salir de la ciudad, no queremos malos entendidos ¿no?

Cerré la puerta con tal fuerza que seguramente hizo eco, estaba al borde de ser descubierto.

- ¿Me puedes explicar que mierda hacías con Antonia el día de su muerte?

- ¿Les creíste?

- RESPÓNDEME.

- Es cierto, estuve con ella - confesé.

Negó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, apenas intentó salir no dudé en limitarle el paso.

- Déjame salir.

- ¡Tienes que creerme!

- QUÉ SALGAS DE AHÍ.

Caí al suelo apenas su puño dió fuertemente en mi cara, claramente no dejaría esto así.

Sin Medida - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora