Cualquiera que me viera solo podría tener la iniciativa de hacerme daño, nadie en su sano juicio estaría esperando a altas horas de la noche por una persona, pero él lo valía.
Era desconfiado y cuidadoso, seguramente eso tenía su por qué, quería saberlo, necesitaba hacerlo.
- Con que número falso - hablé.
- H-Hola, no...no te esperaba aquí, es tarde - respondió avergonzado.
- Me debes una salida, el que hayas aceptado y a la vez mentido no es algo cordial Christopher.
- Lo lamento, podemos organizar algo para otro día si gustas.
- ¿Otro día? ¿Y arriesgarme a qué hagas nuevamente lo mismo? No, nuestra salida será ahora.
- Son las tres y media, debo llegar a casa.
- Saliste media hora antes, por qué desaprovechar ese tiempo.
- ¿Me estás...?
- Oh no pienses mal, como te dije vengo frecuentemente y sé que el cierre es a las cuatro - mentí.
- ¿Y qué haremos? No hay nada abierto a estas horas.
- Vamos - ordené.
Era un chico complicado, no era la típica persona que se deslumbra ante cualquier cosa, captaba mi atención.
Quieto al otro extremo del auto batallaba por saber si subir o no, debía ser cordial.
- No creo que sea una buena idea, como te dije no te conozco.
Mis pasos se acercaron a él, ahí estaba nuevamente ese movimiento de manos, muy predecible para mí.
- Erick Brian Colón, veinticuatro años...hmmm, me gusta el helado de chocolate y creo que comería uno en estos momentos - reí.
- Christopher Vélez. Tenemos la misma edad y creo que comería pizza - rió de igual forma.
- Bingo. Creo que di en el punto.
- ¿En el punto?
- Súbete, prometo no hacerte nada.
Abrí la puerta siendo un completo caballero, que haya accedido a subir ya estaba siendo un gran paso.
Lo que manejé fue la nada misma, si algo tenía esta parte de Estados Unidos eran zonas en la cual poder compartir a gusto.
- ¿Qué se supone que haremos aquí? - preguntó confundido.
- Tendremos un picnic, algo sencillo. ¿Querías pizza no? Sorpresa - enseñé.
- ¿Eres adivino?
- Yo no lo llamaría así. Ven.
Extendí un pequeño trozo de tela, uno que nos permitiera estar lo más cerca posible.
- Perdón por dudar - pidió.
- No te preocupes, es lógico que sientas desconfianza. ¿Alguien te dañó?
- ¿Qué?
- Tu desconfianza es excesiva, no te atreves a mirar fijamente a las personas y tu mirada habla por si sola.
Bajó la cabeza sin responder, claramente había dado en el punto.
- Algo así, no te ofendas pero prefiero no hablar de eso.
- Como quieras Chris.
- ¿Qué haces por la vida? Me gustaría saber.
- Actualmente soy administrador de una empresa en crecimiento.
- ¡Wow! ¿Que estudiaste?
- ¿Me creerías si te digo que no hice una carrera? Llamemos a esto suerte, estoy aprendiendo de a poco, el estudio no fue lo mío.
- Tenemos algo en común, tampoco fui bueno para eso.
- ¿Tienes algunos gustos en particular? - consulté.
- Varios, me gusta conocer lugares nuevos, las aventuras...
El arte, la música y el dibujo, sus gustos más particulares.
Sus labios me daban indicios de que seguía hablando, pero mi mente estaba tan bloqueada que solo era capaz de verlo.
- Te gustan muchas cosas.
- Me gusta dibujar, a veces hago o intento mejor dicho hacer retratos.
- ¡Oh qué cool! - dije fingiendo no saber.
- Sí.
- ¿Ya no sientes miedo?
- Estoy un poco más relajado - contestó.
- Perfecto, porque esta será nuestra primer cita.