- ¿Has tenido algún novio? - pregunté.
Si mi intención era conocerlo, no podía hacerlo sin plantear un par de preguntas, Erick me parecía alguien atractivo.
- Sí, algo complicado. Terminamos hace un tiempo, me lastimó y decidí acabar con eso - respondió.
- ¿Y qué hiciste para olvidarlo?
- No pensar en él, aunque ahora que me lo recuerdas. ¿Qué me recomiendas para sacar esos malos recuerdos que trajiste con esa pregunta? - bromeó.
- Creo que no debí preguntar eso. Pero yo creo que...debes de compartir mucho con tus amigos, osea como que olvidarte de esa persona y salir - recomendé.
- ¡Wooow! Yo pienso que eso está difícil.
- ¿Por?
- No tengo amigos aquí, no suelo confiarme de las personas.
- Pero estás confiando en mi.
- Eso es un tema aparte, en ti creo tener otros intereses - añadió.
Sonreí intentando disimular no saber a que se refería exactamente, aunque estaba seguro de que solo quedó en un intento fallido.
- ¿Y tus padres? ¿Viven aquí?
Su cuerpo se quedó congelado, su mirada de pronto se tornó fría y sus labios no formaron ningún tipo de mueca.
- Ellos murieron, cuando yo era adolescente.
- Lo siento mucho, no tenemos que hablar de eso si te incomoda.
- Te lo agradecería - pidió.
Llevé mi mano a su espalda recibiendo una sonrisa de medio lado, estaba descubriendo una parte de él que solo me dejaba en claro que estaba solo. Aún así no se mostraba triste, quizás eso lo hacía fuerte.
- Me llamas la atención - confesé.
- Tú me gustas y no tengo problema en decirlo.
- No quiero lastimarte.
- ¿Por qué lo harías?
- No sé si te has dado cuenta que mi vida es un verdadero caos, una...mierda - reí.
- Yo no diría eso, hay periodos y periodos, a veces te toca estar bien y a veces no.
- Pero he sido injusto, has estado ahí y no te he tratado de la mejor forma - contesté.
- Creo que de eso se trata, de estar en los peores momentos de la persona que quieres y entender la situación. No solo quiero estar cuando estés bien y feliz, quiero levantarte cuando estés abajo - habló.
Estiré mi brazo para pegarlo a mi cuerpo, era el primer chico que tenía actos tan lindos conmigo, Isaac jamás fue capaz de decirme cosas de tal magnitud.
- Eres demasiado bueno - halagué.
- Tú me haces serlo, todo lo que hago lo hago por ti.
- ¿A qué te refieres?
- A intentar acercarme, a no dejarte solo.
Acerqué mi cara para poder llegar a sus labios, los besos de él no eran comparables con los de nadie, era simplemente satisfactorio sentirlo junto a mi.
- Mierda, ya está amaneciendo - comenté al ver el cielo desde la ventana.
- Y yo iré desvelado a trabajar.
- Perdón por quitarte el tiempo.
- Deja de disculparte por todo, fue un tiempo bien aprovechado - respondió.
- Creo que me iré, así aprovechas de descansar.
- Puedes quedarte - propuso.
- Ya hiciste mucho por mi, además tengo otro problema que solucionar.
- ¿Problema?
- Antonia y yo no estamos bien, ella fue quién me guió a buscar información sobre ti.
- ¡Ah con que fue ella!
- Pero el tonto fui yo por aceptar, es como mi hermana y no puedo estar enojado con ella - conté.
- Te entiendo, arregla las cosas con ella antes de que sea demasiado tarde.
- Lo haré, descansa - deposité un beso.
- Oye - detuvo,
- Dime.
- Ve con cuidado...te quiero.