Capítulo 17

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El trabajo comenzaba a aburrirme, era tanto lo que me divertía con Christopher que a veces sentía extrañarlo. Quizás estaba loco pero me gustaba pasar tiempo con él, a mi, que era bastante esquivo con la sociedad.

Aún recuerdo la primera vez que entré al lugar en donde trabaja, su sonrisa perfecta, lo atento que se demostraba aunque intentara ocultar lo cansado que estaba.

Pasar tiempo con él me estaba acostumbrando a ciertas cosas, caminar por ejemplo, era una buena opción y de paso servía como ejercicio.

Me detuve al ver en el reflejo de una de las tantas vitrinas la imagen de una mujer que ya estaba colmando mi paciencia. ¿Cómo era posible que Antonia supiera mi lugar de trabajo?

Me giré viendo como sus mejillas se tornaron rojas, la vergüenza la estaba consumiendo.

- ¿Por qué me estás siguiendo? Pensé que las cosas habían quedado claras - encaré acercándome.

- Mierda - susurró por lo bajo.

- Respóndeme. Además ¿Cómo sabes en donde trabajo?

- Christopher, es la única forma de saberlo.

No podía entender el afán de mi novio por contarle todo a ella, comprendía que era su amiga y casi hermana, pero Antonia estaba siendo un verdadero fastidio.

Desde hoy tendría que tener cuidado y no contarle cosas a Christopher que fueran tan íntimas, no era por desconfiar de él pero sí lo hacia de ella.

- ¿Qué te hice? - pregunté.

- N-Nada...

- ¿Entonces por qué no me dejas en paz? ¿Te gusta Chris?

- ¿QUÉ? Es como mi hermano mayor, qué te pasa idiota.

Mis manos estaban ansiosas por estar en su cuello, quizás tirarla contra un auto hubiera sido la mejor solución en estos momentos pero me dejaría en evidencia en plena luz del día.

- No, eso le dolería a Christopher - negué.

- ¿A que te refieres?

- A que no le diré nada de esto - mentí.

A veces pensar en voz alta era causa de mi indiscreción, debía tener cuidado y más aún con esta mujer.

- Estoy de acuerdo, no me lo perdonaría.

- ¿Por qué desconfías de mi? No soy una mala persona y te lo puedo asegurar.

- Eres raro Erick y además no sé que hiciste para que mi amigo se vuelva prácticamente loco por ti.

- Quererlo, entenderlo y apoyarlo. Estoy consciente de que no soy el gran hombre y que tampoco soy alguien muy metido en el mundo actual, pero lo quiero Antonia, Christopher me gusta.

- Perdón. Y lo digo sinceramente - extendió su mano.

- Las cosas se hablan, déjame ganarme tu confianza y verás que no soy nada de lo que seguramente imaginas de mi - propuse tomando su mano.

- En realidad no tienes que demostrarme nada, solo no lo hagas sufrir porque ahí si vas a conocer de lo que soy capaz.

- No te preocupes, que si algún día lo lastimo me alejaré por mi propia cuenta.

- Dicho eso...me voy.

- Te acompaño, ya voy de salida - ofrecí.

- No, Chris comenzaría a preguntar y no sé pero tiene como un sentido adicional, siempre descubre las mentiras.

- Está bien, ve con cuidado.

- Adiós.

Moví la mano en forma de despedida, apenas dejó de mirarme la sonrisa falsa de mi rostro se desvaneció.

- Qué ganas de quitarte de mi camino maldita perra.

Sin Medida - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora