Narra Erick.
El gusto por caminar que tenía Christopher sin duda era algo que lo relajaba y de paso lo libraba de la adicción de estar pegado a su aparato tecnológico.
- Creo que ya te entiendo - comentó.
- ¿Me entiendes?
- Sí. Alejarme de las redes sociales me hace aprovechar más de mi tiempo, ser yo y tomarle el gusto a lo que tengo a mi alrededor.
- ¿Verdad que es cool?
- Muy cool.
- Chris. ¿Hablaste con Antonia? - pregunté curioso.
- No, aún no. Estaba pensando en que quizás podrías acompañarme - propuso.
Sí o no. ¿Cuál sería la respuesta adecuada? Antonia estaba dando muchos problemas de un día para otro y aunque Christopher le pusiera sus altos no podía confiarme.
- Bien, creo que será bueno saber que piensa realmente de mi. Te acompaño - accedí tomando su mano.
- Estás helado - comentó riendo.
- ¿Estaré vivo?
- Qué dices Erick.
- Sí, definitivamente estoy muerto, muerto por ti.
Eso había sonado bastante cursi para haberlo dicho yo, incluso ni siquiera había pensado aquella respuesta.
Solté un quejido apenas sus brazos me levantaron mientras giraba conmigo, estallé en risa tal cual un niño y eso me extrañó porque me sentía totalmente cómodo.
- ¿Lo intentamos?
- Sí, no perdemos nada - respondí.
- Entonces...
- Deberíamos besarnos.
Me acercó sin dejarme decir más, no sabía que pasaba en mi que disfrutaba más de lo que imaginaba de su compañía.
Me estaba sintiendo vivo y hasta con una razón de levantarme día con día.
- Espero que esté, de otra forma tendrías que esperar.
- Eso no es molestia para mí.
- Vamos.
- Chris...topher - escuchamos al pasar.
Ese tono precisamente no fue de agrado, apenas me vió su mirada y sus gestos parecieron cambiar radicalmente.
- Traje a Erick porque sería bueno hablar frente a él.
- Ya te dije que lo siento Christopher, no era necesario. ¿Por qué te empeñas en agrandar todo? Tampoco cometimos un delito.
- Pero lo llevaste a invadir mi privacidad - hablé.
- Eres un exagerado, entiende que solo queríamos saber de ti. Christopher ha tenido muchas malas experiencias y no dejaré que pase nuevamente por lo mismo - respondió.
- ¿No crees que es una decisión mía?
- Tus decisiones siempre te traen problemas, mierda, solo me preocupo por ti, amigo...
- Discúlpate - exigió él.
Caminó de ida y vuelta por varios segundos en el mismo lugar, realmente parecía una loca y si no hubiera sido por la presencia de Christopher ya se lo hubiera dicho.
- Está bien, perdón Erick.
- Entiendo que te preocupe tu amigo, pero él está conmigo y lo cuidaré de quien sea - respondí.
- Eso espero.
- ¿Comenzamos de nuevo? - extendí mi mano.
- Por Christopher - estrechó.
No demostraba convencimiento, en ese lado estábamos igual, yo tampoco creí en su falsa disculpa.
- Vengo enseguida, es del trabajo - dijo caminando.
- Hey tú - tomó mi brazo.
- Pensé que habíamos quedado en algo.
- ¿Por qué siento que no confío en ti?
- Es algo que no puedo responder.
- En un comienzo me parecías un chico increíble, pero eres misterioso Erick. Más te vale no ocultar nada, por Christopher soy capaz de todo - advirtió.
- ¿Me estás amenazando? - pregunté quitándome fuertemente de su agarre.
- Tómalo como quieras, pero ya estás advertido. Si acepto que estés aquí es por él y no te tendré confianza hasta que me demuestres tus buenas intenciones.
- Lo haré pero no por ti, lo haré por mi novio. Y otra cosa, soy capaz de defenderlo de quién sea, incluso de ti - señalé.
- ¿Y qué me vas a hacer? Porque claramente es una amenaza.
- Lo que sea necesario Antonia, lo que sea necesario.