Capítulo 13

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Narra Christopher.

Me estaba ahogando en tantos problemas. ¿Qué había echo para que mi vida se tornara tormentosa?.

El sonido que invadía mi habitación era algo de varios días, no era capaz de callarlo sin ser un verdadero grosero.

- Ya Chris, respóndele - pidió Antonia.

- No, además. ¿Por qué le diste mi número sin mi permiso?

- Porque tú no se lo diste, responde.

- No quiero hablar con nadie, además no me gustar hablar por teléfono.

- ¿Pelearon?

- No necesito pelear con alguien para no responder.

- ¡Pero estás siendo pesado! Chris, ese chico no hace más que preocuparse de ti.

- No se lo he pedido, además fuera más fácil si ocupara las redes sociales, podría mentirle al menos - dije referente a Erick.

- ¿No te parece raro? Dime, qué sabes de él.

- Apenas nos conocemos, no nos ha dado el tiempo realmente.

- ¿Lo investigamos? ¿Sabes su nombre? - preguntó encendiendo su laptop.

- Estás loca, quiero dormir.

- Sé cuando tienes sueño y no quiero pensar que me quieres correr, vamos Christopher, te conviene a ti - animó.

Me senté en la cama dándole el nombre de mi aquel chico, no puedo negar que saber de él me abrió un mar de curiosidad, era muy poco lo que sabía de él y ningún lugar en donde buscar cosas sobre su vida.

Solo logramos encontrar datos sobre sus estudios, no sabía de donde era capaz de lograr sacar aquella información, sin duda Antonia sabía de estás cosas.

- ¿Cómo es que encuentras eso?

- Vigilar a mis novios se me daba fácil, en internet está nuestra vida Christopher.

- ¿No hay fotos?

- Hmmm, al parecer no. Es obvio, no ocupa redes sociales, no tendrían porque haber o si las hay están muy ocultas - contestó.

- Quiero saber que le gusta al menos.

- Fácil, sigue conociendo a Erick. Al menos ya viste que no es un psicópata o un asesino en serie - rió.

Miré el celular, una nueva llamada entrante estaba siendo parte de su insistencia.

- ¿Me dejas solo?

- Oh entiendo, quieres privacidad.

Recogió sus cosas lo más rápido que pudo, si no atendía su insistencia posiblemente aumentaría.

- Erick, hola.

- ¿Cómo sabes que soy yo? No te di mi número.

- Lo sé, pero los números de mis conocidos los tengo con registro. Además sé que Antonia te dió mi número.

- ¿Cómo estás? Me quedé preocupado, llevas días sin responder y no te vi en tu trabajo.

- Pedí días libres, los necesitaba.

- ¿Pero estás bien? - preguntó.

- Estoy bien, gracias.

- Me gustaría verte.

- ¿Tienes tiempo ahora? ¿Podrías venir?

- Voy, nos vemos.

Me levanté para buscar algo de ropa que no fuera una especie de pijama, mi cara era un verdadero desastre.

- Viene Erick - dije entrando a la habitación de mi amiga.

- Vaya, ya era hora.

- Estoy echo un desastre, mira mi cara.

- Siéntate.

- Olvídalo, no pondrás esa cosa en mi cara - negué.

- Bien, si quieres estar así de feo es tu problema.

- El maquillaje es para...

- ¿Mujeres? ¡Wow! Podría decir lo mismo de tener sexo, recibir es cosa de mujeres y mírate, bien que te encanta.

- ¿Qué te hace suponer eso? - pregunté avergonzado.

- Cuando te pones ebrio sueltas todo, al menos eres versátil y disfrutas de ambas cosas.

- Solo un poco - indiqué aquel cosmético.

- ¿Qué se siente meterla?

- No responderé tus dudas sexuales - reí.

Por un momento temí que me dejara convertido en un desastre, pero verdaderamente esas cosas hacían maravillas.

Esperé a que llegue, afortunadamente mi amiga era considerada y no tuvo problema en salir.

- ¿Quieres algo? - ofrecí.

- Así estoy bien. ¿Estás...?

- Estaba horrible, fue idea de Antonia.

- De seguro te veías hermoso - halagó.

- Quiero...conocerte Erick - comenté.

- ¿Lo dices enserio?

- Sí. Estuve buscando cosas sobre ti pero...

-  Espera. ¿Me estuviste investigando?

- ¡No! Osea sí pero solo porque quería saber de ti - respondí.

- Bueno. si quieres saber de mi basta con que preguntes.

- ¡Erick espera! Lo siento.

- Déjame en paz.

Sin Medida - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora