Venticuatro

2.7K 249 66
                                    

—¡Mamam, no quiero verlo!

—Marguerite, tienes que hacerlo.

Marguerite se dio la vuelta para mirar a su madre, que había invadido su dormitorio al romper el alba con una bandeja de desayuno y una conferencia.

—¿Por qué debo verlo?

—Porque le debes una explicación.

—Él ya tiene una explicación. ¡Gracias a tu intervención, él ya estaba aquí la pasada noche! Estoy segura que él escuchó todo lo que necesitaba enterarse de mis transgresiones.

—No hay necesidad de ser grosera. —Helene arregló su falda alrededor de sus rodillas. —Obviamente no está satisfecho si insiste en tener una reunión contigo de nuevo esta mañana.

—Probablemente sólo quiere decirme que no quiere volver a verme nunca más.

—¿Por qué haría eso?

—Porque sabe lo que hice, lo sabe todo.

—Sabe que tu matrimonio estuvo lleno de problemas y que tu marido causó la mayor parte de ellos. Marguerite rodeó a su madre, con lo puños apretados a los costados.
— ¿Por qué eres tan agradable conmigo?¿Por qué nadie me culpa?

—¿Para qué? Te casaste con Henry de buena fe, ¿oui? No sabías que después de unos días de matrimonio él se presentaría de repente con un amante masculino.

—Por supuesto que no lo sabía, pero no lo detuve, ¿no? Le dejé creer que estaba bien, que lo entendía, que… —Se quedó sin palabras, mirando desvalidamente a su madre. —Dios, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para retenerlo. Yo quería una familia propia tan desesperadamente.

Helene suspiró y le ofreció su mano. —Marguerite, siempre me has tenido a mí y a los gemelos, ¿Por qué haces que suene como si hubieses estado sola?

—Me sentía sola, Maman. Siempre he tratado de ser una madre para los gemelos, pero sabía que ellos abandonarían el convento pronto e irían junto a ti. Sabía que no me necesitarían más. Cuando conocí a Henry, él parecía la respuesta a mis oraciones.

Helene dejó caer la mano en su regazo. —Lo siento, Marguerite. Siento tanto haberte dado esa carga. Nunca debí haberte abandonado de ese modo.

Marguerite se arrodilló a los pies de su madre. —Está bien. Sé por qué lo hiciste, Maman. Lo entiendo. Por favor, no te sientas culpable.

Helene suspiró. —Sabía que algo andaba mal cuando lo conocí en Dover después de tu matrimonio. Debería haber hecho caso a mis instintos y haberte insistido en que me dijeras qué sucedía.

Marguerite tomó la mano de su madre y la apretó con fuerza. —Y yo habría seguido mintiéndote. Ya había tomado mi decisión de casarme con Henry, y estaba dispuesta a vivir con esa decisión.

—¿Y ahora? ¿Vas a destruir la posibilidad de ser feliz con Kim Taehyung para siempre por vivir en el pasado?

—Pensé que no aprobabas mi relación con Taehyung.

Helene sonrió ligeramente. —He cambiado de opinión. Creo que tiene potencial para convertirse en un hombre extraordinario. No has respondido a mi pregunta. ¿Vas a permitir que tu culpa por Henry agrie tu futuro con Taehyung?

—¿Pero cómo lo puedo saber, Maman? ¿Cómo puedo saber si es el hombre adecuado para mí? No he sabido escoger muy bien hasta ahora.

—Taehyung me dijo que Lord Jungkook compartió todos sus secretos contigo, y que tú no te apartaste de él. ¿Es eso cierto?

Perversión. » k.th (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora