Diecisiete

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Mientras Lord Jungkook se acomodaba en la mesa del comedor, la atención de Marguerite se había puesto de nuevo en Taehyung.

Su mirada estaba fija en la cara de Jungkook, pero su expresión era inescrutable. Tontamente, no había pensado que su némesis en realidad sería invitado. Había asumido que Jungkook se quedaría con Sir Jarry, dondequiera que se escondiera.

¿Había hecho lo correcto trayendo a Taehyung, o sin darse cuenta había empeorado las cosas?

—Lady Henry, qué bueno volverla a ver. ¿Confío en que esté bien? —La voz de Lord Jungkook le llegó claramente sobre la mesa. No había ninguna posibilidad de fingir que no lo había oído. Ella se reunió con su mirada con una de las suyas y observó como él alzaba la ceja.

—Estoy muy bien, gracias.

—Excelente.

La mirada fría de Jungkook se trasladó a Taehyung y Marguerite se encontró tensándose.

—Y Kim. ¿Qué le trae aquí?

Tarhyung se limitó a mirarlo, su mano en un puño sobre el mantel. Amelia soltó una risita.

—A que no adivinas. Lord Taehyung llegó con Lady Henry.

Jimin se aclaró la garganta. —En realidad querida, Lord Taehyung fue invitado por nosotros, al igual que todos nuestros huéspedes y estamos encantados de verle.

Jungkook sonrió. —Como lo estoy yo. Hemos pasado algunas noches interesantes juntos, ¿no es así, Kim?

Taehyung mantuvo su mirada en su mano alrededor de su copa de vino.
—En el pasado, tal vez.

—Oh vamos, vamos, ¿seguramente que no fue hace mucho tiempo?

Marguerite intentó llamar la atención de Amelia. Sin duda este era el momento para que las damas dejaran a los hombres solos. No le gustaba el espectáculo que Lord Jungkook quería jugar con Taehyung. La tensión entre los dos hombres era casi palpable.

—De hecho, creo recordar que nos encontramos en el teatro la otra semana. —Jungkook asintió con la cabeza a Marguerite. —Usted estaba escoltando a Lady Henry.

Marguerite frunció el ceño. El tono de Jungkook daba entender que ella era de alguna manera irrelevante, algo mucho más importante había pasado entre Taehyung y él en el teatro de lo que ella sabía. Ella hizo una sonrisa amable.

—No recuerdo haberlo visto, Lord Jungkook. ¿Le gustó la obra?

—Me cuesta recordar la obra. Siempre estoy más interesado en la gente.

Amelia tomó su abanico y les sonrió a las damas. —Vamos a salir y dejar a los caballeros a su gusto.

Marguerite fue la primera en levantarse. Supuso que la conversación se había vuelto demasiado seria para el gusto de Amelia.
Antes de que ella saliera de la habitación trató de llamar la atención con los ojos a Taehyung, pero se negó a mirarla, su atención estaba fija en su copa de vino. Una parte de ella quería quedarse y protegerle de algo que no estaba muy segura.

¿Pero él se quejó de que todo el mundo lo trataba como un niño mimado? Tal vez lo que necesitaba era hacer frente a Lord Jungkook por él mismo.

Tarhyung miraba a las señoras salir, muy consciente de que Marguerite había intentado llamar su atención, pero totalmente indispuesto a dársela.
No había estado sorprendida por la llegada de Jungkook. ¿Ella había sabido que iba a venir? Y si era así, ¿por qué había puesto cara a cara a Taehyung con un hombre que despreciaba? ¿Tenía de alguna manera que saber la relación entre ellos? Jungkook había jurado no hacer nada para que él volviera bajo su mano.

Perversión. » k.th (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora