right here in my arms ;; v. valo

OO9 ˚₊· ⸙ ˚༘✧

Ville

Para el día siguiente, mi amada Matleena se encontraba junto a su grupo de amigas obstruyendo ligeramente el paso por el corredor y mientras yo tomaba mi camino para ir de vuelta a mi oficina atino a escuchar a mi hermosa chica hablar con tremendo entusiasmo.

-¡Y tomó mi mano cuando íbamos de regreso a casa!

Detuve inmediatamente el paso, debía escuchar más. Pero ni podía quedarme cómo un idiota parado cerca de un enorme grupo de chicas sin hacer nada. Me verían extremadamente raro. Por lo que la única idea que se cruzó por mi cabeza fue sacar mi celular de mi bolsillo y pegarlo a mi oreja haciendo como que estaba hablando para seguir escuchando.
-¿Pero Mikko te besó?
Preguntó una chica más bajita que Matte.
-¿Que?- Respondió la pelinegra - ¡Fue apenas la primera cita, no me dejare besar tan fácil para que piense que soy fácil!
Se cruzó de brazos. Mi sangre hervía de los celos y la rabia. Sentía una extrema necesidad de ir a buscar a ese rubio imbécil y arrancarle sus estúpidas rastas que parecían colas de ratas, dejarlo calvo y ver si así Matleena aun quería con él.
-¿Pero te gusta?
-Demasiado- Respondió y yo volví ligeramente mi mirada hacia ella viendo como de su bolso sacaba la nota que YO le había dejado -Se que fue él quien la dejo en mi casillero, ¿No es dulce?
Fue el colmo, la rabia fue incrementando al punto que casi le acierto un golpe al casillero junto a mi. Guarde mi celular y me fui de aquel sitio con los nervios de punta. ¡Eran mis notas! ¡Y un niño estúpido de diecisiete años me estaba robando a mi chica!.

Me encerre en el salón cerrando de un portazo detrás de mi y saque la cajetilla de cigarrillos de mi chaqueta. Fumar frenéticamente era mi único alivio ante mis ataques de ira. Prefería que un alumno me viera fumar dentro del salón a que me viera fuera de sí golpeando las paredes o rompiendo hojas. Acabe el décimo cigarro cuando Matleena entró con su radiante sonrisa que de inmediato se borro cuando me vio en tal estado de ira.
-Profesor Valo ¿Se encuentra usted bien?
Se acercó a mi preocupada.
-Lo estoy ¿Que quieres? Aun no te toca mi clase
Me cruce de brazos
-El examen, profesor, recuerde que era hoy y...
-Oh

matleena

Ville apestaba a cigarro y parecía fuera de si mismo. Vi como tomaba el examen desde su carpeta y se acercó a mi. Lo siguiente que vi fue como partía la hoja a la mitad en toda mi cara
-Cariño estas reprobada
-Pero usted me dijo...
-Digo muchas cosas- Tiro la hoja a la basura -Pero si es cierto que no doy segundas oportunidades
-¡Es injusto!- Exclamé bastante enojada -¡No ses usted tan imb...!
-Oh vaya, parece que quieres insultarme- Sonrió -Perfecto. Encima de que perdiste tu nota perderás tu práctica. Te quedarás treinta minutos después de clases
-No puede hacer eso
-¿Crees que no?
Y sin decir nada más salio del salón

~•~

El salón estaba totalmente en silencio. Solo él y yo y ni siquiera quería verme a los ojos por un momento. ¿Que lo había hecho perder así la cabeza?

Mi teléfono vibro dentro de mi pantalón indicando un mensaje entrante. Vigilando que él no se volviera a verme, saque el celular de mi bolsillo y debajo de la mesa lo desbloquee

Mikko 👑

-¿Donde estas?

-Castigada, llame imbécil al profesor de literatura y me está haciendo perder la práctica

-Ese profesor es un dolor en el culo, hoy me humilló por mis rastas frente a todo el salón

Cuando estaba tecleando para responderle, una mano me arrebato el teléfono.
-Vaya vaya
Ville murmuró para proceder a leer en voz alta los mensajes
-Vaya soy un dolor de culo ¿Ah?
-¡Eso es privado!
Me defendí pero a él realmente no le importó y comenzaba a actuar como un reverendo imbécil.

~•~

-Señorita Matleena.- Susurro a mi oído para despertarme de mis pensamientos. Me congele al escuchar su voz grave tan cerca. -Ponga atención.- Dicho esto, se sentó en su escritorio. -Quiero que redacte un poema, para alguien quien quiere, ni muy corto ni muy largo tiene 10 minutos.
-Mierda.
Susurre.
-Perdón, ¿Dijo algo señorita?
-No.
-¿Por que? ¿se quiere ir ya?
-No he logrado aprenderme la rutina.
Ville se me quedo mirando, su mirada me ponía nerviosa. Y más aún, cuando parecía querer clavar me un cuchillo en el ojo
-Ensaye aquí.
Soltó simplemente sin importancia
-¿Perdón?
Lo mire confundida.
-Solo quedan 20 minutos, ha cumplido con sus tareas, solo ensaye, finja que no estoy aquí.

Ville.

Siempre quise verla bailar sin esconderme, verla a ella sola, bailar para mi, esta era mi oportunidad de tener un acercamiento más íntimo con ella, no puedo permitir que sea de alguien más.

Matleena se levanto dudosa y se colocó enfrente del escritorio, para tratar de disimular me senté atrás y tomé un libro, fingiendo leer.

Ella comenzó a moverse realmente tímida, no como lo hacía en los ensayos, no con la actitud se siempre. Solo repasaba los movimientos por encima y yo fingía no verla, pero vaya que lo hacía, no podía más tenía que acercarme a ella.

Matleena.

Por muy raro que sea, no tenia otra opción, era eso o que me sacaran del equipo por no memorizar la rutina.

Me pare al fondo del salón y traté de ensayarla, Ville no me miraba, solo leía. Hasta que di un giro y él ya estaba tras de mi, chocamos, haciendo que me mirara fijamente. Sus brazos estaban en mi cintura, sus ojos en mi boca y yo estaba perdida, hecha hielo, Ville estaba tan cerca de mí que podía escuchar su respiración.
-¿Aún me deseas Matleena?
Soltó.
-Profesor...
No podía hablar, en mi mente estaba Mikko, lo lindo que era conmigo, lo especial que me sentía con él y después que Ville se acercara y después se alejara ¿Qué quería de mi? Jugar solamente.

Ville tocó mi rostro un mucha delicadeza, el idiota de Ville había desaparecido
-Dime que aún me deseas Matleena, por que yo lo hago mucho.
Los ojos de Ville eran tan profundos, podía ver el deseo que tenían. Suplicaba con su mirada que diera una respuesta afirmativa pero simplemente no podía. Era mejor estar con Mikko, era algo permitido, no como esto que estaba mal por todo lado que lo vieras
-No puedo...Profesor no es correcto.
Susurre antes de abandonar el salón a pasos rápidos