OO5 ˚₊· ⸙ ˚༘✧

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Ville me abrió la puerta para pasar al salón. Joder, me iba a quedar con él completamente sola por una hora. Pero afortunadamente mi salvación llegó, recordé que tenía práctica.
-No puedo quedarme, tengo práctica de animadora, una nueva rutina.
Ville me miro de arriba a bajo, haciendo que mi piel se erizara, cortandome la respiración
-Hagamos un trato, váyase a cambiar, le doy 30 minutos de clase y puede irse, es eso o una falta
No podía ponerme falta, bajaría mi promedio.
-Hecho.
Tome mi maleta y corrí al vestuario, me puse el uniforme y no antes me vi al espejo y respiré profundo.
-Tú puedes Matleena
Repetí para mi misma. Acomode mi cabello y salí directo para el salón de literatura

ville.

Ella quería huir de mi, la ponía nerviosa, su piel se erizaba conmigo, y no podía negarlo, me encantaba.

Empecé a anotar ciertas preguntas en el pizarron hasta que ella llegó ya con su uniforme, por Dios, ese uniforme me ponía mal, dejaba a simple vista sus piernas, y parte de su abdomen, ella era perfecta.
-Siéntese señorita Matleena, comencemos la clase.

matleena

Mis piernas temblaron cuando dijo eso, su voz gruesa, su mirada, su respiración profunda y ese aura de superioridad podían conmigo
-Anote lo que esté en el pizarron , y contestelo con su libro.
Asentí con la cabeza tratando de no verme nerviosa o intimidada pero no sabía si resultaba.

Ville tenía la vista puesta en mi, no se me despegaba. Sentía como seguía cada movimiento que yo hacía con su mirada
-Tiene novio, Matleena?
Preguntó de repente rompiendo el silencio. Deje de escribir y alce la mirada. ¿Por que me pregunta eso?
-No, profesor.
Respondí ocultando victoriosamente mi asombro
-He escuchado que varios estudiantes la pretenden.
Dijo en un tono de voz molesto desviando su mirada hacia el pizarrón.
-Si, pero no me interesan- Respondi volviendo mi atencion al cuaderno -No tienen nada que me guste realmente.
Y era cierto, los chicos de este instituto parecían ser los típicos patanes de película estadounidense, los del equipo de fútbol, altos, bien formados y atractivos parecían tener sólo una neurona entre todos la cual la mayoría del tiempo usaba Mikko Lindström. Era rubio, alto y algo flacucho, aun así era bueno en lo que hacía, y seguía siendo un cretino. El resto de chicos minimanente interesantes para mi eran menores que yo o de mi misma edad ¿Y para que quería eso?.
-¿Y que le gusta señorita Matleena?
Diciendo esto se acerco a mi lugar apoyándose sobre la tabla de mi mesa e inclinándose ligeramente sobre esta. Esto parecía in interrogatorio policial
-Me gusta el misterio, lo prohibido, lo que nadie sepa. No estoy para tonterías de chicos que solo quieren sexo
¿De verdad dije eso?, aunque la verdad yo también quería sexo con aquel hombre, y demasiado. Pero era un caso distinto; sonrió satisfecho y se inclino un poco más sobre la mesa, parecía que pronto me atacará
-¿Le gusto yo entonces?
Mierda, mierda, mierda.
-Si le digo que si, ¿Me dejaría ir?
Necesito correr. Quería tirarle el libro a la cara y salir corriendo
-Dime que deseas Matleena.
Se inclinó hasta quedar cara a cara conmigo. Podía sentir su respiración, detallar su rostro tan perfecto desde cerca
-A usted, profesor.
La campana sonó.
Y yo corrí.

right here in my arms ;; v. valoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora