O3O ˚₊· ⸙ ˚༘✧

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Matleena

-Si mamá, Jonne esta fatal. Me quedaré con él esta noche
-Esta bien, princesa. Te veo mañana. Cuida mucho de Jonne
Dijo y tras unos segundos colgó.
-Que pésima amiga eres, dejas solo a Jonne por mi
-Tiene a Jukka, que su chico se encargue
Rei besando la mejilla de Ville. Se veía hermoso manejando. Tarde un poco en notar que salíamos de Helsinki y aquello despertó mi curiosidad. En un principio crei que iríamos a su casa, luego recordé que la torre, si bien estaba lejos de todo, seguía dentro de la capital y nosotros estábamos tomando rumbo a Espoo.
-¿Que tramas?
Pregunte tomando la cajetilla de cigarros del porta vasos
-Deja eso ahi- Regaño cuando tome uno, pero no le hice caso -No te busques un castigo, Matleena Parkkonen
-No eres mi papá- Rei segundos antes de encenderlo y dejar el resto de cigarros y el mechero en su sitio. Lo hacía desde hacía tiempo, pero si algo destacaba en Finlandia era el excesivo precio de una sola cajetilla por lo que dejé de hacerlo seguido -¿Que tramas?
-Pensaba en llevarte a un hermoso lugar para hacerte mía pero ahora te voy a matar y a disolver tu cuerpo en acido
-Mmh eso suena tentador- Rei mirando por la ventana. Nunca había estado en Espoo -Ya, en serio
-No seas curiosa, mi niña

· · ── · 𖥸 · ── · ·

Se detuvo frente a una enorme mansión blanca, olvidada por cualquier ser humano y aquello se podía ver ante el descuido de sus paredes tomadas por la vegetación, el polvo de la entrada, el césped algo alto. Sin embargo los cristales estaban intactos y el pomo de la puerta, dorado como el mismo aún resplandecia como si aún viviera alguien ahí. Ville fue quien me ayudó a bajar y tras abrir la puerta de la enorme casa, me permitio el paso y segundos más tarde escuche como cerraba detrás de mi.
-Es la casa de un amigo mío, Sami- Dijo tomándome por la cintura, besando mi nuca -Esta en Kirkkonummi así que es nuestra
-¿Esto no es ilegal? Es allanamiento de morada
Soltó una risa contra mi cuello
-Cariño, la estoy cuidando por él
Me dio la vuelta y me alzó, pegándome a su pecho y comenzando a avanzar. Subió las escaleras, repartiendo besos desde mi mentón hasta mis clavículas.

Me dejo caer segundos más tarde sobre la cama, una cama amplia, con un ligero olor a tabaco, vodka y lavanda. Una mezcla extraña.
-Te necesito tanto
Metió sus manos en sus bolsillos y de uno de ellos sacó su teléfono.
-¿Que haces?
No respondió. Aunque no fue necesario que lo hiciera cuando entendí, cuando empezó a reproducir un clásico de una banda que mi padre solía amar, The Deeper The Love de Whitesnake. Me senté en la cama, tarareando la canción. Ciertamente amaba la letra.
-Nunca te dejare ir, y cuando el sol caiga y las noches se vuelvan frías- Quito su camisa dejándola caer al suelo -Yo estaré ahí, mirando sobre tu hombro- Se posiciono sobre mi. Deslizando uno de los tirantes de mi vestido por mi hombro, repitiendo la acción con el otro hasta poder bajar el vestido. -Te amo, Matleena
Desabroche su pantalón, él me ayudó a quitarlo. Seguidamente se deshizo del resto de mis prendas sin dejar de besarme ni un segundo.
-Te amo, Ville, te amo tanto joder
Susurre mientras abría mis piernas, penetrandome con cuidado, arrancandome un suave gemido de los labios.

Bajo sus besos por mi cuello y permaneció ahí, besando, mordiendo, marcando, sujetando mis pechos mientras me embestia de forma profunda pero lenta. Acaricie su espalda con dulzura, subiendo de vez en cuando a su cabello, enredando mis dedos entre este. Poco a poco comenzó a moverse con más fuerza y lo que hacía un momento fueron jadeos ahora eran gemidos altos que provenían desde lo más profundo de mi garganta, apretando las sabanas entre mis puños, retorciéndome debajo de él.
-¡Ville!
Gemi arqueando la espalda. El hombre procedió a marcar mis clavículas con aquellos chupetones que tendría que camuflar muy bien luego. Me dio la vuelta, pegando mi pecho al colchón y sin previo aviso aumento las embestidas de una forma muchísimo más brusca y placentera, tomando mi cabello con una mano y con la otra, recorriendo mi espalda, acariciandola, apretando ciertas zonas, besaba otras, algunas más las mordía. ¿Como podía él hacer conmigo lo que quisiera sin problema alguno? Era magia, estar con él era magia
-Joder, Matte- Susurro en mi oído, pellizcando uno de mis pezones. Mis gemidos eran mucho más constantes, ambos sabíamos lo que se aproximaba y lo deseábamos con ansias -Eres mía otra vez
Descargo un ligero azote contra una de mis nalgas mientras gemía contra mi oído. No podía más
-Así, maldición
Suplique hundiendo la cara contra el colchón, embriagandome con el aroma. Fue cuestión de segundos para que ambos llegáramos al orgasmo.

· · ── · 𖥸 · ── · ·


Beso mi frente con cierta dulzura, acariciando mi espalda, pegándome a su pecho mientras que con su mano libre contorneaba mis labios. Y allí apenas iluminada por la luz de la luna lo noté, algo que siempre camuflaba bajo los anillos de plata que llevaba. Una marca de quemadura en su dedo anular.
-¿Que es eso?- Pregunte solamente por estar segura mientras señalaba su dedo
-Es una larga historia- Suspiro -Y algo fea
-Tengo el tiempo
Me acomodé mejor en su pecho, viéndolo a los ojos para dejar en evidencia la atención que le prestaba. Ville dudo un rato, parecía ser algo fuerte para el y estaba cerca de combatir mi curiosidad y decirle que no debía contarme. Pero no fue necesario pues lo hizo de igual forma
-Hace muchos años me enamoré de una mujer- Evito verme, parecía que se estaba yendo en sus pensamientos -Jonna, su nombre era Jonna y joder si amé a esa mujer. Fuimos juntos a la universidad, nos enamoramos y bueno, paso lo que siempre pasa en estas historias, fue mi chica por años. A quien erróneamente y ciegamente llame el amor de mi vida- Alzo su mano para ver mejor su propia marca ante la tenue luz -Ibamos a casarnos, incluso me había tatuado su inicial en este dedo. Pero yo era idiota
-No digas eso
-Lo era, Matte. Jonna me lastimaba y aún así yo me quedé, llevando golpes, amenazas y discusiones y aún no se por que me quede, no me importo mi salud mental, solo era un adicto a su amor, su amor era una trampa letal y pobre del hombre que vuelva a caer en ella- Suspiró -Es gracioso que por una infidelidad de ella todo se haya acabado y no por todo el daño mental que me hizo. Estaba destrozado, odiaba ese tatuaje, odiaba el hecho de que la había dejado ir, al menos en ese momento me sentía culpable, quien diría que tiempo después luego de asimilarlo me sentiría un hombre libre- Solto una pequeña risa. Aunque fue inevitable ignorar sus ojos llorosos. Los que me hicieron abrazarlo más fuerte -En fin, odiaba ese tatuaje y tal vez en un arranque de ira, cegado por la nicotina, apague el cigarro contra mi dedo, con demasiada ira por dentro que cegó mi dolor, al menos en ese instante.
Joder eso estaba jodido y yo no sabía siquiera que decir. Pero el pareció notarlo y se me adelantó

-Luego conocí a mi verdadera luz- Me miro a los ojos, limpiando sus lágrimas -Al verdadero amor de mi vida.

right here in my arms ;; v. valoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora