O1O ˚₊· ⸙ ˚༘✧

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Después de todo lo qué pasó ese día, Ville volvió a tomar la postura que tenía antes, ignorarme totalmente, no me veía en clase, no me pedía quedarme después de su hora de clase, nada. El había decidido olvidarlo, y yo también.
A diferencia de Mikko, nuestra relación iba progresando, me había pedido ser su novia una semana atras y claramente acepte, él era cada vez más dulce conmigo, dejándome notas todos los días siempre con una pequeña rosa en mi casillero, me hacía suspirar.

Hoy era viernes, tenía práctica, fui a mi casillero por mi uniforme y ahí estaba. La nota cayó hacia mis pies. Me incline un poco y la recogí del suelo

-"Let me weep you this poem as Heaven's gates close
Paint you my soul, scarred and alone
Waiting for your kiss to take me back home"

Y una pequeña rosa color rojo sangre.
Era hermosa, mi corazón latía a mil por hora, hasta que fui interrumpida por mis pensamientos.
-Matleena.- Me llamo Sebastian, un chico del club de fotografía.
-Verás una chica del club me quedo mal, me prometió ayudarme con unas fotos pero no ha llegado ¿podría ayudarme?
-Me encantaría, pero no se nada de fotografía Sebastián.
-No, solo quiero que seas mi modelo.
Lo pensé dudosa, no es que fuera insegura solo que jamás me habían fotografiado.
-Bueno, tengo aún 40 minutos antes de mi práctica, así que puedo ayudarte.
-¡Perfecto! Le diré a mi amiga que te arregle.
Caminamos juntos hacia el salón de fotografía sin pronunciar palabra, sin embargo no fue incómodo el trayecto en absoluto.

Una chica de cabello rubio y con mechas rosas me había peinado, recogió mi cabello y puso pequeñas flores blancas en él, me dio un vestido color blanco, descubierto de los hombros y me dejo sola para que
Al salir me di cuenta que no era la única que iban a fotografiar.

Ville.

Por mucho que lo odiaba, tenía que marcar distancia, no por que quisiera, si no por que tenía otro plan en mente. Aun así siempre le escribía, adoraba ver la reacción de mi Matleena aunque ella pensara en alguien más.
Se que ella tenía miedo, de que yo fuera su profesor y por eso me dijo que no me quería, pero se que su corazón se acelera cuando me ve.

Hoy aunque no quisiera tenía que ayudar a los chicos del club de fotografía, iban a retratarme, la temática era "oscuridad y luz"
Yo desde luego era la oscuridad, así que vestí de negro como ellos me indicaron, solo serían unas cuantas fotografías con una copa de vino y ya está.

Hasta que la vi salir, vestida de blanco, ella era la luz. Mi luz.

Matleena

Ville y yo cruzamos miradas, por fortuna no nos iban a juntar, eran fotos individuales, yo estaba muy nerviosa, lo admito, el se veía increíblemente apuesto en ese traje negro, su piel pálida, sus ojos profundos. Era una jodida tentación
Concéntrate Matleena.
-Relájate, solo mira a la cámara.
Trate de respirar profundo pero la mirada de Ville me hacía difícil las cosas.

Ville

Ella lucia como un ángel, toda de blanco, tal vez así luciría cuando nos casemos
¿Lo pensé? ¿Pensé en matrimonio? ¡No Ville! Tiene dieciséis, en ningún mundo eso estaba bien.

Pero mírala, luce perfecta, inocente, ella era un gusto culposo, el pecado personificado, la representación de mi perdición, mi luz, el fuego de mi alma, el mayor suspiro que salía de mis labios arrastrando su nombre de la manera más armónica posible. necesitaba hablar con ella.
-Muchas gracias terminamos.
Grito Sebastian.

Matleena quería huir de ahí, pero afortunadamente los vestidores se encontraban juntos.
-Señorita Matleena.
-Profesor...
-Lo qué pasó el otro día... Discúlpeme, estaba muy estresado, no fue una buena manera de comportarme.
Le di un trago a la copa de vino que me habían dado para las fotos, por el nerviosismo que por otra cosa
-No pasó nada profesor, lo olvide ya.
Me miro con cierto recelo y me dio la espalda, ya llendose. Tenía que detenerla de alguna forma
-La he pasado.
Fue lo primero que atine a decir
-¿Disculpe?
Volteo y me miro curiosa.
-La he aprobado, el examén.
-Pero no lo hice...
-Se lo debía.
-¿Me pedirá algo a cambio? ¿Un trabajo?
-¿Aún tiene el libro que le preste?
-Si.
Se cruzó de brazos. Se veía más frágil aún
-Quiero escucharla leerlo.
-Pero ¿como?
-Todas las noches, la llamaré a su número personal, tendrá que leer 5 páginas.
-¿Es como una narración?
-Si.
Ella, dudosa desvío su mirada hacia la ventana como buscando la respuesta
-Bueno, aquí está mi número.
Saco una libreta y apunto los dígitos con extrema rapidez. Quería salir de ahí era obvio
-La llamaré hoy a las 7:00 pm.
-Bien entonces.
Ella se dio la vuelta.
-Matleena.
Grite de nuevo.
-¿Si?
-Luce encantadora con ese vestido.
Y una vez más huyó

right here in my arms ;; v. valoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora