right here in my arms ;; v. valo

OO2˚₊· ⸙ ˚༘✧

Estaba solo, completamente solo, pero no podía dejar de pensar en ella, odiaba cuando preguntaba, odiaba verla sentada con esa falda tan corta, odiaba tener pensamientos casi todas las noches con ella. Me hacía tomar mi guitarra y escribirle algo, solo así podía sacármela de la cabeza. por Dios ¿Que clase de persona soy? No sólo era el hecho de ser veinte años mayor que ella, sino que era también su profesor, ella seguía siendo menor de edad y esto estaba mal por todo lado. Que Dios me perdone por esto.

Pero en este momento en tan solo pensar en ella me ponía duro, ¿estaría mal?, no hay nadie.

Rápidamente y con los ojos cerrados y aún con el ligero pensamiento de ella, desabroche mi pantalón. Metiendo mi mano por este sintiendo mi miembro terriblemente duro

matleena

Me senté junto a mis compañeras y suspire pesadamente abriendo mi mochila, rebusque entre mis libros, buscando el libro de ingles, para asi poder repasar antes del examen. Sin embargo era evidente que no estaba.
-Mierda
Murmuré poniéndome de pie y corriendo de vuelta al aula de la clase de literatura con algo de suerte el profesor seguiría ahí y no tendria que buscar a una señora de servicio para que me abra la puerta.

Abrí la puerta en silencio pues sabia que si estaba ahi, no le gustaria ser interrumpido en lo que sea que estuviera haciendo. Efectivamente Él estaba ahí, mi sorpresa fue verlo con los ojos cerrados, pero con su mano en su entrepierna. Moviendola de arriba hacia abajo dentro de su pantalón. Sus labios entreabiertos dejando escapar ligeros jadeos que se podían oír por toda la sala dejándome totalmente helada
-Matleena.
Gimió con aquella voz ronca haciendo su cabeza para atras tan sumido en sus pensamientos que no noto que yo estaba ahí parada. Que alguien me despierte. No podía correr, no podía entrar, estaba inmóvil viendo cómo se masturbaba diciendo mi nombre entre suspiros de su voz gruesa.
Y fue ahí cuando tal vez por el impacto o el nerviosismo del momento mis manos fallaron dejando caer el libro de literatura que traia entre mis brazos, haciendo que el profesor dejara sus manos y me mirará directamente.