O12 ˚₊· ⸙ ˚༘✧

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-Buenas noches profesor Ville.
Conteste tratando de escucharme lo más normal posible. Pero no podía, su voz por teléfono sonaba más gruesa, y podía escuchar su respiración profunda. Me ponía nerviosa incluso a distancia
-Lista para leer?
-Si, Profesor. ¿Qué parte del libro?
-El poema a Annabel Lee.
Pidió,escuche el rechinar de la madera del otro lado de la línea, como si se hubiera acostado sobre su cama o sentado en algún mueble muy viejo. Tome el libro que se encontraba en mi pequeña mesa de noche.

Ville.

Escuchar su voz por teléfono era música para mi, era tan tierna e inocente, pero al mismo tiempo sensual, me ponía demasiado imaginar esa voz colmada de gemidos ahogados. Mi mente me traicionaba con pensamientos así demasiado a menudo y era tentador. Tenía que hacer que ella me deseara otra vez, aún lo hacía, y esta era mi oportunidad.

Matleena.

Aclare mi garganta y tras un largo trago de coca cola empecé a leer. Sentándome en el borde de la cama, presionando el doblez del libro con mi pulgar para mantenerlo abierto mientras que con mi mano derecha sujetaba mi celular
-Hace muchos, muchos años
en un reino junto al mar vivió una doncella que tal vez conozcas
llamada Annabel Lee. Y esta doncella vivía sin otro pensamiento que amarme y ser amada por mí...
-¿Que traes puesto Matleena?
Me interrumpió Ville de repente con una voz más agitada cobrándose los suspiros. Me sorprendió aquello, como si él realmente no estuviera interesado en lo que leía. Escuchaba como se movía sobre las sábanas, como se movía, incluso atine a pensar que sonreía
-¿Disculpe?
Su respiración se volvió pesada, más pesada aun si es que eso siquiera es posible
-Pregunte ¿Que tienes puesto Matleena?
Repitio en un terrible tono lujurioso
-Aún no me he cambiado la ropa para la escuela
-¿Llevas esa falda roja aún?
-Si...Profesor.
Murmure dejando el libro de lado, procurando que sus páginas no se cerraran para continuar mi lectura a futuro. Pero Ville tenía otros planes. Los tenía porque sabía que sonreía con tal malicia, a punto de cometer algún pecado.

Tenía que calmarme, tenía novio, no podía dejar que mis emociones me traicionaran. Amaba a Mikko, él ni siquiera merecía que estuviera pensando en otro hombre de la forma que lo hacía con Valo.
-¿Me haría otro favor señorita Matleena?- Murmuró -¿Podría bajar su falda?
Me dejo totalmente helada, me mantuve en silencio procesando las palabras, tal vez hacia entendido mal. Pero no era así, oh no claro que no lo era porque yo bien sabía lo que ese maldito hombre buscaba en mi y joder si le funcionaba, le funcionaba a la perfección como un plan maestro. Ville, maldito Ville
-Profesor...
Susurre levantandome de la cama algo alterada
-Matleena- Replico con voz burlona. -Nadie debe enterarse, ni siquiera ese inútil con el que sales
Derrepente su voz se volvió increíblemente profunda, su respiración rápida, y yo, sentía cierto calor en mi entrepierna que parecía subir por mi vientre pidiéndome más, más y más. Si Ville va a jugar conmigo, yo también puedo, esta noche, por lo menos una vez quiero cumplir mi fantasía. Solo una vez no sería un pecado, no si nadie se enteraba, no si mi Mikko se enteraba. Pensaba lujuriosa con una pequeña sonrisa en mis labios. Estaba tan mal que me encendía por dentro

Ville.

Una terrible erección se asomaba por mi pantalón pidiendo a gritos que atendiera aquello de una buena vez. Era inevitable pensar en ella. Al menos cumplir esa fantasía pecaminosa que me carcomia por dentro cada día desde hacía casi dos años
-Profesor Valo, ¿Se toca pensando en mi?
Supe que sonreía, tal vez por el nerviosismo y la coquetería. Pero ella estaba a mi merced
-Todas las noches.
Respondí abriendo mi pantalón
-¿Quiere que también lo haga?

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Hola venía a decir que Jonne Aaron es lindo uwu escuchen Negative si va bueno chao

right here in my arms ;; v. valoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora