Capítulo 1

4.4K 418 272
                                    

"Intentamos todo para salvar nuestro amor porque lo mejor siempre estaba esperando por venir."

I

Mafuyu Sato comenzó a llorar de la nada, era un acto inusual, él nunca se caracterizó por ser alguien que expresara sus sentimientos con facilidad, pero por alguna razón absurda lo estaba haciendo y en un lugar donde la gente lo miraba.

La mujer frente a él de pronto se preocupó creyendo que su comentario había causado aquella reacción en el chico.

-Yo... lo lamento, ¿hice algo mal?- retrocedió un paso y miró a su derecha esperando a que nadie la atacara acusándola erróneamente.

-No puedo... no puedo parar- bajó la mirada y miró sus manos mientras las lágrimas caían, Sato estaba sorprendido, ¿Cuál había sido la razón exacta para su llanto? Tal vez fue porque la mujer hizo un comentario sobre su apariencia, pero no había sentido agresividad o compasión.

Quizás porque se encontraba cerca de la estación del tren y al fondo se escuchaba, desde alguna tienda, la música de aquella persona.

La mujer lo tomó del hombro e intentó que la mirara, ella hablaba, pero él no podía decir nada o escucharla si quiera, tan solo se concentraba en su llanto. Entonces alguien más se acercó.

-¿Sucede algo? ¿Se encuentran bien?

-Él comenzó a llorar, no lo sé- la mujer estaba al borde de la desesperación y llanto también. Como omegas era fácil que sus emociones se desbordaran y dieran a conocerse a otros más.

-No se preocupe, yo puedo ayudarlo- dijo el desconocido, su voz era gentil, como si fuera un experto en aquello y se encargó de tranquilizar a la señora, Mafuyu frunció el ceño y alzó su mirada.

En el momento que la mirada de Mafuyu y de aquel desconocido se cruzaron, el llanto cesó. Era un omega también, alto y su cabello largo rubio estaba levantado en una coleta, era diferente a cualquier persona.

-¿Te encuentras bien?- su voz fue tranquila, Mafuyu quedó conmovido y negó, no estaba bien, nadie le había hecho esa pregunta realmente, tal vez su madre, pero incluso de ella sentía que era por lastima-. Soy Haruki. Vayamos a un lugar más tranquilo.

Un lugar tranquilo, aquello le pareció irónico ya que era el momento del día donde los estudiantes pasaban directo a la estación del tren, los adultos caminaban con sus portafolios apresurados hacia algún punto de la ciudad por trabajo, la gente caminaba de un lado a otro y las cafeterías cercanas tenían a gente suficiente como para que se sintiera nervioso.

Haruki caminó junto a él y entraron a una cafetería, había gente como era de esperarse, pero era soportable. Mafuyu no prestó atención a la persona que miró a Haruki y lo saludó alegre.

-Espera aquí, regresaré con un té para ti- le sonrió y se acercó a aquella persona. Mafuyu hizo caso, no tenía la intención de huir como lo hubiera hecho en otro momento para no contar lo que le sucedía, Haruki le daba mucha confianza.

Seguía triste, y se sentía mareado. Su historia era patética para él, así es como todos los días se sentía; patético y triste por haber confiado y amado.

La vida que tuvo con Yuki no fue pasajera, ni siquiera insignificante, y por eso no entendía cómo es que él lo había abandonado de pronto, que había elegido la música antes que a él después de que cada noche le juraba amor sincero.

Punzadas dolorosas agobiaban su pecho, las lágrimas las contenía una vez más y su mirada estaba perdida hacia un punto fijo de aquella cafetería. No se dio cuenta del momento en el que Haruki colocó la taza de té sobre la mesa.

WinterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora