Capítulo 13

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"Me dijiste: 'este es el primer día de mi vida. Me alegra no haber muerto antes de conocerte. Y ahora no importa, porque podría ir contigo a donde sea...'"

XXIX

La cita que Uenoyama le pidió aquella tarde a Mafuyu se pospuso por varias semanas, siempre salían contratiempos para ambos, incluso no se veían tan a menudo como les hubiera gustado, pero ninguno de los dos lo podía evitar. Mientras que Uneoyama tenía asuntos pendientes en la universidad y con su banda, Mafuyu procuraba cuidar perfectamente a Mitsuki, quien cada día era más inquieto y curioso por las nuevas cosas que veía a su al rededor.

Su madre había regresado al trabajo y Mafuyu ahora daba su mayor esfuerzo, aunque algunos días recibía la ayuda de Haruki. Entre los dos cuidaban a Mitsuki, y así mismo platicaban sobre sus propias vidas. Haruki en ocasiones hablaba tanto de Akihiko que, la primera vez que Mafuyu lo vio, pensó que era muy diferente. Sin embargo, la apariencia que tenía el, ahora novio oficial de Haruki, era solo una simple fachada.

Aun así, había días en los que Mafuyu sentía que tener un hijo era una gran responsabilidad que no podía abarcar él solo. Incluso tuvo pequeños momentos llenos de remordimientos sobre aquella tarde cuando Yuki se fue con la mirada triste tras haberse creído aquella mentira.

Pero tales momentos desaparecían al sentir que era incorrecto pensar si quiera en retractarse, su vida ahora estaba bien, no necesitaba complicarse con cosas absurdas como lo sería el regreso de Yuki al verse atado por Mitsuki. Mafuyu lo único que deseaba era que su mejor amigo de la infancia encontrara la felicidad que tanto se merecía en lo que realmente amaba. Así como él mismo la encontró con Uenoyama y Mitsuki.

-¿Vendrá hoy?- su madre había regresado del trabajo una media hora antes de lo esperado con la excusa de que estaba ansiosa de ver a Mitsuki, pero le realidad era que Uenoyama había confirmado la cita para esa misma noche.

-Sí.

-¿No estás nervioso?

Mafuyu negó un par de veces, pues si hablaba, tal vez ella se diera cuenta de que mentía. A pesar de eso, su madre le dedicó una mirada escéptica.

-Esta bien, sí lo estoy... pero puedo controlarlo.

-Seguro que sí.

Entonces Mitsuki comenzó a llorar, tal vez lo hacia porque Mafuyu no podía controlarse, o porque intuía que estaría solo un par de horas, sin embargo, su llanto cesó en cuanto Mafuyu lo tomó entre sus brazos y le acarició la mejilla. No se sentía nervioso exactamente por la cita, o que iría a cenar con Uenoyama, ni siquiera porque dejaría solo a Mitsuki. Estaba nervioso porque estaría a solas con Uenoyama, realmente solos. Y desde hacía mucho tiempo que muy en el fondo es lo que quería, pero que no había tenido el verdadero valor de decirlo o demostrarlo si quiera.

-Lo cuidaré mientras te alistas, no querrás estar mal vestido para cuando él llegue.

Mashiro sonrió y Mafuyu se sonrojó un poco, y después de entregarle a Mitsuki, se acercó a su closet en busca de algún conjunto de ropa, se sintió algo desordenado al no poder elegir con rapidez, también inseguro, pero con la ayuda de su madre, logró verse más que decente.

Su hijo finalmente estaba dormido de nuevo cuando Uenoyama tocó la puerta principal, y cuando abrió, se sorprendió al no verlo solo. Alguien a quien no había visto en tanto tiempo estaba junto a Uenoyama sonriendo.

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