Epílogo

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"Habrá un nuevo amanecer"

La semana recomendada por Hayashi fue un caos soportable para Mafuyu, su hijo se veía y estaba amucho mejor la mañana siguiente en el hospital y por lo tanto fue dado de alta esa misma tarde, sin embargo, eso no fue lo que le causó dolores de cabeza a todos, sino más bien la extraña actitud que Mitsuki había tomado.

El pequeño niño lloraba si se encontraba solo en la habitación con Yuki y Mafuyu al mismo tiempo, deteniéndose solo con la presencia de Uenoyama o de Mashiro, tampoco dejaba que Yuki lo cargara, mucho menos que se le acercara demasiado.

-Tal vez son tus feromonas- dijo Mafuyu con un tono de diversión casi inaudible, pero Uenoyama lo captó y aguantó una risa, sin embargo, Yuki solo se veía asustado.

-¿Eso crees? Pero... no debería haber nada malo en ellas- Yuki comenzó a olfatearse de una manera divertida, Uenoyama casi soltaba una carcajada.

-O quizás eres solo tú- sugirió Uenoyama más serio una vez que Mitsuki se alejó de Yuki nuevamente en busca de los brazos de Mafuyu.

-Soy su padre, no puede ser eso- Yuki era difícil que le dirigiera la palabra a Uenoyama a menos de que estuviera estrictamente obligado.

-Pero podría tener razón- replicó Mafuyu arrullando a Mitsuki entre sus brazos-, es posible que este rechazándote como padre. Aunque eso es un gran problema... para ti.

Yuki se mantuvo en silencio tras escuchar esas palabras solo mirando a Mitsuki, Uenoyama no estaba seguro de qué cosas podrían estar pasando por la mente de él, pero las imaginó y simpatizó un poco. Si fuera él quien estuviera siendo rechazado por su propio hijo, se sentiría mal, quizás peor de cómo se veía en esos momentos Yuki.

Casi de inmediato tocaron la puerta principal y Uenoyama fue a abrir dejándolos solos, escuchando que Mitsuki comenzaba a llorar en cuanto dejó la habitación.

Al abrir la puerta no fue mejor, encontrándose a Hiiragi y Shizusumi con un par de bolsas provenientes de alguna tienda para bebés.

Rápidamente Hiiragi le entregó las bolsas con una mirada desafiante. Shizusumi le dedicó una mirada más amigable.

-Pero qué sorpresa- dijo Uenoyama.

-Créeme, si fuera por mí, no tendría que verte- respondió Hiiragi.

Y tal vez habrían empezado una discusión sin sentido de no haber sido por Shisuzumi que empujó a Hiiragi para entrar al mismo tiempo que Mafuyu salía de la habitación aun con Mitsuki en brazos seguido de Yuki.

-Oh, hola, chicos.

-Te ves terrible, Yuki- Hiiragi dijo apartándose de Uenoyama-. Trajimos regalos.

-Solo algunas cosas útiles, supongo- añadió Shizusumi.

-Gracias. Él solo le compró un traje de disfraz- Mafuyu se quejó más sonando a burla.

-Mafuyu, Mitsuki-kun se verá perfecto con ese traje.

Aun así, Mafuyu puso los ojos en blanco y caminó al sofá para sentarse.

-De cualquier manera, no creo que lo acepte, tenemos que arreglar eso.

Hiiragi los miró con el ceño fruncido.

-¿Pasa algo?

-Déjame te muestro- Yuki se acercó a Mafuyu con intenciones de cargar a Mitsuki, pero desgraciadamente lo único que obtuvo fue un puchero seguido del llanto proveniente de su hijo.

-Es como si no quisiera verme o que me acerque.

-Bueno, sí, eso es grave.

-¿Intentaron mientras dormía?- sugirió Shizusumi.

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