Capítulo 16

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"Todas las cosas que he pasado, me han dejado congelado en el tiempo. Pero este calor que me envuelve me lleva hacia el verano."

XXXV

-Yo... bueno... en realidad...

-No, el padre no viene- Mashiro interrumpió a Mafuyu antes de que este dijera que Uenoyama estaba afuera.

-En ese caso- dijo Hayashi anotando un par de cosas en el monitor de su escritorio-, lo que le sucede a Mitsuki-kun es probablemente un problema causado por feromonas.

-¿A qué se refiere?

-Quiero decir, tu hijo es un caso especial desde que nació, por el simple hecho de haber nacido de un omega hombre, pero también por tener genes dominantes. Esto ha causado que su nivel de feromonas se disperse causándole daño.

-¿Qué podremos hacer nosotros? ¿Hay algún medicamento?- Mashiro preguntó al ver a Mafuyu tan callado.

-El padre de Mitsuki-kun no pasó todo este proceso contigo, ¿verdad? Porque por ahora, lo único que pueden hacer es que el pequeño esté expuesto a las feromonas... de ambos.

-¿No hay otra manera? - Mafuyu habló finalmente.

-Me temo que no por el momento, él es muy pequeño como para hacerle estudios más profundos. Ahora le he dado un equivalente a un inhibidor muy leve para calmar su malestar y que pueda dormir, pero esto no durará por tanto tiempo.

-¿Cuánto... cuánto tiempo deberá estar cerca de ambos?

Mafuyu tenía la mirada en el piso, su corazón se había acelerado con rapidez.

-Al menos dos o tres años.

El silencio siguiente fue tenso, por los pensamientos de Mafuyu se cruzaron tantas cosas que perdió la noción del tiempo por un momento.

-Bien, gracias, Hayashi-san, por todo- dijo la madre de Mafuyu.

Y mientras ellas conversaban acerca de otras precauciones, Mafuyu salió de la sala, lo único en lo que podía pensar era en Mitsuki y en el día de su nacimiento, también sobre la plática que había tenido con su madre, porque después de todo, ella estaba en lo correcto y él estaba equivocado en cómo estaba haciendo las cosas.

Deseaba en lo más profundo de su corazón que hubiera otra manera de salvar a su hijo, quería que no fuera real, que Yuki no fuera necesario, así como se lo había hecho creer.

Pero todas esas ilusiones se quedaban en solo eso, y debía aceptar la realidad.

Vio a Uenoyama a lo lejos, y aunque no estaba cerca de él, podía sentir su preocupación. Entonces caminó en su dirección.

-¿Qué ha pasado? ¿Mitsuki está bien?

Mafuyu no respondió, lo único que pudo hacer fue abrazar a Uenoyama con fuerza y así sentirse protegido, el aroma de Uenoyama lo calmaba tanto que podía olvidarse de todo lo demás. Sin embargo, segundos después, tuvo que separarse de él y contarle lo que la doctora había dicho.

Con pesar le platicó solamente que Mitsuki sufría gracias a lo que era su propia naturaleza, omitiendo completamente que, para mejorarse, Yuki tenía que estar con él.
Temía que, si se lo decía, Uenoyama lo abandonaría.

-Hoy pasará la noche aquí estando en observación- dijo Mafuyu más calmado, ambos sentados en la sala de espera y Mashiro viéndolos de cerca-, después, veremos qué podemos hacer.

Mashiro se acercó tras aquellas palabras, no tenía ninguna expresión en su mirada, pero podía sentirse que estaba molesta por algo.

-Hayashi-san ha pedido que entres, hijo- sonrió ligeramente, Mafuyu asintió, una parte de su pecho dolió por separarse de Uenoyama así de pronto, pero ignorando aquello, solo se adentró de nuevo a donde Mitsuki dormía.

Quería hacer lo que fuera con tal de no ver sufrir a su pequeño, incluso si se trataba de volver a ver a Yuki.

XXXVI

-Él me contó, pero... siento que me oculta algo- Uenoyama dijo mientras rascaba la parte trasera de su nuca. Mashiro sonrió ligeramente, pero aún de esa manera, su rostro mostraba solo cansancio.

-No te contó todo, en realidad- se cruzó de brazos y comenzó a citar las palabras de Hayashi, cada una sin omitir información como lo había hecho Mafuyu.

Uenoyama atento a todo, entendió por qué Mafuyu lo había hecho, y no lo culpaba, se puso en su posición, pero no podía aceptar que se negara aún a costa de la salud de Mitsuki.

-¿Por qué no regresas a casa? Aquí...

-Preferiria quedarme, espero no le moleste, Mashiro-san.

Ella negó y volvió su mirada hacia la puerta por dónde Mafuyu había ido minutos antes.

-Sé por qué Mafuyu no te ha dicho todo, supongo que tú igual lo sabes... pero no quiero verlos sufrir, así que es mejor que sepas algo.

Uenoyama sintió que el ambiente era tenso y extraño, Mashiro seguía con la mirada lejana, así que no la interrumpió y dejó que continuara.

-Cuando ellos comenzaron a salir, no estuve de acuerdo... debo admitir que siempre creí que serían solo amigos de la infancia, sus diferencias eran tantas que no había posibilidad... Sin embargo, ver a Mafuyu confiado junto a Yuki, hizo que mis preocupaciones fueran menos. Cualquier madre solo desea el bienestar y felicidad de su hijo, ¿no?

Después de eso, guardó silencio varios minutos, dónde el ruido de las enfermeras y doctores pasaban a primer plano, Uenoyama creyó que ella seguiría en silencio, pero no fue así.

-Tú puedes ser el alfa destinado de mi hijo, pero hay una extraña conexión que Yuki tiene con él, que cualquier cosa repercutirá en ambos... Mitsuki es parte de ellos, y solo con una parte no podrá seguir adelante.

Mashiro lloraba, mientras que Uenoyama callado y sorprendido solo apretaba los puños sobre sus piernas, escuchar las palabras de ese tipo no era de su agrado.

-¿Por qué... me cuenta eso?

-Porque sé que eres el único que hará que Mafuyu entre en razón, Mitsuki necesita de sus padres biológicos, solo eso...- se limpió el rostro y se puso de pie. Sin dejar que Uenoyama hablara, caminó en dirección a la cafetería.

Uenoyama se quedó en la misma posición por varios minutos que le parecieron eternos, procesar aquellas palabras era difícil. Pues por más que negara la insinuación de Mashiro, estaba ahí tan presente. Él también quería que Mitsuki se recuperara, pero, aun así, no podía solo investigar el número o dirección de Yuki Yoshida para revelarle la verdad. No sería correcto ocultarlo de Mafuyu. Sabía que tenía que hablarlo con él primero.

Uenoyama Ritsuka arriesgaría cualquier cosa, incluso su propia felicidad con tal de que Mafuyu y su hijo estuvieran bien.






Nota: ¿qué tal? No ha pasado ni una semana, eso es porque me encuentro de buen humor. ♥️

Además, estoy ansiosa por publicar la siguiente historia Mafuyama, pero les platicaré más de eso después.

Muchas gracias por leer. ❤️

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