Capítulo 15

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"En toda tu culpa, en todo tu dolor, te llevaré siempre"

XXXII

Uenoyama estaba teniendo una de las mejores noches de su vida. No solo se trataba de la comida que era deliciosa, o el ambiente tan relajado y tranquilo, era más bien la sensación de su pecho que le aseguraba a cada segundo que todo estaría bien, que, aunque cometiera un pequeño error, no habría problema alguno porque Mafuyu estaba ahí con él.

Durante la velada, al poco tiempo de terminar de comer, Mafuyu se quedó en silencio unos cuantos segundos, como si estuviera recordando algo. Fue ahí cuando Uenoyama alargó su mano para tocar la de él y apretarla un poco, su intención no era obligar a Mafuyu a descartar aquel pensamiento, deseaba más bien sentirse cerca. Fue una sensación extraña, pues lo primero que pensó es en Yuki y en la vida que tuvo con Mafuyu, pero al mismo tiempo lo descartó, el mismo Mafuyu le había asegurado que ya no tenía nada que temer.

Entonces se atrevió a preguntar:

-¿Sucede algo?

Su voz atrajo le mirada de Mafuyu, que rápidamente pasó de estar ensimismada en algún pensamiento, a recobrar un brillo tranquilo.

-Nada- murmuró, pero no sonaba del todo convencido a pesar de la sonrisa que le dio.

Uenoyama quería tomar todo lo que afligía a Mafuyu y cargarlo como si fuera propio, deseaba desde lo más profundo de su corazón que el chico al que quería tanto se sintiera feliz siempre y no solo por momentos.

-Me pregunto- habló Mafuyu más fuerte está vez, haciendo que Uenoyama pusiera toda su atención en él-, ¿qué más tienes preparado para esta noche?

Se sonrojó sin poder evitarlo, pero en esta ocasión no desvío la mirada.

-Quisiera que se quedara en una sorpresa- dijo esperando no decepcionar a Mafuyu.

Y contrario a lo que imaginó, Mafuyu sonrió aún más, como si eso fuera lo que necesitara.

Entonces terminando la cena, salieron, la noche seguía siendo tranquila, y la luna brillaba sobre ellos como una cómplice de aquel dulce encuentro.

Caminaron lado a lado por unas cuantas calles, mientras platicaba principalmente de un tema que les causaba cierta gracia, y es que, a pesar de no haberse visto, la noticia de Haruki con alguien los había sorprendido de igual manera, pero que su reacción fue diferente.

Uenoyama no paraba de parlotear sobre las decisiones que Haruki tomaba, que no estaba tan de acuerdo con esa relación y mucho menos con que un romance se diera entre los miembros de la banda. Mafuyu lo escuchaba con atención, sin decir nada esperando a que Uenoyama se diera cuenta de que las decisiones de alguien más no debían afectarlo a él.

-Estoy siendo bastante odioso, ¿verdad?- preguntó Uenoyama tras un rato, Mafuyu se encogió de hombros y dejó salir una risita.

-Se ve que Haruki-san es feliz con Kaji-san- dijo al fin Mafuyu-. No creo que sea una mala decisión ser feliz.

Y así, Uenoyama dejó de lado su pensamiento acerca de su banda, para concentrarse en el resto de la cita, aunque no era del todo una mala idea, el pensar en ello hacía que el estómago se le revolviera.

Estaban a pocos minutos de llegar, todo era perfecto, nada podía arruinarlo, incluso sus propios nervios estaban calmándose en cuanto Mafuyu lo tomó de la mano y le sonrió.

Pero de un momento a otro, la felicidad se vio tristemente opacada. Y no es que odiara que la cita se hubiera cancelado, más bien fue ver cómo del rostro de Mafuyu la tranquilidad se esfumaba.

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