"Recuerdo tus poemas, y la luz en tus ojos, recuerdo tus "te amo" que solías decir como si fueran deseos..."
X
Yuki comenzó a llorar, fue un llanto que inició silencioso, casi sin que él mismo se percatara de eso, sin embargo, poco a poco fue aumentando, creciendo en su garganta, impidiéndole hablar. Lloraba por varias razones. La primera, porque estaba ebrio. La segunda, porque la canción de fondo era realmente triste. Y la tercera, porque recordaba ciertos ojos marrones que lo mantenían despierto por las noches.
En ese momento se sentía como un bebé llorón y cobarde, sus amigos se encontraban junto a él, tal vez igual de ebrios o incluso más, Shizu no era de beber hasta perderse, podía confiar en él, pero esa ocasión era algo especial, así que Yuki no estaba seguro al cien por ciento de que debían continuar bebiendo sin un conductor asignado. Por otra parte, estaba Hiiragi, a quien no le importaba demostrar lo ebrio que quería ponerse.
-¡Brindemos una vez más!- gritó, el alcohol de su vaso se derramó solo un poco por el esfuerzo-. ¡Esta vez hagámoslo por nuestro maravilloso éxito!
Al parecer, nadie se había percatado de que Yuki estaba echo un mar de lágrimas. Eso era bueno, pensó él mientras se limpiaba con la manga de su chaqueta, así nadie lo consolaría. Sabía que no necesitaba la compasión de alguna de las personas que estaban ahí.
Muchas veces tuvo ganas de regresar. Y en cada ocasión se imaginaba tocando la puerta de Mafuyu, abrazándolo con fuerza mientras lloraba rogando por su perdón. Otras veces, soñaba que no se iba y que continuaba al lado del chico. Unas tantas más, justo como en aquella ocasión, lloraba hasta quedarse sin lágrimas.
Ya eran más de siete meses desde que lo había visto por última vez, y perdía la esperanza con cada día que pasaba. No quería ni pensar cómo es que Mafuyu se pondría al verlo de nuevo. Y no ayudaba en nada la plática que tuvo con Shizusumi varias semanas antes cuando lo encontró llorando después de un ensayo.
-¿Es por él?- pregunto él a pesar de que Yuki intentó negarlo.
-No es nada... ya los alcanzo en-
-Podemos hablar- Shizusumi se acercó, tomó uno de los taburetes sentándose y quedando a la altura de Yuki.
-Fui un estúpido, ¿verdad? Debí quedarme en casa, con él, ser el hombre que tenía que ser.
Su amigo mantuvo una mirada serena y un silencio sepulcral por varios minutos, mientras Yuki esperaba escuchar alguna palabra de aliento, incluso hasta un regaño.
-Si eso es lo que realmente deseaste- dijo finalmente-, entonces no te hubieras ido.
Esas palabras le dolieron. Pero no dijo nada.
-Y aun si te arrepientes, y regresas con él, ¿qué te asegura que te recibirá con los brazos abiertos?-agregó.
-Tiene qué, ¿no? Estamos destinados... él es mi omega y yo soy su alfa- dijo tratándose de convencer.
Más que triste, se sentía impotente.
Shizu no cambió su postura, parecía que pensaba sus palabras con cuidado.
-Probablemente eso no es del todo verdad. Tú estás aquí, y él puede conseguir al indicado.
"Alguien que sí se quede a su lado" pensó Yuki ahora con ganas de vomitar, el grito de Hiiragi celebrando por enésima vez lo despertó de su recuerdo. Shizusumi lo miraba enfurruñado. Tal vez no estaba ebrio, después de todo.
-Es hora de irnos- Shizusumi dijo, tomó el hombro de Yuki y lo levantó.
-¡Irnos no!- gritó Hiiragi, levantaba estaba vez una botella. Shizusumi intentó quitársela-. Quedarnos, sí.
El pobre de Hiiragi trató de mantenerse en pie por más de veinte segundos, y al ver que no podía, solo cayó de sentón, quejándose en el suelo. Yuki empezó a reír, pero no quería hacerlo, tan solo se trataba de una reacción instantánea. Por dentro, quería desechar todo lo que tenía.
Shizusumi lo llevó hasta el auto, y lo dejó recostado sobre el asiento trasero. Pero Yuki se volvió a incorporar, cuando su amigo lo intentó empujar, él puso resistencia.
-Voy a... volver- dijo, serio y decidido-. Tenemos un... descanso... en una semana... iré por Mafuyu, estaremos juntos una vez más.
-Deja de hacerte el héroe- él estaba molesto. Y eso a Yuki no le importó, estaba seguro de que lo haría.
En el momento que se recostó sobre el asiento, quedó dormido pensando en que volvería a ver a Mafuyu.
XI
-Entonces, ¿irías? - Uenoyama preguntó, el tono de su voz estaba entre la emoción descontrolada y la tranquilidad extrema, lo cual era bastante extraño, incluso para él.
-¿A dónde?- Mafuyu lo miró de reojo, en sus manos tenía un libro que su madre le había conseguido.
-La próxima semana daremos una presentación, es algo muy tranquilo... uhm, no habrá mucha gente.
-Suena interesante.
-Bueno, tocaré la nueva canción.
Mafuyu supo a qué se refería, así que asintió.
-En ese caso, iré.
Ahora lo miraba directamente, Uenoyama sonrió, un simple gesto que Mafuyu no pasó desapercibido, porque había notado que Uenoyama no sonreía a menudo, pero cuando lo hacía, sus gestos eran lo suficientemente tiernos como para que el corazón de Mafuyu se acelerara.
-Reservaré dos lugares entonces.
Rápidamente mandó un mensaje que Mafuyu no logró leer, tal vez ya tenía el texto escrito y solo esperaba la confirmación para poder enviarlo, le pareció algo muy gracioso, sin embargo, no le dijo nada y continuó leyendo.
Tras uno minutos, Mafuyu sin despegar la vista del libro, alargó su mano para encontrar la de Uenoyama y colocarla sobre su vientre que crecía cada vez más. Aquello se volvió una costumbre después de aquel beso que se habían dado. No existía ya ningún plan ni existía ningún rechazo por parte del bebé. En ese momento todo estaba bien.
Ya no había sueños esperanzadores sobre el regreso de Yuki. Y a pesar de que Mafuyu no podía borrar el rastro de lo que fue él en su vida, tampoco podía seguir lamentándose para siempre. De lo único que debía preocuparse en ese momento, era la fecha para la llegada de su bebé.
Nota: Tengo un par de opciones para el nombre del bebé. Pero aún no estoy muy convencida, así que me gustaría saber si tienen algún nombre que pueda usar.
Muchísimas gracias por leer, de verdad que me siento muy feliz. <3
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Winter
FanfictionMafuyu fue abandonado por Yuki antes de si quiera saber que esperaba un hijo, así que sobrevive solo mientras un pequeño crece dentro de su cuerpo. Él conoce a un par de personas que logran animarlo en los últimos meses de su embarazo, y gracias a...