Capítulo 9

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"Si esto era para mí, ¿por qué duele tanto? Si tú no estás hecho para mí, ¿por qué nos enamoramos?"


XX

Mafuyu no quería volver a ver a Yuki ahí, sentía que era incorrecto. No podía imaginar las razones de su madre, y sabía que estaba siendo irrazonable al enojarse con ella, pero lo que había hecho, dejarlo quedarse aun después de que fue testigo de cómo él pasó noches llorando al enterarse de su embarazo, al sentirse simplemente abandonado. Y ahora Yuki quería todo fácil, llegar y ofrecer un cariño que posiblemente no dure tanto. Mitsuki no se merecía eso, no merecía acostumbrarse al cariño de un padre que no estuvo para él desde el inicio.

Nadie podía llegar de un día para otro y asegurar un lugar a la fuerza, por esa razón, él estaba decidido a dejarle en claro a su madre que no volviera a permitir que Yuki entrara a la habitación. Aunque aquella discusión quedó pendiente en cuanto una enfermera entró segundos después de que revelara el nombre a Uenoyama, Haruki y su madre. Su hijo estaba envuelto en una manta azul, con los ojos cerrados y la piel rojiza por ser recién nacido. Tenía un simple mechón de cabello castaño claro (casi rubio) y sus labios fruncidos.

Mafuyu en ese instante sintió como si todo lo demás hubiera desaparecido, era algo especial, casi mágico. Desde su pecho se expandió una tranquilidad inigualable, convirtiéndose en felicidad y formando en sus ojos lágrimas llenas de satisfacción. Aquella criatura que había protegido en su vientre por meses finalmente estaba en sus brazos, y sería quien en un futuro tomaría su mano, justo como en el sueño que tuvo.

-Tengo que enviarle una foto a Akihiko- Haruki, con teléfono en mano, dijo irrumpiendo en aquella aura de Mafuyu.

Pero no se opuso. A su derecha seguía estando Uenoyama, quien dejó salir un pequeño gruñido involuntario en el momento que Haruki se acercó para tomar una mejor foto.

Mafuyu quiso reírse de la situación, pero rápidamente abandonó tal idea, Uenoyama estaba ahí para él, teniendo un instinto que era completamente extraño y hasta quizás ajeno. Él no era el padre, no era quien debía estar ahí teniendo un momento de protección hacia su cachorro. Aun así, Mafuyu lo entendió. Tal vez Uenoyama no era el padre de Mitsuki, pero sí tenía mucho más derecho que el propio Yuki.

Mitsuki se removió solo un poco entre los brazos de Mafuyu, y tanto Uenoyama como Haruki, pensaron que comenzaría a llorar por sentirse hambriento, sin embargo, lo único que hizo fue acurrucarse en el pecho de Mafuyu. Estaba sintiendo por fin, después de tantas horas, el calor de su madre.

XXI

Cuando Yuki recibió la llamada de Shizusumi, este la había preguntado dónde se había metido, pudo escuchar al fondo los gritos y maldiciones para nada discretas de Hiiragi. En cuanto se disculpó por haber faltado al ensayo que tenían esa mañana, les dijo que debían hablar sobre Mafuyu.

Shizusumi usó un tono preocupado al preguntar.

-¿Él está bien?

-Apuesto que te pateó... o tal vez te dio una fuerte cachetada- Hiiragi rio del otro lado, para después decirle a Shizusumi que apostara con él sobre lo que había sucedido.

-Él está bien... y no me golpeó - aseguró Yuki, sabía que Hiiragi todavía estaba molesto con él por haber dejado a Mafuyu sin ninguna explicación.

Entonces, cuando los encontró en un restaurante poco concurrido, Hiiragi tenía una expresión indiferente.

-¿Qué sucedió?- Shizusumi preguntó.

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