40. Revelación

1.2K 111 142
                                    

Capítulo 40.
Revelación

"Todo estaba escrito en tu rostro como en una piedra antigua: si no quise leer fue por miedo a la revelación".

.

El hotel era muy reconocido por sus altas recomendaciones en la prostitución. Era unos de los más elegantes, pero solo iban allí gente con dinero y poder para complacer sus necesidades carnales.

Al entrar Hiccup observó cada pasillo, cada rincón y el marco de cada puerta decorada. Sentía que ya había estado allí antes. Jamás en su vida había estado dentro del hotel pero podía sentir que ya lo conocía debido a que tenía vagas visiones de la dirección, la cantidad de cuartos por pasillo y la ubicación del elevador.

— ¿Pasa algo?— Preguntó Astrid mientras continuaban caminando por el lugar.

— Siento que he estado aquí antes, pero... Quizás solo es una coincidencia.— Comentó no muy seguro de sus palabras. ¿Cuántos hoteles no tenían la misma estructura? Cabía la posibilidad de que existiera uno que otro similar. Él era un hombre que ya había visitado varios a lo largo de su vida.

Reconoció el lugar, pero... No tenía idea de por qué él estaría en ese hotel. No recordaba nada con exactitud. Quizás una vez de pasada, pero realmente no creía en ninguna excusa que lo hayan llevado hasta allí.

Ambos hablaron para pedir una habitación. La misma en la que Astrid había entrado la primera vez. Tenían suerte de que su abuela aún tenía excelente memoria.

Astrid también quería recordar cada detalle: la puerta, la decoración, la iluminación, el espacio, el orden. Todo. Quería adentrarse y revivir de nuevo aquellos momentos para ver si encontraba las pistas que faltaban para poder completar su pasado.

Tenía que hacerlo, quería saberlo.

Su abuela les había explicado que había pedido las cámaras del lugar para poder apreciar y tomar cartas en el asunto, en caso de que fuera un delito. Pero las grabaciones habían sido bloqueadas sin razón alguna. Alguien había pagado por los vídeos de seguridad una gran cantidad de dinero debido a un incidente que no se molestaron en explicar. Y era normal que lo dieran, porque después de todo, en ese hotel iban incluso de alto rango.

Cuando pidieron el nombre, no pudieron darlo. Pues el señor se había presenciado de forma anónima y era una falta de respeto interrogar las identidades de los huéspedes.

Así que, por más que quisieron indagar, no podían. No habían bases para continuar con la investigación.

Entonces decidieron dejar el asunto por la paz, Astrid estaba bien y no necesitaban hacerle recordar cosas difíciles de manejar a tan temprana edad. Era mejor mantener las cosas ocultas hasta calcular el tiempo suficiente para que pueda afrontarlo de la mejor manera.

— Recuerdo que entré por aquí con besos.— Habló Astrid mientras admiraba el perímetro de la puerta.— ¿Puedes cargarme y llevarme a la cama? Necesito vivirlo a ver si recuerdo algo más. Aquel hombre me cargaba estilo nupcial, y no dejábamos de besarnos hasta caer torpemente en la cama.

Sabía Astrid muy en el interior que esto era incómodo, o quizás menosprecio por parte de Hiccup. Él no tenía porqué ayudarla a recordar esas cosas con otro hombre. Quizás era mejor decirle que no lo hiciera, pero antes de cambiar de opinión, él ya la tenía entre sus brazos.

Perfecto(2° Temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora