3. Selección

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Capítulo 3.
Selección

"Dejemos de buscar personas especiales, y ellas aparecerán".

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— Bien. Recuerda el plan.— Habló Hiccup sentado detrás del escritorio junto con su novia. Ambos tenían un listado con diferentes currículums.— ¿Qué harás?

— Correr a todas.— Respondió Astrid con simpleza al ver que la mayoría de las que pedirían el empleo eran mujeres.

— Astrid.

Su novia suspiró resignada. No le gustaba estar esta mañana siendo reclamada por Hiccup, pero después de todo ella lo había provocado y tenía que ayudarle.

— Bien.— Respondió.— Elegir a la adecuada.— Bufó en desacuerdo.— O al adecuado.— Mencionó por último volviendo a dar una hojeada a los papeles para buscar un nombre masculino.

Esa mañana harían la selección de la futura secretaria/o. Hiccup no podía nuevamente con el trabajo solo y su padre había vuelto a insistir en tener un asistente como apoyo. Ella no estaba de acuerdo en que alguien más ocupara el lugar que una vez fue solamente de ella, pero concordaba en que su novio debería tener algo de descanso para su trabajo.

Habían pasado dos semanas desde aquella comida en la tarde. Y esta era la primera junta que tenían como pareja. No habían vuelto a verse desde aquel restaurante. Podía aprovechar este tiempo con él, aunque el objetivo fuera uno que no le gustara.

— Bien, que pase la primera.— Comentó Hiccup apretando el botón para que se abriera la puerta de la oficina en la que se encontraban.

La primera que entró se trataba de una mujer rubia de ojos azules con el cuerpo operado. Lo mencionaba en su currículum un aumento de busto y trasero más una rinoplastia.

— Buenos días...— Saludó.

— No.— Descartó Astrid de inmediato.— Lo sentimos. Tenemos una ética de vestimenta estricta. Adiós.— La despidió con rapidez tratando de no entrar en mayores explicaciones.

— ¿Astrid?— Reclamó Hiccup al escucharla correr a la primera mujer.

— Ví como estabas mirándola desde que entró.— Mencionó.— Viene a trabajar, no a quitarme a mi novio con esa apariencia.

— Astrid, esto es trabajo. Además, ¿Cómo puedes correrla de ese modo?— Cuestionó no conforme ante la actitud poco amigable de su novia. Parecía mal humorada.

— ¿Viste como te miraba? La blusa se abotona hasta el cuello, o mínimo un botón suelto. Ella tenía, ¡4 botones sueltos!, Además ni siquiera me gustó cómo te miró a ti.— Indicó cruzándose de brazos nuevamente mostrando su desacuerdo.

— Astrid, aunque me pusieran una mujer diosa en mi oficina, mi mente estaría en tu presencia.— Mencionó tomando su mano para besarla con cariño. Ella se sonrojó con violencia. Hiccup podía ganarse el mejor premio al hombre más romántico sobre la faz de la Tierra.— Concuerdo en que debe de exigirse un código de vestimenta. Las personas son libres de vestirse como quieran, pero acepto que para ciertos lugares debe de ser aceptable vestirse de una manera más formal. Ya fuera de la empresa, las personas son libres.

Astrid suspiró resignada consigo misma. Sabía muy bien que esos sentimientos eran celos, pero no estaba bien. Tenía suerte que Hiccup fuera un hombre comprensivo. Le hacía ver su actitud una vez más.

— Lo siento. Estoy haciendo esto más por mis celos que por eso de la vestimenta.— Confesó apenada. Para su sorpresa, recibió un beso en su frente.

Perfecto(2° Temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora