18. Sencilla

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Capítulo 18.
Sencilla

" La vida es más bella y sencilla cuando nos volvemos capaces de ver el bien en otras personas".— Roy T. Bennet.

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— Camicazi, por favor. Esto es una locura.— Trató de detenerla Hiccup, pero sinceramente dudaba en cómo iban a salir de esa situación.— Podemos arreglar las cosas sin que tengas que poner en peligro a nadie. Por favor baja el arma.

— ¡NO!— Negó con firmeza mientras recargaba la pistola.— ¡Me he cansado de esperarte Hiccup!, ¿Alguna vez me has aceptado una cita para que pudiéramos hablar?, ¡Nunca me escuchas, no contestas mis llamadas, y todo por esta!— Replicó con ira.— ¿¡Una doble?!, ¿Me reemplazas por una mujer con las mismas características a las mías?, ¡Estoy HARTA! De ser siempre ignorada por ti. Esperé pacientemente tu atención porque sabía que lo harías. ¡Pero nunca tuviste tiempo para mí!

— Camicazi, si necesitas tiempo te lo daré .— Respondió.— Pero no metas a Astrid en esto. Ella no tiene nada que ver entre tu y yo.

— No voy a escucharte así que guarda tus palabras.— Indicó apuntando de nuevo hacia la rubia.— Si tú no eres mío Hiccup, ella no será tuya.— Observó a Astrid con resentimiento.— Y, puede que lograste vivir las otras veces que intenté matarte, pero esta vez, nadie podrá deten...

Ya cansaste.— De pronto un bolso había impactado tan fuerte en la cabeza de Camicazi que se desmayó al instante.— Ups... Creo que le di muy fuerte. ¿Alguien nos extrañó?

— ¡Toothless!— Exclamó Astrid relajada al ver al pelinegro detrás de la rubia inconsciente. Y no estaba solo.— Stormfly, pero... ¿Qué hacen aquí?

— Bueno, su primera cita fue un hecho para muerte.— Comentó el pelinegro con una sonrisa mientras le indicaba a los paramédicos llevarse a la desmayada.— Además, queríamos asegurarnos que esta segunda cita fuera perfecta. Se lo merecen.  ¡No sabes cuánto ha estado trabajando Hiccup para tener al menos una noche libre para ti!

— Sí, y apuesto que Hiccup no sabe todos los días que has estado sin dormir.— Informó Stormfly haciendo que la rubia se avergonzara ante ese dato innecesario.

— ¿Qué?, ¿Has estado descuidándote?— Preguntó el castaño preocupado.— ¿Por qué no me dijiste eso?

— De la misma manera que tú le has estado ocultando cosas.— Comentó Toothless para rematar la relación.

— Bueno... creo que deberíamos dejarlos solos.— Respondió Stormfly mientras lo jalaba de la mano hacia la salida.— ¡Disfruten el resto de la cita, ignoren lo de Camicazi!, ¡Les deseamos mucho amor!

— Oigan... ¿Les importa si me llevo la botella de vino?— Preguntó Toothless tomando la botella sin esperar la respuesta sinceramente.

— Puedes llevártela Toothless.— Asintió Hiccup sin más importancia.— Aunque... Oigan...

Los otros dos se detuvieron.

— Pueden quedarse a cenar, yo invito. Es lo que menos puedo hacer por ustedes. Nos han salvado de una trágica noche.— Invitó mientras llevaba a Astrid de nuevo a la mesa.

— Nosotros no...

— ¡Con gusto, me muero de hambre!— Aceptó el pelinegro.

Perfecto(2° Temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora