65. Humor

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Capitulo 65.
Humor

"A veces se intenta controlar el mal humor. Pero hay gente que no coopera."

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Abrir nuevamente sus ojos y encontrarse con el rostro de su novio era la bendita vida que jamás logró imaginarse.

Su respiración era suave, sus ojos verdes eran intensos que incluso podía ver su reflejo en ellos.

Hiccup le sonrió con ternura y le depositó un pequeño beso en su frente.

— Te amo.— Pronunció mientras la abrazaba nuevamente y la colocaba encima de él. Astrid sonrió enamorada mientras ahora ella besaba sus labios una y otra vez.

Ambos rieron ante los consecutivos besos y respiraron tranquilos.

— También te amo.— Confesó ella con suavidad. Permitió que Hiccup tomara un mechón de su cabello y lo colocara detrás de su oreja. Volvió a sonreír y no se resistió a un beso más mientras que él la apretaba contra su cuerpo.

Habían pasado meses desde aquel evento y ambos podían disfrutar aún de la compañía del otro. Ya no habían más amenazas, no habían más ficción, no habían más problemas.

— ¿Cuándo dejarán de juntar sus labios? Es asqueroso.— Astrid escuchó una voz femenina que la hizo ponerse blanca.

No esperaba su presencia tan temprano.

— ¿¡Qué haces aquí?!— Cuestionó asustada mientras se alejaba de Hiccup de manera inmediata.— ¿¡Y por qué no me dijiste?!— Le dió un puñetazo a su novio en forma de reclamo.

— Tampoco sabía que vendría hoy. Tu me comentaste que llegaría en una semana.— Respondió adolorido mientras también se levantaba.

Astrid bufó.

— ¿Siempre eres tan gruñona tía?— Cuestionó la pequeña niña al ver su tono y expresión.

— Sí, es mi carácter.

— Eso no parecía hace unos momentos mientras cuando no notaste mi presencia.— Astrid se sonrojó a más no poder.

Trató de mantenerse en calma nuevamente mientras se preparaba mentalmente para soportar a su pequeña sobrina. Hace unos días le había comentado su prima que no tenía a quien dejar en cargo a su hija, y ella era la única disponible.

No por nada no había disponibilidad de parte del resto de familiares. Su sobrina era una niña muy chiflada, grosera, insoportable. Parecía que su don era molestar con facilidad a los demás.

— Bien, bienvenida pequeña.— Saludó Hiccup con una sonrisa.— Voy a preparar el desayuno.— ¿Te gustan los hotcakes?

— ¡Sí!

Al menos parecía que Hiccup tenía el don de tener el amor de los niños.

Esperaba que estos días pasaran volando.

—— 💚 ——

— ¡Quedate quieta!— Regañó Astrid a la pequeña niña que no dejaba de bailar mientras ella intentaba torpemente ponerle un vestido.

— ¡No, no quiero vestido!— Chilló la niña con mejillas infladas mientras se cruzaba de brazos para impedir que Astrid le pusiera el vestido.— Quiero a mi papi.

— Uy, que mala suerte. No está en este momento.— Exclamó la mayor con una risa divertida al ver a la pequeña hacer pucheros. Estaba cansada por tener tantos intentos para ponerle ese vestido.

Perfecto(2° Temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora